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Todos los que dedicamos gran parte de nuestra vida a un instrumento musical sabemos que es necesaria la práctica diaria para progresar.
Hay que dedicarle muchas horas a nuestro instrumento, sí, pero es muy importante saber cómo las rellenamos.
Hay quien dice que es mejor la calidad del tiempo que la cantidad. Yo no estoy en contra de ello, pero si lo que tenemos por delante requiere de todo nuestro potencial (recital, examen, audición…), lo mejor es que sepamos llenar muchas horas de mucha calidad.
Pero no quiero hablaros de esto concretamente, sino de los hábitos de estudio en general y de la planificación de una sesión en particular.
NIVEL
El nivel en el que nos encontremos es fundamental para establecer el contenido y la duración de las sesiones de estudio.
Un principiante debería practicar durante periodos de tiempo cortos, con objetivos muy claros e intercalando pausas. A mi modo de ver, sería un error en los comienzos estudiar durante 40, 50 o 60 minutos, pues la probabilidad de estudiar fijando errores es alta.
Poco a poco, los objetivos irán cambiando y sí serán recomendables sesiones más largas, que se irán adaptando en contenidos y duración a las características específicas de cada persona (resistencia, capacidad de aire, capacidad de concentración, nivel musical, etc.).
COMO UN ENTRENAMIENTO
Una sesión de estudio instrumental no debería apartarse mucho de la idea de un entrenamiento deportivo. Al fin y al cabo, estamos utilizando nuestro cuerpo, desarrollando una musculatura y unas destrezas concretas y buscando la manera de superarnos a nosotros mismos día a día.
Una sesión de estudio instrumental debería constar de un calentamiento (respiración, embocadura, sonoridad, articulacion, escucha activa…), unos ejercicios que trabajen y ayuden a desarrollar los fundamentos de la técnica (intervalos, afinación, escalas…) y la profundización en el repertorio que nos ocupe en cada momento determinado, según el objetivo que tengamos fijado.
CON OBJETIVOS
Practicar con objetivos concretos en mente es fundamental.
Hay objetivos propios de cada sesión de estudio, como por ejemplo el calentamiento. El objetivo es preparar el cuerpo, el oído y la atención. Concentrarnos, enfocarnos.
Aún así, podemos fijarnos objetivos personales para el calentamiento, por ejemplo: mejorar las emisiones, estabilizar los sonidos largos, ampliar los matices, clarificar la articulación, afianzar la embocadura, refinar el legato, perfeccionar la afinación…
En el calentamiento, recomiendo no proponerse muchos objetivos, dos o tres a lo sumo, para poder dedicar toda nuestra atención a mejorar lo que deseemos y no atorarnos ni perder el enfoque.
Estudiar escalas también es un objetivo en sí mismo, ya que éstas, por sí mismas, ayudan a perfeccionar el lenguaje musical (la tonalidad) y la precisión rítmica.
Mediante el estudio de la tonalidad con escalas (la tonalidad se puede trabajar también con otro tipo de ejercicios) pueden fijarse también objetivos personales, como la mejora de la articulación, la mejora de la regularidad de los dedos, la mejora de la conducción del soplo y el soporte del aire (lo cual nos dará herramientas para clarificar el fraseo), así como la velocidad (este es quizás el fin más perseguido con el estudio de las escalas).
Escucharse activamente y no abusar de altas velocidades va a hacer que las mejoras sean más evidentes y perduren en el tiempo.
Los objetivos pueden y deben ser también externos: la próxima clase, un cursillo o masterclass, una audición, un examen, un concierto, un recital, una prueba de orquesta… Estos hitos marcan puntos en el tiempo para los que debemos estar preparados. De este modo aprendemos qué, cómo y cuánto debemos estudiar y vamos conociendo mejor nuestra manera de funcionar.
El repertorio normalmente lo van fijando estos hitos externos. Las obras o estudios que toquemos deben representar retos. Repertorio demasiado fácil no nos motivará, pero demasiado difícil hará que tarde o temprano tiremos la toalla o nos desanimemos. Una buena selección del repertorio es fundamental y el profesor será una guía muy fiable para elegirlo con acierto.
Si tienes dudas o preguntas, puedes contactar conmigo en mi perfil de facebook, twitter o linkedin.
Te recuerdo que doy clases privadas en mi estudio en Rivas-Vaciamadrid a partir de octubre de 2016, así como en las escuelas www.progresionrmonica.com y www.musicaeduca.es en Alcalá de Henares.
¡Muchas gracias por leer!
