La Editorial Musicalis, editorial que gestiona Música y Educación, ha publicado bajo licencia creative commons (para ayudar a su difusión) las Actas completas de la Jornada sobre las relaciones entre el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y la Universidad. La edición de las actas es de Víctor Pliego y yo he colaborado con resúmenes de algunas intervenciones y de los momentos de debate.
En este blog ya publicamos una entrada con las intervenciones ampliadas de la primera mesa de debate (enlace) al poco de volver de la Jornada, así como las conclusiones que se difundieron.
A continuación dejo las actas completas, de libre difusión:
Quiero agradecer y compartir esta reflexión de Raúl Ávila Gómez, profesor de Lengua y Literatura de Secundaria, que acabo de leer en el blog Experiencias musicales y otras... de Antonio Torralba.
Leedla, por favor.
LA IGNORANCIA DE LOS MAESTROS
La noticia es que un alto porcentaje de opositores de Primaria de Madrid no sabe cosas que en teoría debe saber un niño de 12 años.
Y sólo con teclear en Google “el 86% de los maestros” compruebas que la mancha de descrédito (otra más) ya se ha extendido, que el vertido ya ha hecho su efecto y no ha tardado en contaminar la red con su olor a política podrida.
Y lees el titular de un periódico supuestamente serio que dice “Maestros suspensos en Primaria” y piensas en el lamentable papel del medio que propaga un eslogan sin reparar en el evidente propósito ideológico que lo sustenta.
Y ves de qué manera tan burda se establece en las noticias de la 1 (de nuevo la voz de su amo) la conexión entre el problema y la solución, la asociación sesgada entre la falta de conocimientos de los maestros (o aspirantes, qué más da) y los cambios en el sistema de acceso previstos por el gobierno de la Comunidad de Madrid, esa administración a la que todos los ciudadanos decentes deberíamos estar agradecidos por su firme defensa de los servicios públicos.
Y te inquieta que el personal de una consejería regional se dedique a difundir las contestaciones erróneas de unas pruebas de selección (no sé cuanta gente escudriñando exámenes de 2011 en busca de disparates que acrecienten la insidia y la hagan más impactante y/o chistosa, elaborando minuciosas estadísticas en pro de la enseñanza de calidad).
Y te cabreas y dices que ya está bien, que hace unos meses tuviste que aguantar a los levantadores de la patria con lo de las dos horas más de clase a la semana y ahora esto. Y tiras del hilo en Internet y te cabreas más y dedicas tus mejores deseos del día a esos decididos impulsores de conciertos educativos, la consejera de la foto y el sucesor de Esperanza Aguirre —al que Dios guarde (bajo llave) muchos años—.
Y vuelve a última hora el calentón y te sientes solo y escribes un artículo para el periódico como el que mete un mensaje dentro de una botella.
Y luego se te pasa y piensas que no, que no podrán con nosotros. Y te pones a preparar la clase de mañana.
Raúl Ávila Gómez (Profesor)
Verdaderamente, corren malos tiempos para tantas cosas...
Un corto recortado es el título de un cortometraje que realmente merece la pena difundir por el mensaje que transmite y por lo bien que está hecho.
Ha sido realizado por el profesorado y el alumnado de un colegio público de Primaria, más exactamente del CEIP Vicente Ferrer Ramos de Valderrobles, en Teruel, para provocar la reflexión sobre los efectos nefastos que está causando esta injusta política de recortes y sobre cómo puede llegar a ser la escuela pública en un futuro muy cercano si el Gobierno no cambia totalmente su actitud.
Nada más me queda felicitar a toda la comunidad educativa de este colegio por su esfuerzo y compromiso ―sobre todo a los y las que aparecen en la pantalla con su estupenda interpretación― y de manera especial al maestro que ha impulsado y guiado esta fantástica labor, Lorenzo Latore, por dirigir, grabar y montar la película, además de componer la música.
Cada vez más docentes compartimos en la red nuestros materiales educativos para que quien lo desee pueda aprovecharlos. Actualmente en Internet hay miles de recursos entre los cuales seguramente habrá algunos que responderán a nuestras necesidades didácticas, ya sea para emplearlos con nuestro alumnado tal como están o tras algunas modificaciones para adecuarlos a las peculiaridades de nuestra aula, pero… hay que encontrarlos.
En esta tarea, que puede llegar a ser larga y tediosa, nos puede ayudar Didactalia, una comunidad formada por casi 15.000 miembros en la que actualmente están recogidos casi 50.000 recursos educativos abiertos, cifras que siguen creciendo muy rápidamente (hace tan sólo poco menos de un año, Antonio Omatos nos hablaba de 2.500 miembros y 25.000 recursos).
