El músico pasivo

No me dedico a la música, pero la música está en mi vida. No toco un instrumento pero conozco las técnicas de estudio. No me sé ninguna obra pero las tarareo constantemente. No soy un músico, pero soy un músico pasivo.

Desde que mi mujer entró en mi vida, la música se coló con ella. Hasta que la conocí; yo, como la mayoría de la gente, no sabía lo que era un pasaje, un concertino, un bolo o una viola, por ejemplo. Con el paso del tiempo, sin darme cuenta, me he ido labrando un gusto musical, algo impensable para mí, que no sabía ni lo que era una sonata.

He asistido a muchas audiciones, cursos de verano, he estado presente en muchas horas de estudio, me he leído libros enteros escuchando siempre la misma obra de fondo, he ido a muchos conciertos en lugares y países dispares. Y durante este tiempo he ido conociendo a mucha gente de este mundo y he llegado a una serie de conclusiones: Los músicos que se dedican a ello como una carrera profesional, son personas muy responsables, disciplinadas y trabajadoras. Pero sobre todo son personas creativas, tienen una imaginación desbordante, y no me extraña, la música no sólo actúa sobre el oído, provoca miles de sentimientos y sensaciones. Han llegado a desarrollar estas habilidades porque han tenido la música en su vida, pero de un modo distinto al del resto de la gente. Y todas estas habilidades han podido desarrollarlas por haber tenido durante buena parte de lo que debería haber sido su tiempo libre en la niñez y sobre todo adolescencia una responsabilidad añadida.

Tener una actividad complementaria a los estudios es necesario, y la mayoría de la gente quiere que sus hijos tengan una actividad deportiva, para que sean personas sanas y estilizadas, pero ello no tiene por qué ir reñido con la cultura.

El ejercicio musical es una actividad que potencia los dos factores que acabo de nombrar, estudio y ejercicio. Por una parte, como ya he dicho, la música potencia su creatividad e imaginación, pero no hay que olvidarse de que la música es matemática, la música es memoria, la música es coordinación y psicomotricidad, y la música es ejercicio físico.

Una cosa tengo muy clara, desde el primer día que me sea posible, siempre sin molestar al público, llevaré a mis hijos a los conciertos en los que toque su madre. Porque tan importante para el desarrollo de un niño es tocar un instrumento, como tener cultura musical.

Por todo esto me siento muy feliz de pertenecer a este colectivo de alguna manera, y animo a que ayudéis al desarrollo personal de vuestros hijos con la práctica musical.

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