Cecília
Archivado en: clarinete, Cursos, Educación, Reflexiones Tagged: clarinete, clases particulares, pedagogía
Cada vez es más frecuente el deseo de ampliar los estudios musicales fuera de España.
Es verdad que cada vez hay más opciones sin tenerse que mover del país, con más profesores, con figuras de reconocimiento internacional, tanto en estudios oficiales en Conservatorios Superiores como en Posgrados, Masters… Hay mucho y muy bueno donde elegir.
¿Necesitamos irnos “fuera” para seguir estudiando? ¿Es realmente necesario? Cualquier respuesta es válida:
- No. Tenemos recursos suficientes en nuestro país.
- Depende. Depende de nuestros deseos, necesidades y posibilidades. De nuestro contexto.
- Sí, salir “fuera” de nuestra cultura aporta una visión y una experiencia que no sería posible adquirir de otro modo.
- Puede ser una salida laboral en estos momentos complicados para el trabajo y la música en nuestro país.
Me he animado a escribir este post, porque muchos estudiantes se han puesto en contacto conmigo por diferentes vías (mail, facebook, han venido a mi casa y también a clase conmigo) para que les contara mi experiencia en Austria y les guiara.
Puede decirse que los países de habla alemana se están “poniendo de moda”. Son países culturalmente abiertos, con muchísima tradición musical en la sociedad y de la pedagogía de la música en las diferentes instituciones de la enseñanza -ya sean colegios, institutos, escuelas de música o universidades-. Realmente hay mucho que aprender de ellos.
Uno de los motivos por los que se suele dudar a la hora de decidirnos a ir a estudiar a Alemania, Austria o Suiza es el idioma… y el sistema de clarinetes…
Puedo contaros mi experiencia.
Yo ingresé en la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena (por aquel entonces todavía Hochschule -Escuela Superior-) en 1998 y estudié allí hasta 2002. Estudié clarinete-concertismo con el profesor Horst Hajek, piano con Eveline Heinish, repertorio de clarinete con Maria Prinz y música de cámara con varios profesores (Volker Altmann, Stepan Turnovski, Gottfried Pokorny, Marialena Fernandes y Teresa Leopold), así como orquesta, historia de la música, etc.
En cuanto al idioma, un año antes (sin saber, claro, si me iban a admitir o no) me puse a estudiar alemán con una profesora particular. Tuve mucha suerte, pues era una profesora excelente y metió en mi cabeza prácticamente la totalidad de la gramática alemana, que luego pude ir desplegando y llevando “a la realidad” poco a poco.
Siempre hablé en alemán en Viena. Desde el primer día. Es verdad que me empeñé y estudié muchísimo, también cuando decidí volver a casa seguí estudiando alemán en la Universidad (soy Graduada Superior en Estudios Alemanes por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, con Premio Extraordinario Final de Carrera y tengo el nivel C1 por el Goethe-Institut de Madrid).
Pero hay que decir que no es necesario irse para allá con un alemán perfecto. Están tan acostumbrados a recibir alumnado extranjero, que cada centro tiene sus normas y sus plazos para ir aprendiendo el idioma.
En cuanto al sistema de clarinetes: ¿¡es necesario cambiarse de sistema para estudiar allí!?
No. No es necesario. Se admiten estudiantes con cualquier sistema.
Otra cosa es si quieres quedarte a trabajar allí, sobre todo si vas a tocar en orquesta.
Con todo, hay ejemplos de clarinetistas que viven y trabajan en países de “sistema alemán” con “sistema Boehm” y no pasa nada, ¡les va muy bien! Por ejemplo Sharon Kam, afincada en Hamburgo desde hace muchísimo tiempo o Denitsa Laffchieva, profesora del Conservatorio “Richard Wagner” de Viena, por poner sólo dos ejemplos.
¿Qué te puedo ofrecer que no puedas obtener en otro sitio?
Si quieres estudiar clarinete en un país de habla alemana, puedo prepararte la prueba de acceso y el idioma. Es cierto que no puedo sustituir a una EOI o a una academia, pero puedo darte vocabulario que difícilmente puede aparecer en ningún texto de exámenes oficiales, ya que el vocabulario musical y clarinetístico es muy específico.
¿Además quieres cambiarte de sistema?
Yo me cambié, he pasado por la experiencia, y aunque toco con sistema alemán, tengo contacto diario con el sistema francés, que es el que tocan mis alumnos.
Puedo ayudarte con el material, a traducir información, o lo que se te ocurra que puedas necesitar relativo al clarinete y al idioma.
Puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi perfil de facebook, twitter, o linkedin.
