Por: Isabel Villagar, profesora de canto
Hay millones de aspirantes en el mundo a poder vivir profesionalmente del mundo de la música. Es realmente fácil abrir la boca y cantar algo, casi todo el universo lo ha hecho alguna vez. Lleva poco gasto energético asociado.
Hay millones de aspirantes en el mundo a poder vivir profesionalmente del mundo de la música. Es realmente fácil abrir la boca y cantar algo, casi todo el universo lo ha hecho alguna vez. Lleva poco gasto energético asociado.
De ahí a pasar a creerse que uno es un grandísimo cantante (generalmente incomprendido por la humanidad) :) hay poco camino.
Una de las razones de esto es que al cantante aficionado le gusta mucho "oirse por dentro", cantar genera mucho placer, se acostumbra a su manera de hacerlo, sea correcta o totalmente insana y acaba "auto gustándose" mucho, hasta en demasía...
Incluso, la mayoría, se convierten en imitadores de sus cantantes favoritos o eso creen ellos que son.
Luego se encuentran con el juicio externo entendido (la realidad) y el batacazo suele ser descomunal. No entienden por qué no les contratan, por qué no pasan los castings, etc... y encuentran "mil razones" para auto justificarse y continuar por el mismo camino transitado (errado y erróneo).
¿Por qué esta imagen distorsionada de su propia realidad?
Es muy sencillo:
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