Nos encontramos en los albores de un nuevo curso.
Empezar algo, sea lo que sea, un curso, un año, unas vacaciones… representa una magnífica ocasión para dar cabida a nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevas actitudes, nuevos propósitos… un nuevo comienzo es una nueva oportunidad.
Pero, ¿para qué esperar a que “empiece” algo nuevo? Cada día y cada momento nos brindan este regalo: el presente.
Aún así, me tomo este nuevo inicio de curso como un símbolo, como un punto de referencia.
Pero este punto de referencia no es estático, se mueve continuamente, cambia constantemente, de hecho es un paso más, un paso natural, o un paso con un empuje distinto, como un trampolín para lanzar mis ganas, mis ideas, mis deseos… lo más lejos posible y empezar a hacerlos realidad.
¡Feliz 2015/2016!
Archivado en:
Personal,
Reflexiones