Vuelvo a las andadas blogueras. Después de algo más de un mes desde que me robaron la tuba y tener que centrar gran parte de mi energía en gestionar cómo volver a la normalidad en la medida de lo posible, me he propuesto volver a escribir e intentar recuperar un ritmo regular de publicación. También me he propuesto que éste tema no monopolice los contenidos del blog, aunque una situación de crisis siempre deja una huella profunda y, lo que es más importante si se es capaz de ver, lecciones importantes para la vida, y por eso sospecho que me va a dar para muchas reflexiones como la de hoy.
Fue una putada, sí, y no se lo deseo ni al peor de los músicos, pero lamentarse por ello no cambiará nada. Una situación desagradable, incómoda y que encima seguramente me va a costar un buen dinero que pensaba dedicar a otras cosas. Pero nada más; toca mirar al frente, seguir adelante y sacar lo positivo de la situación, aunque parezca imposible.
Una de las primeras cosas que me dijo un buen amigo fue “algo bueno sacarás de todo esto”, y tal como terminó la frase le miré con cara de incrédulo y con cierto sarcasmo. Pero la sentencia había calado, me cargó de optimismo e inconscientemente empecé a repasar la lista de posibles cosas buenas que estaba provocando la situación. De momento la lista no ha dejado de crecer, lo cual ayuda a convencerme de que todo lo que nos ocurre tiene sus consecuencias positivas.
Vale, no siempre apetece ser optimista. En ocasiones el cuerpo te pide meterte debajo de la manta, aislarte del mundo y quedarte a solas con tus malos rollos, sintiéndolos bien presentes presionando tu pecho; y reconozco que hacerlo también es necesario, porque ayuda a ser consciente de que no todo es coser y cantar. La vida es dura, sí, pero cuando ya lo sepamos (¿seguro que lo sabes? siempre hay alguien que está peor que tú) debemos enfrentarla con la mejor actitud. Es simple: sólo hay que cambiar el chip, hacer un pequeño esfuerzo y crear el hábito de ver el lado positivo de lo que nos pasa.
Todavía no os he dicho cuales son las cosas buenas que he sacado de todo esto: He conocido personas maravillosas y me ha dado la oportunidad de comprobar que la gente es buena y te ayuda desinteresadamente, por pura empatía; he tenido ocasión de plantearme seriamente cambiar de tipo de tuba, con todo lo que ello comporta, para acabar reafirmándome en mis “creencias tubísticas”; también ha sido la excusa para poner en claro mis prioridades en varios aspectos profesionales, que si bien es algo que hay que revisar con regularidad la rutina hace que se vaya posponiendo sine die; me ha dado la oportunidad de volver la vista atrás y comprobar que diez años dan para haber hecho muchísimas cosas que hace once no podía ni haber imaginado, y con ello llegar a la conclusión de aquel gran hombre de que la vida es eso que nos pasa mientras nos empeñamos en hacer planes.
Para terminar este post os dejo un vídeo cargado de optimismo de los mayores genios del humor, los Monty Phyton, en la que es su película más irreverente: La vida de Brian (recomendación absoluta para mentes librepensantes). En la escena final de la crucifixión, cuando todo parece absolutamente perdido, qué mejor que cantar “Busca siempre el lado bueno de la vida”….
Foto de BaileyRaeWeaver con licencia Creative Commons
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Sé optimista, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.