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Durante la segunda semana de julio ofrezco en la escuela Musicaeduca de Alcalá de Henares clases intensivas de clarinete.
Si se te hace el verano demasiado largo hasta volver a empezar con las clases habituales, si tienes alguna duda en cuanto a tu embocadura, respiración, sonoridad, afinación, repertorio…, si tienes que examinarte en septiembre y necesitas un refuerzo, etc. puedes aprovechar estas fechas y escoger hasta tres clases individuales de una hora de duración cada una.
Se hará hincapié en realizar un buen calentamiento para preparar convenientemente el cuerpo y el oído para la práctica y la interpretación, prestando atención a la respiración, a la embocadura y a la emisión sonora (calidad de sonido, flexibilidad, afinación, etc.). Se podrán trabajar los estudios y/o el repertorio a elección de cada alumno.
Las clases intensivas de clarinete se enfocan a las necesidades particulares de cada alumno. El nivel puede ser tanto elemental como profesional o superior, y no importa tu edad!!
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Cecilia
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Cuando trato el tema de la respiración en la clase de clarinete, hay una frase que siempre evito por todos los medios: “respiras mal”.
Si nos paramos a pensar, ningún alumno respira realmente mal. Las personas que respiran mal están desgraciadamente en el hospital o requieren oxígeno extra para vivir. El resto, hacemos lo que podemos.
Por supuesto hay maneras más o menos adecuadas de respirar para tocar un instrumento de viento. Por supuesto podemos mejorar nuestros hábitos respiratorios, lo cual no sólo favorecerá nuestro desarrollo instrumental en particular, sino también nuestra salud en general.
Levantar los hombros, por ejemplo, no tiene por qué estar directamente relacionado con una respiración “alta” (desaconsejable para una respiración adecuada). Cualquiera que se haya ocupado un poco de la fisiología de la respiración sabe que la cintura escapular es un conjunto de articulaciones “posada” sobre la caja torácica, con la que se une mediante músculos y tendones, pero que necesita de un movimiento mucho más amplio que un pequeño alzamiento de hombros para colaborar con la apertura hacia arriba de la caja torácica. En todo caso, tener los hombros levantados es un signo inequívoco de tensión general y debe evitarse para una buena postura en general y para desarrollar una buena sujeción del instrumento y adquirir una buena técnica de dedos.
A mi personalmente me gusta empezar el trabajo consciente de la respiración para generar un soplo en el instrumento que sea eficaz y ayude a desarrollar un buen sonido.
A veces es más fácil decir “baja los hombros” o, lo que es peor, “no subas los hombros” y ya está, que pasar por un camino más largo y cuidadoso, de observación, concienciación y práctica.
Lo cierto es que, a partir de cierto punto, “hay que tocar con mucho aire” y es absolutamente normal que el alumno (tengo en mente un principiante) haga “demasiado” para lograr llenarse o para tener la sensación de que está lleno de aire. Es más que probable que levante los hombros, que tense la cara, el cuello, los brazos y las manitas… Y aún así no “coja” todo el aire que piensa que necesita!
Es ahí donde empiezo el camino de lo que yo llamo la “profundización”. Qué palabreja. Profundizar el aire no es más que observar y aceptar nuestra respiración en reposo (trabajamos en postura tumbada, sentada y de pie) e ir alargando la inspiración para ir, poco a poco, involucrando la musculatura respiratoria más profunda. Empieza un camino de nuevas percepciones y sensaciones.
La construcción de sensaciones a lo largo del aprendizaje instrumental es crucial para mi manera de afrontar la pedagogía instrumental. No sólo en la cuestión de la respiración y el soplo, sino para la totalidad de los elementos técnicos y musicales que se vayan a trabajar. Por otro lado, es de igual importancia la formación del oído, aprender a escuchar y a saber qué es lo que queremos escuchar. La construcción de sensaciones por sí misma quedaría incompleta si no va relacionada con un resultado sonoro concreto.
Por tanto, el trabajo respiratorio fuera del instrumento es vital para mi manera de enseñar a tocar el clarinete: reconocerse a uno mismo en la propia respiración, ir desarrollando sensaciones y creando buenos hábitos respiratorios, relacionarnos de una manera “viva” con el instrumento (para lo cual necesitamos un buen trabajo de embocadura) y generar un soplo eficiente para lograr una sonoridad plena, flexible y adecuada a la música que vamos a interpretar…
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Cecilia
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Si bien se considera a Bartolomeo Cristofori como el creador del piano moderno, desde sus orígenes hasta nuestros días este instrumento musical ha sufrido cambios y mejoras de diversa índole.
Desde que apareciese el primer piano la idea fundamental para su construcción no ha variado pero se han mejorado algunos aspectos para optimizar el sonido. Entre los cambios que se han ido implementando podemos hablar de la utilización de nuevos materiales, como el acero en las cuerdas o el fieltro en los martillos, el incremento progresivo de notas para aumentar su capacidad musical y la mejora del diseño.
Con posterioridad a Cristofori, el constructor de órganos Gottfried Silbermann comenzó a construir sus propios pianos, modificando algunos aspectos del instrumento de Cristofori. De los discípulos de su taller surgieron dos famosas escuelas de construcción de pianos: la escuela alemana y la escuela inglesa; la primera, de la mano de Stein y la segunda, a cargo de Johannes Zumpe y Americus Backers.
Entre los años 1760 a 1830 hubo una gran expansión en la construcción de pianos. En 1775 se construyó el primer piano en Estados Unidos. En este país Heinrich Steinweg, emigrante alemán, comenzó a fabricar unos pianos que destacaron por su calidad y que originarían años más tarde los prestigiosos Steinway & Sons.
LOS PIANOS ALEMANES
Los pianos alemanes más tradicionales permiten modelar la música con una gran expresividad. Su principal característica es su sonido romántico, suave y con mucha amplitud. A su calidez armónica se suman los bajos y tenores profundos y su amplia sonoridad.
Son pianos que dan lo mejor de sí mismo en los conciertos dentro de la orquesta, ya que el músico puede acoplarse a ésta con gran facilidad y control sobre el sonido. Ése es uno de los motivos de que pianos como los Steinway & Sons estén presentes en la mayoría de salas de conciertos.
Los pianos verticales alemanes son de gran tamaño, por lo que emplean cuerdas más largas y tablas armónicas mayores. De esta forma, proporcionan mayor volumen, mayor claridad y mayor potencia.
La solidez de sus materiales hace que el sonido se trasmita con mayor velocidad y menor absorción de ondas, de manera que la sonoridad es muy superior.
LOS PIANOS INGLESES
Los pianos ingleses, como Broadwood, tienen un sonido más fino y de menor amplitud de onda. Los más tradicionales poseen un sonido de dulce, mientras que los más modernos se caracterizan por un sonido más brillante. Por ello, se adaptan a la perfección a la ejecución de la música clásica.
LOS PIANOS FRANCESES
Los pianos franceses siguen la estela de los pianos alemanes en cuanto a su sonido suave y romántico. En general, son más cálidos que los pianos ingleses. Entre los más destacados, Erard, Pleyel o Gaveau.
OTROS PIANOS EUROPEOS
Petrof es otro de los grandes fabricantes de pianos radicados en Europa, en este caso en la República Checa. Y de Austria proviene la marca Bösendorfer, otra de las más destacadas del mundo.