Puede que alguien te haya dicho alguna vez que igual que hay que calentar, también hay que enfriar la voz.
Pero muchas personas que lo dicen no saben realmente si esto es importante, ni porque.
Sin ir más lejos, yo no tenía la costumbre ni de calentar ni de enfriar la voz al cantar.
Sí que me di cuenta de que tras unas cuantas canciones mi voz respondía mucho mejor, con lo que entendía la importancia de un calentamiento, aunque por pereza no lo hacía.
Ahora sé que gracias a un buen calentamiento antes de los ensayos los aprovechas mucho más.
Antes de un concierto, ni que decir tiene que sales con muchísima más seguridad en que tu voz te va a responder como necesitas.
¿Pero qué hay de los enfriamientos? ¿Notas realmente una mejora en tu voz cuando haces un enfriamiento?
Yo en mi vida había hecho ninguno, al menos conscientemente y nunca noté que eso perjudicara a mi voz.
Sin embargo, muchas veces, sin darme cuenta, sí los estaba haciendo, ya que paulatinamente iba reduciendo el impacto sobre mi voz después de usarla.
Aunque pienses que enfriar la voz no sirve para nada, te invito a que lo pruebes a ver si notas un mejor rendimiento en tu voz.
Cuando no tienes que enfriar la voz porque lo haces de manera automática
La verdadera finalidad de calentar o enfriar la voz es dejarla en el estado en el que se va a encontrar a continuación.
Para calentar la voz hay que ir paulatinamente de menos a más intensidad, hasta dejarla exactamente en el punto en que la vas a utilizar, así que parece lógico que para enfriar la voz hagas lo mismo, no?
Como en cualquier deporte, antes de empezar haces un calentamiento y al acabar, haces estiramientos.
El enfriamiento, serían esos estiramientos.
No es necesario enfriar la voz cuando no vas a dejar de usarla.
Por ejemplo, haces un calentamiento y luego tu rutina.
Directamente te vas a trabajar y en tu trabajo utilizas mucho tu voz. En este caso no tiene sentido hacer un enfriamiento de voz, porque le vas a seguir exigiendo mucho.
Tres casos en los que es bueno enfriar la voz y tres buenos ejemplos para que sepas cómo hacerlo
Hay algunos casos en los que sí sería bueno que aprendieras cómo enfriar la voz.
Te los voy a exponer en orden de más exigencia a tu voz a menos, para que puedas seguirlos en orden.
Caso 1: Después de un concierto
En el caso en el que hagas un concierto y no vayas a hablar con nadie después de hacerlo o vayas a hablar muy poco, sería bueno enfriar la voz:
Lo ideal es que acabaras el concierto con una canción más suave, que te deje en un estado similar al hablado, pero si no lo haces porque el público te pide una canción más “cañera”, puedes cantar aunque sea un trozo de la canción suave a solas después. Tus músculos seguirán preparados para la acción, pero habrás empezado a soltar un poquito de fuerza.
Lo segundo que puedes hacer es el último ejercicio que hiciste en tu calentamiento, con una intensidad similar a la que usaste.
Continúa con los pasos del caso 2 para poner tu voz en un estado más normal.
Caso 2: Después de tu rutina diaria
Por ejemplo, tienes una rutina diaria de 1 hora de ejercicios vocales. Antes de hacerla, calientas tu voz hasta dejarla preparada para el nivel de exigencia de los ejercicios (sea mucho o poco). Pongamos como ejemplo que has estado entrenando las notas agudas.
Bien, tras la rutina, vamos a enfriar la voz:
Deberías hacer el último ejercicio que hayas hecho en tu rutina, pero a un volumen más bajo.
Como hemos puesto como ejemplo que has estado entrenando las notas agudas, vamos a hacer una descendencia. Iremos de la nota más aguda que puedas hacer cómodamente a la más grave, con la misma sílaba que hayas utilizado en el último ejercicio de tu rutina.
Volvemos a hacer la misma descendencia de notas pero con el sonido de la “R” (como en la palabra carro, alargando el sonido de la R).
Depende en qué momento del día hagas tu rutina, puede ser que después de ella hables durante un rato o directamente te vayas a dormir.
Si vas a hablar durante un rato más, lo puedes dejar aquí, sino, sigue los consejos del caso 3.
Caso 3: Después de todo el día.
Si en tu día a día le exiges mucho a tu voz ya que eres cantante, profesor, doblador, locutor o simplemente trabajas con tu voz o eres muy parlanchín, es conveniente que antes de salir hacia el trabajo hagas un calentamiento de voz.
Una vez acaba tu jornada y vuelves para casa, te dispones a ponerte una película o tu serie favorita y vas a estar callado o a hablar poco y a dormir. Es un buen momento para hacer tu enfriamiento de voz.
Haz una descendencia de notas con el sonido de la “R”, como en el último paso del caso 2.
Pronuncia una “M” en una nota que te sea cómoda con una voz como cuando te levantas por la mañana. Tiene que ser un sonido de pura relajación.
Ahora ya puedes descansar.
Si hablas más, no pasa nada, ya has relajado tus músculos y por hablar un poco no se van a tensar.
Otra duda que quiero aclarar sobre el enfriamiento de la voz
Para concluir este artículo, quiero aclarar una duda que nos preguntó una de nuestras lectoras hace unos días.
Tenía la duda de si después de hacer su calentamiento de voz tenía que guardar silencio hasta el concierto porque sino su voz se enfriaba.
Tras el calentamiento, a no ser que pasen horas, tu voz va a seguir preparada para las exigencias a las que la vas a exponer.
Enfriar la voz no se trata de hablar. Al hablar también estás utilizando tu musculatura interna. Si te quedas callado ya no la utilizas, pero aunque pase un rato no significa que pierdas el calentamiento que has hecho.
Si tú también haces enfriamiento de voz, ¡cuéntanos cómo lo haces desde la sección de comentarios!
Imagen: Algunos derechos reservados por edurecio
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