Estudiar música… ¿y algo más?

Todos hemos llegado a ese momento en el que tenemos que elegir carrera. Una importante decisión para la que nunca se está lo suficientemente informado, y que se toma en una época en el que no siempre se tienen las ideas claras. En el caso de un estudiante de Conservatorio, este momento también es decisivo con respecto a su carrera musical: ¿seguir o no? 

Desde mi punto de vista, y lo veo también en amigos con los que he hablado del tema, los jóvenes necesitan mayor orientación a la hora de tomar esta importante decisión. No es que una vez tomada, no haya vuelta atrás. Pero si hemos elegido “bien”, nos ahorraremos momentos de desazón y tiempo invertido en una carrera que no nos llena. Por eso siempre he insistido en la necesidad de un buen departamento de orientación, no sólo en el instituto/escuela, sino también en el Conservatorio. Muchos alumnos acaban depositando sus decisiones en profesores o padres, que no tienen la formación ni la capacidad suficiente para orientar a un chic@ de 18 años en una decisión tan relevante.

Una de las dudas que surgen en esta época es: ¿Sigo con la música o elijo otra carrera? Yo propongo, ¿por qué elegir? Si realmente quieres, puedes estudiar las dos cosas a la vez y “salir indemne” 😉 Este fue mi caso, decidí estudiar una licenciatura y un superior de música a la vez, y lejos de arrepentirme, me alegro cada día más de haber tomado esa decisión.

¿Cómo puedes hacerlo sin morir en el intento?

Querer es poder

Si eres músico, sabrás que si no te apasiona, no vale la pena seguir con ello. Esto es algo que se extiende a todo en la vida, y que debe regir tu toma de decisiones. Para poder hacer algo, tienes que desearlo y disfrutarlo. En tu interior debe haber una balanza entre lo bueno y lo malo que te reporta, y esa balanza tiene que inclinarse siempre en lo positivo. En otro caso, estarás perdiendo el tiempo empeñándote en algo que no te hace feliz.

Cuando quieres lograr algo muy difícil, como en este caso, llevar dos carreras a la vez; sólo puedes conseguirlo porque realmente quieras, y te vuelques en ello. Si te gusta lo que haces, y te gustan las carreras por las que te has decidido, todo irá sobre ruedas.

No tienes que ser un super-hombre, sólo super-organizado

No hace falta que seas “un superdotado”, la clave de poder llevar varias cosas a la vez sin despeinarte, es organizarte. Lo primero que debes hacer es elaborar un buen horario con todas las horas de clase y los momentos libres que te queden para estudiar.

A pesar de que estarás muy ocupado, es primordial que dejes siempre pequeños huecos para disfrutar de tu tiempo libre, relajarte y estar con tus amigos. Salir, divertirte, o dedicarte a tus hobbies, en lugar de robarte tiempo, te dará tranquilidad y equilibrio. Si no tienes ese equilibrio en tu vida entre estudios y ocio, ¡vas a volverte loco!

Priorizar será prioritario

No es posible llevar dos carreras a la vez si quieres hacerlo todo al mismo tiempo y a buen nivel. En mi caso, fue lo que más me costó, saber elegir a qué le daba prioridad en cada momento y aprender a dejar el resto de lado.

¿En qué se traduce priorizar? Por ejemplo, en no cogerte tooodas las asignaturas de la universidad cada año. En mi caso, elegía las que podía compatibilizar con mis horarios del Conservatorio. Tardarás más tiempo en sacar terminar la carrera, pero lo haces más holgado, con mejores notas en tu expediente y sin pasarte todos los veranos estudiando para recuperar las asignaturas con las que no diste a basto.

También hay que priorizar en las pequeñas cosas. Si tienes encuentro de orquesta, esa semana no vayas a la universidad. Si tienes un examen en la universidad, ese fin de semana estudia menos horas para el Conservatorio. Día a día vas organizando y distribuyendo el peso de tu trabajo a uno y otro lado.

Habla con los profesores

Tus profesores, tanto de un lado como de otro, tienen que conocer tu situación. No porque merezcas un trato más “indulgente”, sino porque pueden ayudarte a compatibilizar, especialmente cuando hablamos de horarios.

