Otro villancico recién terminado de arreglar, esta vez de la tradición popular catalana: Fum fum fum.
Aunque en la partitura aparezcan cinco pentagramas, en realidad este arreglo es para cuatro voces: las tres voces agudas son otras tantas flautas soprano, mientras que la voz más grave se puede tocar con la flauta contralto, la tenor o ambas. En efecto, las dos partes son casi idénticas: sólo cambia una nota, el mi grave, que la flauta contralto no tiene y que se sustituye por un si (nota real).
A pesar de está mínima diferencia, he preferido escribirlas en dos diferentes pentagramas para que así la lectura sea más fácil (la transposición, utilizada en un gran número de instrumentos de viento, es un mecanismo tan cómodo y eficaz que reivindico su empleo para las flautas dulces en el ámbito escolar: el esfuerzo para el profesorado es mínimo y la ventaja para el alumnado es tan grande como evidente).
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