"-Creo que te gustarían los cafés de Viena, y también los conciertos. Me gustaría presentarte a mi madre y a mis tías abuelas. En invierno siempre sacan abonos para todos los conciertos que hay en la Musikverein. Ahí tocan todo lo que te puedas imaginar. ¿Te gusta la música?
-Claro -dijo Martha con impaciencia-.¿Qué música les gusta a tus tías abuelas?
-Mahler, Bruckner...
-Odio esas cosas. No me gusta que me hagan sentir cosas todo el tiempo."
A la deriva, Penelope Fitzgerald