Lotte Reiniger: Las sombras que precedieron al universo de Disney

Unas tijeras y algunos cartones fueron las únicas herramientas que necesitó esta artista alemana para crear toda una filmografía basada en algunos de los cuentos más populares de su época.
Lotte Reiniger (2 Junio 1889) Alemania. Solo necesitó unas tijeras y un simple papel para crear, con infinita paciencia, todo un mundo de delicadeza, ingenuidad y belleza. Pero su aportación al mundo del cine no se quedó en la simple belleza. Porque Lotte Reiniger fue la encargada de poner las primeras piedras sobre las que años después se asentaría todo el complejo universo de la animación. Enamorada del cine, esta alemana creó el testigo que años después recogería el mismísimo Walt Disney. Y lo hizo con unas simples siluetas animadas. Este largometraje, reconocen los que saben, no fue el primero de su género; pero sí el más antiguo de todos los que se han conservado. Titulado Las aventuras del príncipe Achmed, el primer trabajo de Lotte Reiniger fue, a pesar de no figurar en el recuerdo de la mayor parte de la sociedad, uno de los grandes triunfos cinematográficos de todos los tiempos. Porque esta película, que resultó demasiado técnica para los coetáneos de Lotte Reiniger, fue un completo fracaso económico en su tiempo, pero toda una obra de arte en el nuestro. 

Las aventuras del príncipe Achmedcuya trama no es más que un pastiche de varias de las historias que se relatan en el mágico y exótico mundo de Las mil y una noches, fue la obra en la que centró tres años enteros de su vida y que la catapultó hasta los círculos más selectos y vanguardistas de la Alemania de entreguerras. El tiempo invertido en la grabación de esta película -estrenada en el año 1926- cobra todo el sentido cuando se estudia el proceder deLotte ReinigerPorque esta artista  manipulaba pequeños recortes de cartón y finas láminas de plomo bajo una primitiva cámara con la que conseguía crear auténticas historias animadas, que después de ser coloreadas cobraban una belleza realmente sorprendente.
Pero el talento de Charlotte Reiniger, conocida por todo el mundo como Lotte, comenzó a fraguarse mucho tiempo atrás.
 Como cualquier genio, Lotte, comenzó a sentir el gusanillo del cine desde bien pequeña. Atraída por el mundo de las sombras chinescas, la artista alemana supo casar sus dos pasiones para, desde bien pequeña y como un inocente juego, crear un teatro casero con el que deleitar a sus allegados. Entrada en la adolescencia, fue el cineasta francés George Méliès quien cautivó el cinematográfico ingenio de Lotte Reiniger. 

Sin embargo, no fue hasta que el director de cine alemán Paul Wegener se cruzó en su vida en una conferencia en el 1915, hasta que Lotte Reiniger no se lanzó. Tras escuchar las apasionadas palabras de Wegener, la alemana supo a lo que quería dedicar su vida, y tras convencer a sus padres, ingresó en la compañía de teatro en la que trabajaba el propio Wegener. Llegó, vio y venció. Sobre todo al director de cine alemán. No en vano, Lotte Reiniger solo tenía 17 años y sus obras ya llevaban impronta una gran maestría. 

Su camino en la compañía comenzó con los rótulos, pero pronto daría un paso más, encargándose de todos los decorados de las obras. La belleza de sus creaciones comenzó a ponerla en boca de todos los ambientes artísticos berlineses, y al poco tiempo fue admitida en el Instituto de Innovaciones Culturales. Allí creó su primera película de siluetas, El ornamento del corazón enamorado, creada en el año 1919. Durante esta experiencia, Lotte Reiniger sumó a su proyecto a la que sin duda sería su mejor inversión. Carl Koch, director de cine, cayó rendido ante el talento de la joven Reiniger. Se convirtieron en inseparables y juntos comenzaron un gran torrente de producciones.
Seguramente, muchos de los títulos que ambos crearon suenen a día de hoy. Lotte Reiniger suma a su biografía películas que después volvieron a aparecer en carteleras modernas. Tras el estreno de Las aventuras del príncipe AchmedLotte Reiniger realizó películas como El doctor Dolittle y sus animales, Hansel y Gretel, La cenicienta o Pulgarcita. 

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