Brevísimo preludio en tiempo de mazurca pubblicado en 1839.
Transcripción para flauta dulce y piano por Massimo Pennesi. Esta partitura interactiva ha sido publicada originalmente en el post Centenario de Chopin, del blog educacionmusical.es.
La Historia de la Música, al igual que la Historia de las demás expresiones artísticas, necesita clasificar autores y obras en épocas y movimientos para de esta manera identificar más fácilmente los elementos estilísticos que los unen o los diferencian. Hay períodos muy fáciles de delimitar, como por ejemplo el Barroco, gracias a su omnipresente bajo continuo y a sus grandes contrastes dinámicos y tímbricos. Al contrario, hay otras épocas consecutivas que se funden en su punto de unión de manera tal que presentan simultáneamente los ideales de ambas poéticas, totalmente contrastantes y sin embargo en perfecta armonía.
Esto es muy evidente en el caso del paso del Clasicismo al Romanticismo, trance para el cual es muy difícil fijar una fecha, aunque aproximada: algunos autores (cada vez menos) la sitúan en el cambio del siglo XVIII al XIX, otros coincidiendo con la muerte de Beethoven (1827) y otros aún alrededor de 1820. Esta última opción, la más aceptada actualmente, es la única que tiene en cuenta, además de los muchos rasgos románticos que posee la producción musical del último Beethoven, la inexistencia de claros elementos de diferenciación entre el lenguaje musical del Clasicismo y el del Romanticismo, algo que sí existía en otros momentos, por ejemplo en el Barroco, con el bajo continuo.
En este contexto resulta bastante inadecuado clasificar (si nos empeñamos en hacerlo por mera costumbre) a Beethoven entre los compositores clásicos sin más, así como también lo sería definir simplemente como romántico a Franz Schubert, que, aunque mucho más joven que su colega, murió tan sólo un año después de aquel, hoy hace exactamente 184 años.
A pesar de haber vivido sólo 31 años, Schubert nos dejó un catálogo de obras bastante amplio que incluye las principales formas instrumentales de la tradición clásica: 1o sinfonías, 21 sonatas para piano y 16 cuartetos de cuerda además de varios tríos, quintetos y otras formaciones camerísticas.
También se dedicó a la ópera, componiendo varias, sobre todo Singspielen, aunque lo que realmente destaca de su música vocal son los más de 600 Lieder, canciones para solista acompañado por un piano sobre poemas de grandes escritores románticos como Wolfgang Goethe, Wilhelm Müller o Matthias Claudius. Este último es el autor de los versos de La muerte y la doncella, a la que Schubert puso música en 1817. El texto consiste en dos estrofas: en la primera la doncella suplica a la muerte que la deje vivir pues todavía es muy joven y en la segunda la muerte le contesta intentando tranquilizarla, presentándose como una amiga entre cuyos brazos tendrá un sueño dulce y suave.
Varios años después, en 1824, tras un grave brote de la enfermedad que le llevaría a su prematura muerte, Schubert utilizó esta melodía como tema para las variaciones que constituyen el segundo movimiento de su Cuarteto de cuerda nº 14 en re menor, composición que también toma el nombre del poema. La obra está cargada de dramatismo desde el primer acorde, atacado con energía por los cuatro instrumentos. Cuatro robustos acordes fortissimo enlazados por tresillos dejan paso repentinamente a un pianissimo, dos expresiones extremas que seguirán alternándose en todo el movimiento de la misma manera en que el desgarro y la melancolía también se van turnando.
Las cinco variaciones que componen el segundo movimiento están construidas de manera que los cuatro instrumentos se alternan en la parte del solista, acompañados por los otros tres que, además de la función armónica, se encargan de mantener un ritmo trepidante.
El trío del tercer movimiento, un scherzo construido sobre el esquema del minueto clásico, es el único momento tranquilo del cuarteto, un instante de paz entre los fortissimi sincopados del resto del movimiento y el frenético cuarto tiempo, un tiempo de tarantella, danza italiana que según la tradición imitaba las convulsiones provocadas por la picadura de la tarántula, algo que varios autores describen como una especie de danza de la muerte.
Entre las muchas transcripciones que se han hecho de este cuarteto hay que destacar la que planificó Gustav Mahler para orquesta de cuerda, de la que sólo llegó a realizar el segundo movimiento y que fue completada por el editor. Personalmente prefiero la versión original aunque como curiosidad, y también porque ofrece la posibilidad de seguir la obra leyendo la partitura, os la propongo en el vídeo siguiente.
De vuelta al piano, y a tiempo para el vals de Agosto, enlazo aquí esta grabación que he encontrado en la que un genio interpreta a otro, agradeciendo a los amantes de la música que publiquen estas joyas.
Vals Op. 64 nº2 de F. Chopin interpretado por el pianista y compositor ruso Sergei Rachmaninoff.
(Ved la PARTITURA con la correspondiente dedicatoria.) Una vez comprobado de nuevo de qué manera el romanticismo de Chopin invita a la ensoñación, vamos a ver que también lo hacen - y mucho - el verano y la obra Rachmaninoff; si no, que se lo digan a Tom Ewell....
Siempre es tempo giusto para revisar "la tentación" de Billy Wilder, y siempre lo es para escuchar el primer movimiento del famosísimo Concierto para piano y orquesta nº2 Op.18 en Do menor que el propio Rachmaninov estrenó en 1901. Aquí lo interpreta su autor.
De vuelta al piano, y a tiempo para el vals de Agosto, enlazo aquí esta grabación que he encontrado en la que un genio interpreta a otro, agradeciendo a los amantes de la música que publiquen estas joyas.
Vals Op. 64 nº2 de F. Chopin interpretado por el pianista y compositor ruso Sergei Rachmaninoff.
(Ved la PARTITURA con la correspondiente dedicatoria.) Una vez comprobado de nuevo de qué manera el romanticismo de Chopin invita a la ensoñación, vamos a ver que también lo hacen - y mucho - el verano y la obra Rachmaninoff; si no, que se lo digan a Tom Ewell....
Siempre es tempo giusto para revisar "la tentación" de Billy Wilder, y siempre lo es para escuchar el primer movimiento del famosísimo Concierto para piano y orquesta nº2 Op.18 en Do menor que el propio Rachmaninov estrenó en 1901. Aquí lo interpreta su autor.
Aquí iré colocando vuestros fotobabbles a medida que me los enviéis. No repitaís compositor y por favor, antes de poneros a trabajar sobre uno de ellos aseguraos que pertenece al romanticismo.
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