En mi caso, muchos profesores me dieron acceso a una evaluación sustitutoria en el caso de que no pudiera asistir a clase. También pueden ayudarte si te coinciden unos exámenes con otros, o algunas clases. Por ejemplo, pueden cambiarte de grupo para que puedas asistir. No todos los profesores van a mostrar tanto interés en ayudarte, es cuestión de suerte. Yo a veces la tuve, y otras veces no. En cualquier caso, no pierdes nada por hablarlo con ellos y pedir su ayuda.

¿Qué tiene de bueno, y de malo?

Ventajas

La principal ventaja es que aumentas tus posibilidades de trabajar. Tal y como está el mercado laboral hoy en día, esto es esencial. Cada vez hay jóvenes más formados, y menos trabajo al que acceder, así que mayores conocimientos significarán más puertas abiertas.

Otra cosa buena de tener otros estudios además de los musicales es que te da un “plan B” en el caso de que tengas sufras algún problema que te impida seguir con la música. Por ejemplo, en el caso de las lesiones graves.

También está el hecho de abrirte a otras esferas alejadas del mundo musical. Como sabemos, es un mundo bastante cerrado, “lleno de músicos”. A veces es bueno tener contacto con “el exterior” conocer a otras personas, con vidas distintas, con ocupaciones distintas y sueños distintos. Pueden contagiarte muchas cosas buenas, y ayudarte a ver el mundo de la música desde otra perspectiva.

Inconvenientes

El inconveniente más claro: la falta de tiempo. A pesar de que te organices bien, y priorices, la verdad es que siempre sentirás que te falta tiempo. Tendrás momentos en los que querrás abandonar y simplificar tu vida. Pero se pasarán, y cuando termines esta época estudiantil, incluso echarás de menos esta dinámica.

Otro parte negativa de estudiar varias carreras es que en el futuro también tendrás que elegir entre una vida laboral y otra. Hasta el momento, yo he compaginado ambas cosas, pero es cierto que a veces tienes que renunciar a un encuentro orquestal por otros trabajos, o a esos trabajos por prepararte para unas audiciones. Al final, siempre andas con un pie en cada barco, sabiendo que algún día se separarán y tendrás que subir a uno, o caer al agua.

Si de verdad te gusta la idea de estudiar algo más a parte de música, yo te animo a que lo intentes y disfrutes de todo lo bueno que ese otro mundo te puede aportar.

Libros recomendados

 
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Tomarte un descanso de la música puede hacerte un mejor músico a largo plazo

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: http://www.thestrad.com/taking-a-break-from-music-might-just-make-you-a-better-player-in-the-long-run/

Fecha: 25 Enero 2016

Título original: Taking a break from music might just make you a better player in the long run

Pauline Harding considers why having a break from music might be the healthiest thing you can do

 

Existe un argumento persistente que impregna el mundo de la música clásica: para aprender a tocar un instrumento correctamente, debes empezar cuanto antes y trabajar duro, porque es la única manera de desarrollar tu oído, tu mente y tus músculos de forma rápida, eficaz y de una manera que te servirá durante toda tu vida musical. Tanto si un niño está destinado a convertirse en solista o no, tiene que trabajar como un esclavo desde el elemental hasta el superior, de lo contrario, cuando llegue el momento de elegir su profesión, no va a ser lo suficientemente bueno para continuar, si así lo desea. Si empieza cuando es mayor o no avanza lo suficientemente rápido, nunca será capaz de tocar esos grandes conciertos románticos o construir una carrera decente en la música. Incluso entonces va a tener que trabajar, trabajar y trabajar, a través de su sangre, sudor y lágrimas (a veces literalmente), para lograr sus objetivos.

Pero ¿por qué el desarrollo musical tiene que ser así? Un estudiante que no está disfrutando de la música es poco probable que le saque el máximo partido a su estudio. Para aquellos que están empezando a cansarse de su instrumento, quizás la persistencia no sea la clave – en su lugar lo más inteligente que se puede hacer es tomar un descanso, obtener una nueva perspectiva y volver a la música más tarde con un enfoque renovado.

