
Prokofiev completó este cuento musical para orquesta y narrador en tan solo cuatro días. En él asocia cada uno de sus personajes con un timbre instrumental diferente. Así, Pedro, está interpretado por los violines; el pajarito, por una ágil flauta travesera; el ingenuo y despistado pato, por el oboe; el sigiloso gato, por el clarinete en registro grave; el abuelo es un fagot algo refunfuñón; el lobo lo hacen tres trompas que dan mucho miedo y por último, los cazadores, por los timbales.
Prokofiev se basó en un cuento tradicional ruso cuyo argumento es el siguiente:
Prokofiev se basó en un cuento tradicional ruso cuyo argumento es el siguiente:
"Pedro es un niño que vive con su abuelo en una casa cercada por una valla que la separa de los peligros del bosque. A Pedro le encanta jugar con sus amigos: un pájaro, un gato y un pato; pero un día, pese a las advertencias de su abuelo y llevado por la curiosidad, decide saltar la valla. De repente, aparece un lobo que persigue al pato hasta que lo atrapa y se lo come. Entonces Pedro, armado de valor, decide atraparlo y pide ayuda al pajarillo para que lo distraiga. Cuando lo consigue, llegan unos cazadores con intención de matar al lobo, pero Pedro los convence para llevarlo al zoológico."
“Pedro y el Lobo” (2006), la película dirigida por Suzie Templeton y ganadora al Óscar en 2008 por mejor cortometraje animado, transforma la clásica historia donde el lobo siempre es el malo del cuento en un tema más innovador y ecológico, donde prima la convivencia humana con los animales y la naturaleza. Así, a diferencia de la versión original donde el lobo termina encerrado en una jaula, en esta versión contemporánea, Pedro libera a un lobo que no es tan feroz como lo pintan y que además está en peligro de extinción.