Didactalia también edita una revista en la que publica “artículos, reportajes y entrevistas a las personas que están aportando valor en la comunidad educativa con sus conocimientos, trabajo o aportaciones en el terreno de los recursos educativos en Internet”. Les agradezco mucho que me hayan incluido entre estas personas publicando hoy esta entrevista.
Mi ideal de artista es una persona comprometida con los demás, una persona que posee, además de unas grandes cualidades técnicas y estéticas que le permiten transmitir a los otros sus propias ideas y sentimientos, también una inmensa empatía para experimentar lo que siente el otro, su felicidad y su dolor, sus anhelos y sus miedos.
Daniel Barenboim es un maravilloso ejemplo de gran artista. En palabras de Edward Said: “es una persona capaz de entender y experimentar el sufrimiento de los demás, deseoso de hacer ese gran esfuerzo, aunque sea realmente muy duro, especialmente cuando uno sabe que es vulnerable, porque el sufrimiento no es monopolio de nadie.”
Dos grandes mentes, dos grandes corazones, dos grandes personas, Barenboim y Said se unieron para realizar un proyecto en el cual se complementaban de manera perfecta: uno judío y el otro palestino, uno músico y el otro filósofo, pero sobre todo ésto dos grandes filántropos buscando, a través de la música, la única vía para conseguir una solución a los problemas de convivencia del ser humano: el conocimiento recíproco. Nació así en 1999 la West-Eastern Divan Orchestra, compuesta exclusivamente por jóvenes mediorientales.
Es muy fácil decir que la música rompe barreras o que amansa a las fieras, pero que nadie crea que es fácil sentar en el mismo atril de una orquesta a dos personas que han sido educada para un recíproco odio atávico, a las que han transmitido la idea de que el otro es un ser desalmado cuyo mayor deseo es hacerle mucho daño a ellos y sus familias o incluso han experimentado directamente el sufrimiento de la violencia, el miedo del terrorismo (de ambos bandos) o la humillación del castigo inmerecido. Es muy difícil, sin duda.
Sin embargo, Barenboim cuenta que “este proyecto destruyó de golpe los clichés vacíos que tenían estas personas”, que han llegado a sentir no sólo el respeto debido al excelente músico que tienen al lado, sino auténtica admiración hacia personas que ni siquiera imaginaban que pudieran existir en ese país tan profundamente odiado.
Tanto las dificultades como los logros se entreven en el documental Knowledge is the Beginning, galardonado con el Emmy al mejor documental sobre arte de 2006. Os aconsejo vivamente que lo veáis, al final de esta entrada, sin que os desanime la necesidad de leer los subtítulos en español, pues el audio está en inglés, alemán y judío, pues está lleno de testimonios muy emotivos de varios jóvenes músicos. El más elocuente está relatado por el mismo Barenboim, quien cuenta cómo una chica de Ramallah, muy emocionada, le agradeció repetidamente su presencia allí diciendo “You are the first think that come from Israel that I see that is not a soldier nor a tank” (usted es la primera cosa que viene desde Israel y que veo que no es un soldado o un tanque).
Se puede odiar o recelar de manera tan fuerte sólo algo que se desconoce por completo o hacia lo cual se tienen prejuicios tan fuertes que impiden conocer más allá de la superficie. De nuevo cito a Said, en su discurso de agradecimiento por el premio Príncipe de Asturias de la Concordia que compartió con Barenboim: “La ignorancia no es una estrategia para la supervivencia sostenible”. Sin duda, el conocimiento es el comienzo.
Barenboim, al ser preguntado sobre el carácter político de la West-Eastern Divan Orchestra, lo niega -quizás porque lamentablemente hoy en día la palabra política ha adquirido un valor muy negativo debido a la corrupción de muchos de los que se dedican profesionalmente a ella-, afirmando: “hago lo poco que puedo, es mi profesión, soy músico. No es política, es empatía”. Ciertamente, tanto su proyecto como su persona desbordan música y empatía, además de modestia, pero en esto disiento con él: sí es política, la política que me gusta, la que se hace pensando en las personas -algo que necesitamos tanto como el agua-, la que se hace con coherencia y valentía, aunque pueda provocar situaciones incómodas, como la que se puede ver casi al final del documental con la ministra de Educación de Israel.
La orquesta, que empezó sus andanzas en Weimer (Alemania), a partir de 2002 se estableció en Sevilla, abriendo sus puertas también a músicos españoles. La razón por la que se eligió Andalucía, tal como afirman los autores del proyecto, es que el sur de España ha sido el único lugar de la historia donde la convivencia entre árabes, judíos y cristianos funcionó durante varios siglos, una herencia de la que tenemos que estar orgullosos y no dejar de sentir y asumir la responsabilidad.
Daniel Barenboim cumple hoy 70 años.
Para él van mis más sinceras felicitaciones y mi más profunda admiración.
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