Es cierto, sí, muchos de nosotros estamos satisfechos de que nuestros padres nos hicieran estudiar cuando estábamos creciendo – abre todo un mundo de amigos, trabajo y diversión en la vida adulta. Pero el final de la adolescencia e incluso la veintena traen momentos de gran incertidumbre; y forzarse a través de horas de práctica cuando no estás seguro de lo que quieres hacer con tu vida puede hacerte más daño que bien. Muchos estudiantes pasan por el conservatorio sin querer estar allí. Estudian de mala gana con el fin de aprobar los exámenes. No siempre progresan tan rápidamente como deberían, porque han ido al superior como un producto del sistema educativo: tenían que estudiar algo, y han acabado estudiando esto como podían haber elegido otra cosa. En algunos casos; la competitividad, la mala leche y los desafíos aparentemente insuperables les han convertidos en amargados y han embotado su voluntad de aprender – incluso si cuando empezaron eran más entusiastas.

Algunos adolescentes no quieren pasar sus vidas encerrados en salas de ensayo. Si se ven obligados a permanecer allí durante años, cuando emergen a “la luz” después de la universidad, su mentalidad musical no puede estar en un estado saludable. Si, por el contrario, aquellos que están luchando para mantener su entusiasmo dan un paso fuera de la música por un tiempo para dedicarse a otros intereses, podrían encontrar una nueva determinación. Si no, quizás tomar esa decisión de alejarse de la música será lo mejor a largo plazo.

Para aquellos que deciden volver a la música, la sensación de una juventud malgastada musicalmente podría dar un nivel de impulso que se traduciría en una mayor tasa de progreso. ¿Por qué las instituciones como el Conservatorio de París se niegan a admitir a nadie mayor de veinte años? Seguramente alguien un poco mayor con más entusiasmo y determinación, y una perspectiva más amplia de la vida, será capaz de alcanzar mayores alturas musicales que un adolescente sin inspiración. Del mismo modo, ¿por qué no más cursos de verano dedicados a ayudar a los adultos serios, desde los aficionados avanzados a los profesionales oxidados, aprovechando sus habilidades existentes? Puede ser difícil encontrar cursos orientados a ese nivel: la mayoría parecen estar dirigidos a jubilados que tocan por diversión o a adolescentes virtuosos.

Sé de algunos músicos que han empezado con nuevos instrumentos cuando eran mayores de 50 y, a través del trabajo duro, consiguen alcanzar estándares admirables. Vale, nunca serán solistas de prestigio, pero siempre van a ser músicos genuinamente entusiastas que aman la música hasta el final.

Al tomar un descanso de la música por un par de años,  algunos jóvenes o adultos – aún más experimentados – podrían “coger carrerilla” antes de correr hacia su instrumento con los brazos abiertos, y con fuerzas renovadas. Quién sabe: más tarde, su recién descubierto entusiasmo podría impulsarlos a un futuro musical que es más sano y más logrado que el de sus compañeros desilusionados.

 
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Un plan para cuando no tienes plan

Cuando estamos en nuestra época de estudiante, con clases semanales en el Conservatorio, exámenes y otras tantas ocupaciones, nuestro estudio mantiene unas rutinas y una dinámica muy activa.

Sin embargo, esa época acaba y podemos encontrarnos en una situación en la que “no tengamos nada que hacer”. Sin conciertos, audiciones, oposiciones o trabajo a la vista, es fácil perder la motivación y las ganas de tocar. De repente nos faltan objetivos a corto y quizás incluso a largo plazo, y muchos músicos tienden a abandonar su estudio diario en esas rachas.

La motivación suele venir acompañada de objetivos. Cuando tenemos que tocar ante un público, hacer alguna prueba o algo similar, nos sentimos lo suficientemente motivados como para practicar todos los días. Sin embargo, la falta de objetivos tangibles no tiene porqué condicionarnos ni frenarnos. En situaciones así, debemos buscar la motivación en la música en sí misma, y en nuestra pasión por ella. En cualquier caso, marcarnos un plan de trabajo diario nos dará una razón para sentarnos a estudiar.

No te guíes por los tiempos

Cuando tenemos unos objetivos tangibles que cumplir, como por ejemplo, un concierto dentro de dos semanas, nos es más fácil determinar cuánto tiempo de estudio al día vamos a necesitar.