¡Muchas gracias por leer!
Cecilia
Archivado en: clarinete, Educación, Idiomas, Reflexiones, Uncategorized Tagged: clarinete, enseñanza, música, pedagogía
Yo no soy competitiva. Creo. Nunca ha nacido en mi el deseo de ser mejor que otro. Y eso me ha hecho sentir presión en momentos de la vida, cuando se me requería (o yo así lo percibía) ser mejor que otros.
Entonces yo era estudiante, joven, no sabía distinguir si eso que me movía era un deseo interno o el deseo de complacer expectativas de otros (padres, profesores…), es decir, “lo que se esperaba de mi” o, siendo un poco retorcida, “lo que yo creía que se esperaba de mi”.
Como se puede suponer, nunca me han gustado los concursos, pero aún así me he presentado a unos cuantos, para “aprender”. También me he presentado a pruebas de acceso para estudiar en diferentes centros, asistir a algún “elitista” curso de verano… También he competido para recibir becas. Y para tocar en orquesta… Y para trabajar como profesora…
Tuvieron que pasar varios años hasta que pude darme cuenta de cuáles eran mis propios deseos.
Bueno: a lo que voy.
La lectura del libro “Todo se puede entrenar” de Toni Nadal, entrenador desde la infancia del tenista Rafa Nadal, me ha empujado a reflexionar en profundidad sobre el hecho de competir, y por primera vez en la vida me he “reconciliado” con este concepto tan apartado, en principio, de mi naturaleza.
Dedicarse profesionalmente a un deporte implica estar compitiendo de manera explícita continuamente. Dedicarse profesionalmente a la música pasa por la competición, pero una vez llegada la profesionalización, me pregunto: ¿se sigue compititiendo?
Tanto en el deporte como en la música se expone el trabajo “en directo”, sin maquillajes, sin retoques, sin segundas oportunidades. Por ello es tan importante el trabajo de preparación, el entrenamiento y el estudio.
En este trabajo previo, según Toni Nadal, es tan o más importante entrenar la actividad en sí como “entrenar” o formar el carácter.
Formar el carácter para saber afrontar tanto los éxitos como las derrotas. Y a esto los músicos no estamos acostumbrados. Cuando sale algo mal, o no al nivel que esperábamos, solemos decaer por la falta de esta formación del carácter: levantarse, reflexionar, sacar conclusiones y seguir trabajando en lo que concierne a nuestra responsabilidad. No se puede cambiar un jurado de un concurso o una oposición, pero se puede mejorar en eso que no salió tan bien.
Superarse no tiene porqué significar luchar o competir para ser mejor que otro. Superarse puede ser la actitud que uno tome ante la vida y ante su profesión para crecer de manera consciente, con voluntad de aprender, con humildad, aceptando tanto los aciertos como los errores como pasos ineludibles de un camino que vamos construyendo nosotros mismos con nuestros pensamientos, decisiones y acciones; no poner el éxito y la fama en el punto de mira sino la calidad del trabajo, el esfuerzo personal, el crecimiento y el gusto por lo que hacemos, y por el goce que ofrecemos a los que disfrutan de nuestra labor.
En este sentido sí he sido competitiva. He competido sin competir. No he competido compitiendo.
¡Gracias por leer!
Cecilia
Archivado en: clarinete, Conciertos, Educación, Personal, Reflexiones Tagged: clarinete, pedagogía
Al inicio del curso escolar 2015/2016, se me ocurrió empezar a escribir algunos artículos sobre la enseñanza del clarinete.
Los temas que he tratado en estos post, todos publicados en este blog, tratan sobre la respiración, la formación de la embocadura y la sujeción del clarinete.
Me gustaría enlazarlos a continuación para que los tengáis a mano, si son de vuestro interés.
Reflexiones sobre la respiración en la enseñanza del clarinete. Parte 1.
Reflexiones sobre la respiración en la enseñanza del clarinete. Parte 2.
Formando bien la embocadura desde el primer día. Parte 1.
Formando bien la embocadura desde el primer día. Parte 2.
La sujeción del clarinete en los inicios.
Me gustaría agradecer a mis alumnos, que he tenido la suerte de conocer este curso 2015/2016 en el Conservatorio “Amaniel” de Madrid y en la Escuela “Musicaeduca” de Alcalá de Henares, por todo lo que me han inspirado y enseñado y por permitirme tomarlos como modelos para estos artículos.
¡Gracias por leer!
Cecilia
Archivado en: clarinete, Educación, Reflexiones Tagged: clarinete, enseñanza, música, MUSICAEDUCA, pedagogía