En el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón hemos puesto en marcha unos talleres musicales para alumnos de danza, inspirados fundamentalmente en el método de Émile Jaques-Dalcroze, con influencia de otros métodos activos como los de Kodaly, Orff o Willems. Estoy muy agradecida porque esta idea haya salido adelante y porque estos talleres me permiten enseñar música de una manera efectiva a la vez que divertida, tanto para los alumnos como para mi.
Si no conocéis el método Dalcroze, os animo a leer esta entrada que le dediqué en el blog hace unos años y cuyos puntos principales resumo a continuación: Método Dalcroze: rítmica.
Dalcroze quería solucionar los problemas que veía en los estudiantes de música y para ello desarrolló estrategias educativas que incorporaban el movimiento, pues creía que la musicalidad debía surgir del propio cuerpo. Había trabajado un tiempo en Argelia y allí los ritmos africanos habían despertado su curiosidad sobre la relación entre el ritmo y el movimiento.
Su método de enseñanza se basa en tres áreas fundamentales: la rítmica, el solfeo y la improvisación. La parte más conocida es la rítmica (conocida en inglés como "eurhythmics"), que se basa en el movimiento del cuerpo para desarrollar el sentido rítmico-musical.
Muchas de sus estrategias para la enseñanza del solfeo las pongo en práctica en mis clases de lenguaje musical, especialmente en lo que se refiere a la educación auditiva, al trabajo de escalas (que adaptaba de Do a Do') y a la improvisación.
Respecto al trato a los alumnos, es importante crear un clima de confianza y seguridad, que favorezca la expresión y la creatividad. Hay que evitar las conductas represivas: no resaltar que algo se hace mal. Es muy difícil aprovechar este tipo de clases si los alumnos se sienten cohibidos o juzgados. Con el trabajo grupal, los propios alumnos se irán adaptando a los demás en la medida de sus posibilidades.
En el siguiente vídeo se muestra a alumnos de enseñanzas profesionales de danza del Conservatorio de Gijón en sus primeros talleres de rítmica, realizando algunas actividades Dalcroze y Kodaly. Sus respuestas son espontáneas: los ejercicios no están preparados antes de la grabación.
- Podemos ver cómo ilustran con movimiento la anacrusa, crusa y metacrusa (la preparación antes del acento, el acento y el momento posterior al acento) como si se tratase de un partido de tenis imaginario.
- También los vemos improvisar movimientos con distintas figuras musicales al tempo del piano (que también improvisa): vemos a alumnos caminar a ritmo de negras, otros a ritmo de corcheas, saltar a ritmo de semicorcheas al entrar en aros grandes o lanzar blancas al entrar en aros pequeños. En otros ejercicios, reaccionan moviéndose de una u otra forma según cuál sea el ritmo predominante que escuchen al piano.
- Por parejas, se pasan una pelota por el aire al escuchar un intervalo ascendente. Si el intervalo que escuchan es descendente, se pasan la pelota rodándola por el suelo.
- Percuten, leen o cantan tarjetas rítmicas y melódicas. Sus compañeros deben reconocer auditivamente qué hay escrito en cada tarjeta.
- Aprenden canciones con percusión corporal y movimiento, en este caso una adaptación del canon Banaha. Tenéis partitura y consejos para su interpretación en la maravillosa web de María Jesús Camino: Canción Banaha.
Que disfrutéis del vídeo. Es solo una pequeña muestra de las muchas actividades que estamos haciendo. Gracias a los alumnos de danza por participar en la grabación y al Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón, especialmente al departamento de danza, por confiar en mi propuesta para realizar estos talleres.
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