Sin embargo, sin objetivos de este tipo, el tiempo de estudio diario que necesitamos se convierte en un concepto más borroso. Mientras que en situaciones de alto rendimiento podemos estudiar de 5 a 7 horas al día, en rachas en las que no tenemos mucho volumen de trabajo, nos cuesta mantener ese ritmo.

¿La solución? En lugar de marcarse un número de horas diario, debemos trabajar por objetivos. Por ejemplo, cada día podemos proponernos trabajar cinco ejercicios técnicos y una página de una obra. Siempre que tengamos en cuenta que no debemos estudiar más de 50 minutos seguidos, podemos dedicar el tiempo que sea necesario hasta que hayamos trabajado los cinco ejercicios y la página que nos hemos propuesto, ni un minuto más ni un minuto menos.

Mantén la base

Si hay un momento en el que es realmente importante mantener la técnica y las escalas, es éste. Ahora que puede que te sientas desmotivado por que no tienes trabajo o pruebas a la vista, es importante que no dejes decaer tu nivel técnico, y que mantengas en tu estudio diario la base: las escalas.

Como ya decíamos en este post, las escalas lo son todo en la música. Son la base y debemos mantenerlas en nuestro planing de manera obligatoria.

Para complementar las escalas, podemos elegir una serie de estudios o ejercicios técnicos de nuestro repertorio. Entre ejercicios y escalas, estaremos manteniendo en forma nuestro cerebro y nuestros músculos, preparados como un deportista se prepara fuera de temporada.

Un buen momento para practicar lo que nunca practicas

Aprovecha esta racha de “tiempo libre” para trabajar los aspectos de tu carrera que sueles dejar más de lado. Por ejemplo, practicar la primera vista, ejercitar tu audición (pronto haremos un post sobre ello), recordar un poco de análisis y armonía…

Como siempre, planifica por escrito

Planificar por escrito es una opción muy buena de organizarse y obligarse en cierta forma a cumplir los planes. Pero es aún más importante hacerlo cuando nos sentimos perdidos o desganados para estudiar.

Cuando planifiquemos, tenemos que acordarnos siempre de dejar 15 minutos de descanso cada 50 minutos, y de descansar y desconectar al 100% al menos un día a la semana.

Podéis ver aquí un ejemplo de un buen plan para cuando no tienes plan.

blog_planing

Sigue formándote

Algo muy bueno que puedes hacer en estos momentos en los que no tienes planes cercanos es seguir formándote. No es necesario que hagas un máster ni nada parecido. Puedes buscar algunos cursos, academias, o profesores particulares. El mero hecho de tener que asistir de vez en cuando a clase, ya te va a obligar a preparar una obra o algunos estudios, y te animará a ponerte a estudiar.

No pierdas esos años de trabajo por una racha de “tranquilidad”. Si te gusta la música, no te costará nada mantener tu planing de trabajo diario.

 

 
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¿Deben los niños abandonar la música para centrarse en los estudios?

Hace poco leí este interesante artículo de opinión de un entrenador deportivo: “La gran mentira, Mi hij@ va a dejar de entrenar porque necesita centrarse en los estudios.”

En él se habla del mismo tema que hoy queremos tratar aquí: ¿realmente beneficia académicamente a nuestros hijos que les privemos de actividades como la música?

Si hay dos materias que son las grandes abandonadas en el ámbito escolar son el deporte y las artes. Cada vez están menos presentes y tienen menos peso en los currículos, sobre todo las artes, a las que apenas se les dedica tiempo de trabajo y no siempre de la forma más adecuada.

La música tiene unos beneficios enormes sobre los niños, sus capacidades neurológicas y su desarrollo. Aprender a tocar un instrumento incrementa las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial entre otros muchos beneficios. Está científicamente demostrado que estudiar música influye directamente en la plasticidad del cerebro. Y no sólo tiene beneficios cognitivos, también sociales y psicológicos: alimenta la autoestima y la confianza ya que es un medio de expresión, además de hacer sentir anímicamente bien al que la practica. Ayuda a los niños a centrarse, les obliga a ser organizados y planificarse, a ser constantes y mejorar su capacidad de atención.

