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La planificación es clave en el trabajo del músico. Trabajar de manera regular en una misma tarea requiere mucha disciplina, pero no todos contamos con esta disciplina. Para los que más les cuesta y necesitan una motivación extra para ponerse a trabajar, la planificación es un salvavidas.
Lo primero que uno necesita para poder planificarse es marcar una meta. Esta meta puede ser: una oposición, una audición, un examen, una mejora en el aspecto técnico, un concierto, un concurso… Normalmente, son metas con fecha determinada, con lo que el trabajo de planificación se debe hacer con vistas a esa fecha.
Independientemente del objetivo elegido, el sistema para planificarse no tiene por qué variar. Primero, haremos un planing con el calendario incluyendo pequeños objetivos que nos ayuden a alcanzar el objetivo final. Por ejemplo, si nos preparamos para un concierto con un programa que nunca hemos estudiado, el planing podría ser así:
Tras elaborar un planing general, cada semana nos centraremos en escribir un planing más concreto en el que conste:
- Las horas de estudio de las que vamos a disponer cada día.
- Los objetivos diarios (concretos, como por ejemplo, conseguir subir el tempo de 100 a 120).
- Subsanar los posibles retrasos con respecto a la semana anterior de trabajo.
- Las dificultades que queremos superar.
- Cada semana tiene que tener un día libre, sin estudiar, que nosotros mismos elijamos.
Conforme vayamos estudiando y avanzado, nosotros mismos observaremos que hay obras que requieren de más estudio y otras de menos. Debemos ser capaces de ver esto y reforzar en nuestro planing de cada semana las obras que nos presentan más dificultades. Cuando la fecha de nuestro objetivo se vaya acercando, debemos emplear menos horas de estudio al día y hacer el esfuerzo más grande al principio de la preparación. Así evitaremos ponernos más tensos o lesionarnos por sufrir estrés.
Hay muchas formas de planificarse y distribuir el trabajo. Lo importante es que encuentres tu sistema y lo apliques. Gracias a que estuve trabajando un tiempo en una empresa de diseño, aprendí distintas formas de organización y planificación. En las empresas de informática o similares, en las que se realizan trabajos que están compuesto por pequeñas subtareas, se usa mucho las Scrum Dashboard, o Pizarra de Tareas. Es algo así:
Podemos adaptar esta dashboard a nuestro trabajo como músicos. Pondríamos los campos:
- Por estudiar: Incluiríamos todo aquello en lo que queremos trabajar. Por ejemplo, un aumento en el tempo, un pasaje técnicamente difícil, una frase compleja…
- Estudiando: Aquí pondríamos lo que estamos trabajando en ese momento.
- Conseguido: Todo aquello que ya hemos estudiado y consideramos que hemos logrado hacer bien.
- Por mejorar: Aquí incluimos aquello que ya hemos conseguido pero, aún así, creemos que se puede mejorar.
- Problemas: Todo aquello que ya hemos estudiado y se nos atasca y en lo que debemos trabajar más intensamente.
- Dudas: Esas pequeñas dudas que nos surgen y podemos preguntar a nuestro profesor o ver grabaciones de profesionales para despejarlas.
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También puedes visitar este otro post, en el que te hablamos de la planificación de una jornada de estudio.
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En unas semanas tendrán lugar las pruebas de acceso para la mayoría de conservatorios, ya sean de Enseñanzas Profesionales como Superiores. Quienes hemos estudiado en un conservatorio sabemos lo que suponen unas pruebas de acceso. Los profanos en la materia podrían pensar que puede parecerse a un examen de selectividad, pero en el caso que nos ocupa el componente de presión es bastante mayor, ya que la prueba principal consiste en tocar solo frente a un tribunal.
Si estás leyendo esto probablemente tienes la intención de presentarte y buscas algún/os consejo/s que te sirvan de ayuda para superarlas con éxito. Para empezar, a estas alturas ya deberías tener claro el centro al que quieres acceder y quién será tu profesor de instrumento, saber en qué consisten las pruebas, el repertorio que presentarás, haber buscado un pianista acompañante si procede y un conservatorio alternativo por lo que pudiera pasar (esto último en el caso de Enseñanzas Superiores). Recuerda que las pruebas teóricas también son extremadamente importantes.
Siento decepcionarte, pero si no llevas al menos seis meses con tu estudio musical focalizado en las pruebas poco puedes hacer en el tiempo que te queda. No obstante, si este es tu caso no te desanimes, pon todo tu empeño y presentate igualmente; si accedes estupendo y si no al menos la experiencia será positiva en cualquier caso: habrás aprendido cosas que te servirán en muchos ámbitos de la vida, siempre que seas capaz de identificarlas.
Siéntete como en casa
Desde YA hasta el día de la prueba centra tus esfuerzos en recrear las condiciones que encontrarás frente al tribunal para así estar familiarizado con las sensaciones que sentirás y crear una sugestión positiva que te facilite el éxito.
Deberías hacer al menos un pase completo del repertorio cada día por varios motivos, principalmente para conocer el repertorio como la palma de tu mano y para ganar en resistencia física (esto es especialmente importante en el caso de viento, sobretodo metal). Cuando vayas a tocarlo imagina que estás en la prueba, frente al tribunal; imaginate sosegado, seguro de tí mismo y haciendo una actuación excepcionalmente buena. Aunque cueste de creer, estás sugestionando a tu mente y tu cuerpo para que ese día respondan así.
Añade presión
Pasarás nervios (¡y lo sabes!), lo cual provoca -entre otras cosas- un aumento en el ritmo cardiaco y la respiración. Algo similar ocurre cuando hacemos ejercicio físico así que, aunque parezca una locura, sube y baja a buen ritmo un tramo de escaleras inmediatamente antes de tocar el repertorio de la prueba. Las sensaciones que sentirás – agotamiento, que te falta el aire, notarte acelerado…- se parecen bastante a tu estado físico en el momento de la prueba, de manera que acostumbrandote a ellas de antemano conseguirás que no te resulten tan incómodas.
Tendrás muchas distracciones: estarás en un entorno que desconoces y habrá elementos que llamarán tu atención, pero debes centrar tu atención en tocar las obras. Una buena manera de recrear esas distracciones es generando a tu alrededor estímulos que te tienten a despistarte. Estudia con la televisión o la radio encendidas o con un metrónomo fuera de tus tempi. Pero recuerda: se trata de evitar esos estímulos y concentrarte en tocar…
Tocarás frente a unas personas a quienes probablemente nunca has visto y de quienes sabes que van a ser críticos contigo. Haz tantos pases del repertorio con público como te sea posible. Las madres y abuelas valen, pero mejor pide a tus compañeros que te escuchen mientras tocas y te digan qué aspectos debes mejorar. Si también tienes la posibilidad de que te escuche otro profesor que no sea “el tuyo” mucho mejor.
Día D, Hora H
Llegará el gran día y tú tendrás que enfrentarte a un tribunal y a tu conciencia. Estate tranquilo, relajado y optimista; calienta lo necesario, pero sin excentricidades ni “demostraciones de fuerza” (recuerda: quien va a evaluarte es el tribunal, no los otros candidatos); entra a la prueba instrumental con la intención de disfrutar de haciendo música dando lo mejor de tí mismo.
Puede que gustes más o menos, puede que accedas o puede que no. En cualquier caso, recuerda que lo más importante es ser honesto con uno mismo y todo esfuerzo recibe tarde o temprando su justa recompensa. ¡¡¡A por ello!!!
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