Titanic, de James Horner

La famosa melodía de James Horner, pero no la versión de la cancioncita de Dion, sino el track de la banda sonora que viene con el título de Rose. Debidamente transportado, así el acompañamiento es auténticamente orquestal.

El comienzo tiene un nivel claramente más difícil que el resto de la partitura, si exceptuamos cierto pasaje hacia el final que llega hasta el la agudo y que bien puede plantearse para dos flautistas. Espero que os guste.

A propósito: si habéis llegado aquí buscando un arreglo escolar más estándar, os propongo, de entre los muchos que hay, el siguiente: http://clasesdemusicaeso.wix.com/titanic. No he logrado identificar su autor o autora, aunque sí su blog de proveniencia: http://clasesdemusicaeso.blogspot.com.es.

El Canon de Pachelbel, a cuatro flautas

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Sabedor de lo que os gusta esta pieza, os he preparado un ambicioso arreglo de la misma para cuatro flautas dulces —y sí: la cuarta lo tiene bastante más fácil que las demás.

Podéis tocar la obra a la velocidad que más os convenga, que tanto lenta como rápida queda bien resultona. Pero, obviamente, os recomiendo probar primero con tranquilidad...

¡Esto es un reto y lo demás son tonterías!

No olvidéis que pulsando sobre el cuadrado tenéis el noteflight en pantalla completa; o que, una vez ahí, podréis escuchar cada parte por separado seleccionado los pentagramas correspondientes en cada caso (y dándole al play, claro).

Por último: aquí tenéis la versión imprimible.

Orgullosos de un gran trompista (tal vez os suene de algo…)

Por todos conocido en segundo curso, puede que si eres de primero no lo recuerdes aún más que de cara, de habértelo tal vez cruzado en los pasillos del centro. En ambos casos os animo a escribirle enhorabuenas bajo esta entrada, que hace poco brilló al fin como solista en la orquesta en la que actúa; a saber, la prestigiosa Álvarez Beigbeder, radicada en Jerez de la Frontera. Y a los lectores ajenos al IES Andrés Benítez, pues también, que bien que se lo merece don Pedro Gálvez, nuestro trompista preferido.

Con su permiso, comparto con todos vosotros su estupenda interpretación, en Chipiona en torno a fin de año, del hermoso Romance para trompa de Camille Saint-Saëns (1835-1921), el mismo autor del celebérrimo Carnaval de los Animales.

Y ya, de paso, os propongo conocer la labor de su orquesta —llamada así en honor a Germán Álvarez Beigbeder (1882-1968), insigne compositor jerezano—, que recluta a jóvenes intérpretes de calidad para hacernos luego disfrutar con ejecuciones musicales tan buenas como esta del Andante de la Sinfonía "El reloj", de Joseph Haydn (1732-1809):
Se trata de una versión recomendada por Pedro, al que podéis ver tocar al fondo a partir del tercer minuto, y perteneciente al mismo recital. Podéis encontrar muchos vídeos más como este escribiendo en YouTube el nombre de la agrupación.

El día de la paz… y el de Auschwitz-Birkenau

Las casualidades pueden ser invitaciones a la reflexión. Este año, la misma semana en la que acabábamos celebrando el día de la paz y la no violencia coincidía en fechas con la misma semana en la que se conmemoraba un aniversario muy especial: el septuagésimo tras el cierre de cierto lugar en donde la paz se hacía añicos y en donde la sí violencia cercenó la vida de más de un millón de personas. Me refiero a Auschwitz-Birkenau, en Polonia, el campo de concentración y de exterminio más tristemente célebre de la historia

Un campo de concentración es una cárcel a gran escala en donde un determinado gobierno —uno que no suele ser precisamente pacífico-- decide "concentrar" por la fuerza a grandes masas de habitantes, habitantes de pleno derecho que, sin embargo, considera que deben estar alejados de la sociedad; ya sabéis: por pertenecer a una determinada raza, por profesar alguna religión o no profesar ninguna, por enamorarse de alguien del mismo sexo, por protestar ante un gobierno así... o hasta por, simplemente, ser personas con alguna discapacidad física.

Un campo "de concentración" también puede ser "de exterminio", cuando las autoridades —los nazis en este caso- no se conforman con que estos presos mueran sin cesar a causa de torturas, trabajos forzados o condiciones de vida nada saludables; cuando ya se trata de acabar directamente con ellos, de exterminarlos para siempre. En Auschwitz-Birkenau, y en otros muchos lugares, solían hacerlo mediante "cámaras" (habitaciones) de gas venenoso, lo cual era siniestramente más barato que gastar balas. 

Existen multitud de obras artísticas que han tratado de reflejar, aunque solo logren un mínimo simbólico, el dolor y el sufrimiento de los prisioneros de estos campos de concentración y de exterminio nazis. Son piezas que funcionan, a la vez, como emotivo homenaje y como recuerdo aleccionador, y contribuyen así al mantenimiento tan necesario de la muy necesaria memoria histórica, pues lo primero que hay que hacer para no repetir bestialidades es no olvidar nunca las que ya se han perpetrado.

Os propongo escuchar un ejemplo musical de una película bastante conocida sobre el tema y que os recomiendo absolutamente: La lista de Schindler (que se llama así porque un general, Oskar Schindler, traicionó a los nazis y, tras apuntarlos en sus listas, aprovechó su posición para rescatar a muchos judíos de estos campos). 


Buena parte del filme transcurre en Auschwitz-Birkenau, por lo que John Williams, el gran compositor de bandas sonoras, creó la siguiente pieza y la tituló precisamente así:
Como ejercicio de sensibilización y de dominio léxico, os invito a participar en los comentarios de esta entrada del siguiente modo: escribiendo un adjetivo, solo uno, que creáis que representa mejor la música que acabáis de escuchar. El único requisito es que no os repitáis entre vosotros.