Desde mi experiencia personal, [llevo desde los 9 años en la música] puedo decir que sin ella probablemente sería mucho más vaga y tendría menos intereses. Los propios profesores tanto en el instituto como en la universidad me han reconocido que los alumnos que tocan un instrumento suelen ser más participativos, obtienen mejores resultados y en general, tiene una madurez superior a sus compañeros. Yo pienso que cualesquiera que sean las habilidades del niño, la música las multiplica y las mejora.

Y los beneficios de la música no sólo se producen durante su práctica. Los estudios recientes  aseguran que los niños que han aprendido música en su infancia conservan ciertas habilidades cognitivas aprendidas en aquel período, que les hacen tener una mejor capacidad lingüística y mejor memoria de adultos.

Entonces, con todos estos datos, ¿qué excusa tenemos como padres para apartar a los niños de la música? Está claro que la música les beneficia académicamente. Lo único en lo que se puede sustentar esta decisión es en que pensemos “el tiempo que dedica a tocar o ir a clase, lo puede dedicar a hacer las tareas y estudiar”. En este punto, coincido totalmente con el artículo sobre deporte que hemos mencionado antes: sería mucho más conveniente privarles de otras actividades o hábitos que, aun gustándoles, no sean tan beneficiosos para ellos, como por ejemplo, los videojuegos, tablets, móviles, TV...  

Sí, es cierto, la música requiere tiempo, no sólo asistir a clase, sino también practicar en casa. Pero tratándose de una actividad que reporta tantos beneficios a los niños, vale la pena el esfuerzo tanto para ellos como para sus padres.

Siempre que al niño le entusiasme y quiera seguir con ello, no hay razón para abandonar los estudios musicales. No es necesario que acabe dedicándose a ello, los beneficios que le reportará el estudio de la música estarán ahí para siempre, siga con ello de forma profesional o no. Ya que en el ámbito escolar no se valora lo suficiente esta disciplina, debemos darle la oportunidad a nuestros hijos de que disfruten con ella y se beneficien de ella.

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Cómo tener éxito en las audiciones de orquesta

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: http://www.thestrad.com/cpt-latests/how-to-be-successful-in-an-orchestral-audition/

Fecha: 1 Mayo 2014

Título original: How to be successful in an orchestral audition


El concertino de la London Symphony ofrece algunos consejos para los futuros candidatos a ingresar en una orquesta.

¿Qué busca un tribunal en la interpretación de los pasajes de orquesta?

Los elementos principales que busco cuando me siento en el tribunal son bastante simples – buen ritmo, técnica y afinación, todo dentro de un hermoso sonido. Estos elementos siempre van a estar en un buen músico de orquesta. Los extractos orquestales pueden percibirse para el candidato como algo inconexo, pero es que eso es lo que son, ¡pasajes cortos! Es importante conocer la pieza en su conjunto, porque lo más probable es que la vayan a tocar en algún momento de su carrera, por lo que tampoco está de más hacer ese trabajo extra.

¿Cómo asesorarías a los candidatos para que estudien los pasajes?

Hoy en día, en la era Internet, es muy fácil e incluso gratis escuchar los extractos. El error más común que he visto durante mis más de diez años como tribunal es que los candidatos no preparan los pasajes correctamente. Puedes acceder fácilmente a Youtube / Spotify y escuchar las piezas, y aún mejor si escuchas grabaciones recientes de la orquesta para la que estás audicionando, si es posible. No te preocupes por digitaciones y golpes de arco; utilízalos como una guía, pero si realmente te sientes seguro de cambiar algo, adelante. Piensa con cuidado acerca de cómo se tocaría en la orquesta. ¿Es este pasaje un acompañamiento? ¿Qué tipo de articulación funcionaría dentro de una sección? Al escuchar la música, estas preguntas se responden fácilmente. Descarga una aplicación de metrónomo gratis y empieza poco a poco. Esto es muy valioso, tener una base rítmica va a ser muy útil en la audición, cuando la mayoría tienen tendencia a precipitarse debido a los nervios.

¿Hay errores comunes en los candidatos?

