Seguro que muchos ya conocéis el revuelo formado entorno a las marcas moradas y circulares que lucían M. Phelps y otros deportistas en las Olimpiadas. El misterio ha sido resuelto, y los medios se han hecho eco de ello: se debe a una nueva técnica de tratamiento fisoterapéutico, el cupping.
Si algo tenemos en común deportistas y músicos profesionales es que a menudo le metemos al cuerpo más caña de la que puede soportar. A veces no importa lo cuidadoso que seas con calentamientos y estiramientos o con tu higiene postural, el problema está en el entrenamiento continuado o excesivo. Deportistas y músicos nos dedicamos a una actividad física de alto rendimiento, y esta actividad suele producirnos desde lesiones leves hasta auténticos problemas de salud. A raíz de estos problemas, buscamos terapias, ejercicios, técnicas y todo tipo de soluciones.
Cada temporada o con cada gran evento deportivo se dan a conocer nuevos tratamientos y técnicas. Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Londres con el Kinesio-taping. Esta vez la técnica protagonista ha sido el Cupping. La pregunta es, ¿en qué consiste? ¿Realmente funciona? ¿Nos serviría a los músicos?
¿Qué es el Cupping?
Esta técnica, aunque ahora se ponga de moda, tiene sus orígenes en la antigüedad. Algunos apuntan a las técnicas orientales Chinas, o incluso a la antigua civilización mesopotámica.
El tratamiento “consiste en la aplicación de ventosas sobre la piel, con las que se hace el vacío, succionando la piel y parte del músculo, de tal modo que se abren los poros y favorece la circulación sanguínea y linfática.” (web de Sanitas). Las ventosas son una especie de vasitos de cristal o plástico (de ahí el nombre de cupping, que procede de la palabra cup – vaso) que o bien se calientan o bien se utilizan sistemas de aspiración para que succionen la piel. De ahí esas marcas moradas que quedan después del tratamiento.
En teoría, esta succión, que activa la circulación de la zona, favorece a los músculos y tendones y está indicado en casos de tendinitis, sobrecargas musculares, inflamaciones, contracturas… etc.
¿Realmente funciona?
Muchos consideran esta terapia un método alternativo, no incluido dentro de la medicina científica. Otros achacan sus beneficios a un efecto placebo, y dudan de sus efectos positivos. En general, los atletas y entrenadores que lo han probado aseguran que es un buen método, como otro cualquiera, y que funciona.
En el blog Well del New York Times citan dos estudios científicos que se han realizados sobre los efectos de esta terapia. En el primero de ellos, un estudio realizado en 2012 sobre 61 pacientes con dolor de cuello crónico, a la mitad de ellos se le aplicó Cupping y a la otra mitad relajación progresiva. Los resultados mostraron que ambos grupos experimentaron cierta recuperación, sin embargo, los que probaron el Cupping tenían unos niveles de bienestar ligeramente más altos. En el segundo estudio citado, realizado a 40 pacientes con artritis de rodilla, se les sometió a la mitad de ellos al tratamiento con Cupping. Los resultados fueron positivos, sin embargo, se indicó que los beneficios podían achacarse al efecto placebo.
Según Leonid Kalichman (Profesor en Ben-Gurion University de Negev, Israel. Co-autor de un artículo sobre Cupping en Journal of Bodywork and Movement Therapies): “El efecto placebo está presente en todos los tratamientos, y estoy convencido de que es sustancial en el caso del Cupping también. El paciente puede sentir el tratamiento y ver las marcas que deja, y esto contribuye a ese efecto placebo.”
¿Nos serviría a los músicos?
Aunque parece que sus beneficios no están demostrados al 100%, los deportistas que lo utilizan hablan de sus efectos como una terapia que acelera la recuperación de manera natural.
Las características de la terapia indican que no puede utilizarse en todas las zonas del cuerpo, así que muchas lesiones de los músicos, localizadas en manos o rostro, posiblemente no podrían tratarse con esta técnica. Sí que es posible en problemas de espalda, hombros… etc.
La lógica nos dice que el tratamiento de Cupping no tiene porqué fallar: activa la circulación, algo básico a la hora de recuperar zonas musculares y tendones. Sin embargo, es cierto que otros métodos más sencillos, como los masajes, también tienen este efecto de activar la circulación.
Existen muchos tratamientos distintos que se pueden probar, al final decidir si te reporta beneficios es algo un poco personal. Sin embargo, lo que siempre se debe tener en cuenta es que el tratamiento lo aplique un profesional que comprenda y entienda el funcionamiento del mismo para evitarnos problemas.
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