Enrique Granados y el sinsentido de la guerra

Enrique Granados

Enrique Granados en 1914 (Foto de Dominio Público)

Hace exactamente 97 años, a primera hora de la tarde, un torpedo salía del tubo de lanzamiento de un submarino alemán que patrullaba el canal de la Mancha y partía en dos un pacífico barco de vapor francés que estaba regresando al continente. Un sinsentido más entre los que llenan las páginas de los libros de Historia, plagadas de conflictos bélicos, y en este caso también de Historia de la Música, pues una de las más de 80 personas que perdieron su vida en ese barco, el Sussex, era Enrique Granados.

El compositor español, a sus 48 años, estaba en un período de fuerte ascenso de su popularidad: la travesía era uno de los últimos tramos del viaje de vuelta de una gira americana tan exitosa que tuvo que prolongarse para incluir una actuación en la Casa Blanca ante el presidente Wilson. Nunca hubiera podido imaginar que el aplazamiento del regreso iba a resultar fatal para él y su mujer, quien le acompañaba en ese viaje y fue engullida por las olas junto con él (como se cuentan dos versiones similares de este episodio, difícilmente sabremos quién de los dos cónyuges, ya a salvo en una lancha, se volvió a lanzar al agua para socorrer al otro).

Entre las obras más célebres del compositor están las 12 danzas españolas que el mismo Granados afirmó haber escrito cuando tenía sólo 16 años, aunque es muy probable que las revisara profundamente en la última década del siglo XIX. Se trata de 12 piezas breves y sencillas aunque de gran expresividad entre las cuales destaca por su popularidad la nº5, Danza andaluza, que su amigo Fritz Kreisler arregló para violín y piano. La siguiente interpretación, del mismo Kreisler, es una grabación histórica en la que ni siquiera un fuerte ruido de fondo puede ocultar la frescura y expresividad del sonido del violinista austríaco.

Otra de estas deliciosas danzas que merece la pena destacar es la nº2, OrientalÁrabe. Esta la vamos a escuchar en la versión original, para piano solo, en la interpretación del mismo compositor. No se trata de una grabación en sentido estricto sino de la reproducción de un rollo de pianola perforado a partir de una interpretación del músico español.

No podía faltar la transcripción para flauta dulce de esta última pieza para las personas que disfrutan tocando este instrumento.

Danza española: Oriental

Enrique Granados (1867-1916): Danza española nº2. Oriental.

De 12 Danzas españolas.

Transcripción para flauta dulce y piano por Massimo Pennesi. Esta partitura interactiva ha sido publicada originalmente en el post Enrique Granados y el sinsentido de la guerra, del blog educacionmusical.es.

Enrique Granados

Rollo de pianola con la interpretación del mismo compositor de la danza española nº2, Oriental.

 

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Un corto recortado

Un corto recortado es el título de un cortometraje que realmente merece la pena difundir por el mensaje que transmite y por lo bien que está hecho.

Ha sido realizado por el profesorado y el alumnado de un colegio público de Primaria, más exactamente del CEIP Vicente Ferrer Ramos de Valderrobles, en Teruel, para provocar la reflexión sobre los efectos nefastos que está causando esta injusta política de recortes y sobre cómo puede llegar a ser la escuela pública en un futuro muy cercano si el Gobierno no cambia totalmente su actitud.

Nada más me queda felicitar a toda la comunidad educativa de este colegio por su esfuerzo y compromiso ―sobre todo a los y las que aparecen en la pantalla con su estupenda interpretación― y de manera especial al maestro que ha impulsado y guiado esta fantástica labor, Lorenzo Latore, por dirigir, grabar y montar la película, además de componer la música.

¡Enhorabuena y gracias!

Escuela Pública: de tod@s para tod@s

Visto en el blog de Con Ética Editorial.

Bolero

Maurice Ravel

Maurice Ravel (PD Wikimedia Commons)

¿Durante cuánto tiempo se puede mantener viva la atención del oyente con un material musical extremadamente pobre desde el punto de vista melódico, armónico y rítmico?

Tal vez Maurice Ravel (del que hoy celebramos el aniversario de su nacimiento) se preguntó eso mismo cuando decidió la estructura de una pieza de ballet que compuso para hacer frente a un encargo de Ida Rubinstein, que inicialmente consistía en la orquestación de seis piezas para piano de Iberia de Isaac Albéniz, que empezó pero no pudo llegar a completar por razones de copyright. Así, lo que fue un apaño debido a las prisas, llegó a ser una de las obras musicales más conocidas y apreciadas de todos los tiempos: su Bolero.

Cuando definimos como pobre el material utilizado por Ravel en esta obra, no exageramos en absoluto ya que sólo empleó:

  • una célula rítmica muy sencilla que se repite sin modificaciones por 169 veces:
Célula rítmica del Bolero de Ravel

Célula rítmica del Bolero de Ravel (CC Kokin en Wikimedia Commons)

  • una armonía constante, en tonalidad de do mayor, que aumenta, si cabe, el efecto obsesivo del ostinato. Única excepción es la brevísima modulación a mi mayor poco antes del final.

Sobre este acompañamiento:

  • una melodía muy sinuosa en la que se alternan dos temas: uno diatónico, que no se mueve de la tonalidad principal, y el otro cromático, que además contrasta armónicamente no sólo con el primer tema, sino con el acompañamiento. Ambos temas se repiten numerosas veces sin apenas modificaciones.

Quien conoce bien la obra sabe la respuesta a la pregunta inicial. Quien sólo conoce el famosísimo primer tema posiblemente se sorprenda cuando se entere de que esta obra dura más de cuarto de hora.

Sin embargo, lo más sorprendente en mi opinión no es sólo la cantidad; lo verdaderamente impresionante es que, gracias a su perfecto dominio de la paleta tímbrica y a su calculada dosificación de la dinámica, lejos de perder progresivamente esa atención finalizando antes de sea demasiado tarde, Ravel consigue intensificarla cada vez más, hasta culminar en un clímax tan alto del que no puede salir de otra manera que con un derrumbe.

Después de Ida Rubinstein, son varios los coreógrafos que han creado su versión del Bolero. Entre ellas, una de las que han tenido más éxito es sin duda la de Maurice Béjart, en la que un solista danza en una tarima circular alrededor de la cual se mueven los demás bailarines. Béjart asignó la parte del solista indistintamente a una mujer o a un hombre, de hecho las dos puestas en escena más memorable son las de la rusa Maya Plisetskaya y del argentino Jorge Donn.

He preparado un arreglo para la flauta dulce sin ninguna pretensión de conseguir mantener esa gran carga expresiva que tiene la obra original ―más bien al contrario, renunciando a ella de antemano debido a que esta versión no puede tener ni la riqueza dinámica ni la tímbrica de aquella― sino para darle la posibilidad a los aficionados a este instrumento de disfrutar tocando esa melodía tan sugerente.

El Bolero de Ravel

Maurice Ravel (1875-1937): Bolero.

Una de las obras más famosas de Maurice Ravel: Bolero (1928).

Transcripción para flauta dulce y piano por Massimo Pennesi. Esta partitura interactiva ha sido publicada originalmente en el post Bolero, del blog educacionmusical.es.

Maya Plisetskaya

Coreografía de Maurice Béjart.

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