Lo peor es cuando el candidato obviamente nunca ha escuchado los extractos antes y, por tanto, los ritmos y el estilo están completamente equivocados. No hay excusa para esto y muestra una falta de interés real en tocar en una orquesta. También hay que tener en cuenta que las audiciones se llevarán a cabo en todo tipo de espacios, desde habitaciones del tamaño de armarios de escoba a estar en el escenario en una sala de conciertos. Trata de moderar la dinámica en consecuencia. Lo ideal es que el tribunal se incline hacia adelante en sus asientos, ¡no que se eche sobre el respaldo!

¿Cómo valoran los tribunales la importancia de los extractos frente al concierto?

Nunca se debe subestimar la importancia de los extractos. He oído tantos violinistas a lo largo de los años, que fueron deslumbrantes en sus conciertos, sólo para caer cuando llegó el momento de los extractos. Recuerda que el trabajo en el que te has centrado en estos años es el de tocar solo. Ha habido músicos que no eran tan buenos tocando los conciertos para la audición, pero en los extractos siguieron unas reglas inteligentes y ganaron la competición.

¿Hay ciertos conciertos que impresionan al tribunal y otros que no están tan bien pensados?

No es el momento de tocar conciertos poco conocidos – el tribunal, en lugar de concentrarse en la interpretación, intenta asimilar la nueva pieza. Para los violinistas que oímos sobre todo los conciertos de Tchaikovsky, Sibelius y Brahms, hay mucho para elegir por lo que suele haber un repertorio estándar. Independientemente, asegúrate de preparar siempre la cadencia en el concierto clásico. Algunas orquestas solicitan los conciertos de la memoria; yo personalmente creo que eso es elección del candidato, pero nadie quiere ver a un músico completamente pegado al atril.

¿Pueden ser penalizados los candidatos que hagan interpretaciones excesivamente individualistas de su concierto, si la técnica y el sonido son buenos?

En mi opinión todos tenemos nuestras ideas de interpretación, pero creo que el tribunal debe tratar de dejar las suyas en la puerta. En este caso, si el músico fue excelente en todos los demás aspectos, entonces pensamos si es apto para formar parte de una sección o grupo, o su estilo individual está demasiado reñido con formar parte de una sección.

¿Cómo deben vestir los candidatos para dar una buena impresión?

¡Ponte cómodo! Pero recuerda, si la audición no se lleva a cabo detrás de una pantalla, debes dar una impresión profesional. He visto desde pantalones vaqueros rasgados combinados con camisetas hasta un vestido largo de noche. En el punto medio está la virtud; en caso de duda, no se puede ir mal con pantalones negros y una blusa / camisa.

¿Qué cualidades busca el tribunal en un líder de sección o un papel similar?

Lo más probable es que se exijan un conjunto diferente de extractos para reflejar un rol más alto de trabajo, que incluiría solos de repertorio orquestal. Definitivamente para cualquier posición de liderazgo el tribunal busca a alguien más solista e individual.

¿Le ayudará al candidato dar una clase con un miembro de la orquesta de antemano o esto puede ser éticamente problemático?

No se considera poco ético ya que los miembros del tribunal a menudo tienen amigos en la audición o incluso colegas que tocaron en su misma promoción – por lo que si crees que podrían ayudarte en tu preparación y alguien en la sección está dispuesto a escucharte tocar, trata de contactar con él. Ten en cuenta que los músicos de orquesta pueden estar muy ocupados y están a menudo de gira por lo que no lo dejes hasta el último minuto. También ten en cuenta que las decisiones de los tribunales normalmente se deciden por votación democrática, por lo que a la persona que te escuchó puede haberle encantado tu forma de tocar, pero los otros miembros del grupo podrían estar buscando diferentes calidades.

¿Tiene algún consejo sobre cómo calmar los nervios?

En primer lugar, hay que recordar, que aunque el miedo te puede sugestionar, el tribunal no están ahí para atraparte; ¡quieren que toques bien! Deja tiempo suficiente para llegar al sitio para que no haya tensión añadida por retrasos de transporte, etc. Toma tu tiempo y respira profundamente varias veces para tener una idea del espacio en el que estás. Antes de la audición real, una buena preparación es la clave. Además de tu práctica, asegúrate de que tocas delante de tantas personas como te sea posible y ponte en una situación de audición para que sepas lo que podría desintegrarse bajo presión. Incluso si se trata de miembros de tu familia que te piden extractos en orden aleatorio, ¡todo ayuda!

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