Prácticamente todas las personas a las que he tenido la oportunidad de dar clases de canto han tenido dos problemas en común: la respiración y el planteamiento de cómo se debe cantar.
La raíz del problema no nace en ellos, si no en la gente que, en teoría, les ha enseñado técnica vocal. Esta gente les ha enseñado de tal forma que acaban obsesionándose por cosas que deberían ser una consecuencia de una buena producción vocal, no una causa.
Muchos de ellos vienen con varias obsesiones. Algunos creen que las notas agudas se han de hacer con voz de pecho, con el resultado de instalar la creencia de que 'gritar' es sinónimo de 'potencia', otros que la voz de cabeza en realidad es falsete, por lo que cogen miedo a las notas agudas y se quedan en su registro medio-grave, y la mayoría de ellos se ponen la mano en el vientre nada más empezar a hacer el primer ejercicio.
Este último caso es el más común. Incluso yo tenía esta mala costumbre. ¿Por qué es una mala costumbre? El poner la mano en el vientre es algo que nos enseñan en las clases de canto convencionales para ser conscientes del famoso diafragma, ya que estas enseñanzas se basan en el control de la respiración y en frases como "cantar desde el diafragma".
En mi caso en concreto me impidió avanzar más rápido de lo que avancé cuando empecé a estudiar la técnica Speech Level Singing por las siguientes razones:
- Estaba más pendiente de mi barriga que en hacer los ejercicios que me pedían.
- Al querer "cantar desde el diafragma", ejercía demasiada presión en los músculos abdominales.
- Al estar obsesionado con la respiración, inconscientemente cogía más aire del que tenía que coger y, lo que es peor, cuando no me daba tiempo entre escala y escala a coger todo el que quería empezaba a tensar mi cuerpo en un vano intento de conseguir cogerlo.
Cuando empecé también me explicaron que para hacer las notas agudas había que bajar la laringe y subir el velo del paladar. Yo soy demasiado obsesivo con las cosas, y esto no iba a ser una excepción. Aprendí a bajar mi laringe muchísimo y también aprendí a subir mi velo del paladar. Pues bien, a día de hoy sé que es importante mantener la laringe estable, pero al habérmelo enseñado de esa forma tuve oportunidad de pasar mis filtros mentales a esa enseñanza, por lo que en mi cabeza se formó la siguiente creencia: "Cuanto más bajes tu laringe mejor lo harás y más notas agudas podrás hacer.". De nuevo, no podía estar más equivocado. La laringe debe mantenerse estable de forma natural, hagas la nota que hagas.
Es en esto en lo que nos diferenciamos tanto de la enseñanza más extendida. Nosotros no trabajamos con ideas que deben ser interpretadas: canta desde el diafragma, proyecta la voz como si quisieses enviarla al otro lado de la habitación, pon tu voz en la máscara, ... sí, ¡pon tu voz en la máscara! ¿Cómo vas a hacer algo así? Tu voz no es un objeto que puedas mover. Tampoco puedes cantar con el diafragma, ya que el sonido nace en las cuerdas vocales y no en ningún otro sitio. Y la respiración... bueno, si no supieses respirar no podrías estar leyendo esto ahora mismo. La respiración se equilibra cuando no tienes excedente de aire en tu voz ni un exceso de compresión a nivel cordal.
Todo esto son consecuencias de una buena producción vocal. A grandes rasgos, si mantienes un equilibrio entre masa de cuerdas y presión de aire, notarás ( o quizás no ) resonancias en el paladar duro, o en el blando, o notarás como que tu laringe no entra en juego para nada mientras cantas, etc. Pero insisto, todo eso son consecuencias. Lo que nosotros hacemos es pedir al estudiante que haga cosas totalmente objetivas, sin darle oportunidad a que las malinterprete. Si se da el caso de que el alumno no hace lo necesario, como profesores inmediatamente podemos verlo y además podemos ver el por qué, lo que nos da la oportunidad de explicárselo de otra manera o cambiar a otro ejercicio que quizás le vaya mejor. No le damos una instrucción al alumno y confiamos en que el alumno lo haga de la forma correcta, sea por suerte o sea por la razón que sea. Le damos un ejercicio que trata un problema en concreto.
Lo que más me entristece de todo esto es que mucha gente no se da cuenta de esto, ya sea porque nunca ha hecho una clase de canto antes y no ha conocido la frustración de una enseñanza inefectiva, ya sea por desconfianza a los métodos nuevos, etc. lo que provoca que estos estudiantes de canto vuelvan con los profesores que no les dan resultados mientras les quitan su tiempo y su dinero, o que los estudiantes noveles prueben a profesores que les hagan gritar las notas agudas, dándoles la falsa ilusión de que están cantando con potencia, cuando lo que están haciendo es instalar malos hábitos o reforzarlos, con el peligro que eso supone para ellos. Si no arruinan sus voces arruinarán sus esperanzas de conseguir dedicarse a lo que más les gusta.
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Carlos Campaña