Hablar de la respiración en la clase de instrumento puede ser una tarea muy fácil… o muy difícil… ¿De qué depende?
En mi experiencia, he tenido alumnos para los cuales el tema de la respiración ha sido algo espontáneo y natural, mientras que para otros, por distintos motivos, ha sido un tema en el que hemos tenido que trabajar profundamente.
En términos generales creo que el trabajo respiratorio varía enormemente dependiendo del momento de los estudios en los que se encuentra el alumno. La importancia es la misma, la manera de profundizar es otra.
En los alumnos principiantes trabajo la respiración sobre todo fuera del instrumento mediante juegos, ejercicios y actividades de carácter totalmente lúdico, que relaciono con términos que se trabajarán más adelante. Este trabajo es muy útil de cara al profesor, ya que es una herramienta extraordinaria de observación del alumno para una posterior orientación y evaluación de su desarrollo.
Con el instrumento, con los principiantes hablo de la respiración con un vocabulario muy básico y “poco técnico”: “sopla más, sopla menos, sopla más rápido, más lento, imagina que…”, introduciendo el vocabulario más específico de la respiración poco a poco para centrarnos en este estadio en el manejo elemental del clarinete.
Los “problemas” con la respiración empiezan por lo general algo más tarde, sobre todo si van acompañados de desmotivación y poca dedicación. Aun así hay que decir que también se encuentran con problemas de respiración alumnos excelentes, siendo su dificultad fruto un exceso de responsabilidad y una mala gestión del estrés por los resultados deseados.
Las dificultados con la respiración siempre van ligados a otros problemas: embocadura, articulación, sujeción del instrumento, postura, tensiones en cuello, hombros, brazos y manos, exceso o falta de tono en la musculatura respiratoria, etc. Y todos estos problemas pueden tener una base simplemente física o también psicológica.
Muchas veces es bien difícil saber dónde empieza y dónde termina una dificultad derivada de la respiración, ya que el problema es de coordinación de dos o más elementos y nunca de uno solo.
Poco a poco, a medida que el alumno avanza, trato de relacionar la respiración con acciones comunes. Continúo con un vocabulario no técnico, siendo el punto de interés el resultado sonoro y el darse cuenta de reacciones y sensaciones del propio cuerpo y su influencia en la sonoridad del clarinete.
De este modo sigo realmente la evolución individual de cada alumno, llegando al vocabulario básico referente al aparato respiratorio, la musculatura y su localización a partir de su propia experiencia.
El nivel va subiendo y necesito encarar el trabajo respiratorio desde dos extremos: la introspección y la acción.
La introspección trata de observar la propia respiración, aceptarla y dejarla fluir libremente. El objetivo de este autoconocimiento es tener una base fiable a la que acudir ante cualquier duda. A esta auto-observación le añado el descubrimiento de las zonas elásticas del cuerpo implicadas en la respiración natural mediante estiramientos, posturas concretas y otros ejercicios. “Reconocerse” en la propia respiración ayuda a la parte psicológica del aprendizaje instrumental.
La acción trata de conseguir efectos concretos mediante ejercicios de soplo. El objetivo es entrenar la musculatura respiratoria (inspiratoria y espiratoria) de una manera “deportiva”, atendiendo a la parte más física del trabajo instrumental.
Si queréis saber más sobre mi trabajo específico sobre la respiración, podéis echar un vistazo a http://ceciliarespira.wordpress.com
¡Gracias por leer!
Cecilia
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