El sábado contamos con el maestro José V. Herrera, solista de la Orquesta de Valencia; pudimos aprender con las clases individuales de los alumnos activos, así como de las clases colectivas dedicadas al concierto de Mozart (desde el punto de vista de una audición para una orquesta) y a la reparación y optimización de cañas.
Beatriz López, clarinete solista de la Real Filarmonía de Galicia, impartió las clases del domingo. La jornada finalizó con una simulación de audición de orquesta, donde todos los participantes pudieron poner en común las impresiones sobre la interpretación de los compañeros.
De este curso cabe destacar el ambiente próximo y distendido entre profesores y alumnos. Así ha sido expresado por todos los participantes que han asistido en esta segunda edición. Ya estamos pensando en la tercera.
Los agradecimientos van dirigidos en varias direcciones: a Luis Roldán y Margarita Parra, dueños de la Escuela, por habernos cedido de manera totalmente desinteresada las instalaciones; a Pedro Perales por ayudarnos con la difusión y la publicidad del evento; a Jose y a Beatriz por su humanidad y su flexibilidad para adaptarse a este proyecto; a los alumnos de esta edición y a los de la edición pasada, porque sin ellos no hubiera sido posible llevarlas a buen término.
Los próximos días 26 y 27 de abril, vamos a tener la suerte de poder trabajar intensivamente el repertorio orquestal para clarinete con dos super-solistas de dos super-orquestas españolas.
El sábado 26 a las 12:00 darán comienzo las clases con José V. Herrera, solista de la Orquesta de Valencia desde 1981. Con él trabajaremos el repertorio orquestal en clases individuales, además de realizar una clase colectiva sobre el concierto de Mozart como obra obligada en las audiciones para orquesta y otra clase colectiva sobre optimización de cañas.
El domingo 27, a las 10:00, Beatriz López, solista de la Real Filharmonía de Galicia desde 2008, iniciará las clases individuales, terminando la jornada con una simulación de audición.
Esta es una gran ocasión para poder conocer y trabajar con dos buenísimos clarinetistas, músicos y profesores, que nos dan una perspectiva muy completa de qué significa audicionar para una orquesta y el trabajo que se realiza en ella. El hecho de que se den cita el mismo fin de semana en Madrid dos grandes profesionales, provenientes de dos orquestas geográficamente lejanas entre sí, hacen de este encuentro una oportunidad única.
Aunque ya están diseñados los horarios, todavía tenemos capacidad para uno o dos alumnos más. Así que, si todavía tenéis el gusanillo de pasar un buen fin de semana con vuestro instrumento, y disfrutar con estos grandes profesores, no dudéis en poneros en contacto conmigo: ceciliak622@yahoo.es
Vuelvo a las andadas blogueras. Después de algo más de un mes desde que me robaron la tuba y tener que centrar gran parte de mi energía en gestionar cómo volver a la normalidad en la medida de lo posible, me he propuesto volver a escribir e intentar recuperar un ritmo regular de publicación. También me he propuesto que éste tema no monopolice los contenidos del blog, aunque una situación de crisis siempre deja una huella profunda y, lo que es más importante si se es capaz de ver, lecciones importantes para la vida, y por eso sospecho que me va a dar para muchas reflexiones como la de hoy.
Fue una putada, sí, y no se lo deseo ni al peor de los músicos, pero lamentarse por ello no cambiará nada. Una situación desagradable, incómoda y que encima seguramente me va a costar un buen dinero que pensaba dedicar a otras cosas. Pero nada más; toca mirar al frente, seguir adelante y sacar lo positivo de la situación, aunque parezca imposible.
Una de las primeras cosas que me dijo un buen amigo fue “algo bueno sacarás de todo esto”, y tal como terminó la frase le miré con cara de incrédulo y con cierto sarcasmo. Pero la sentencia había calado, me cargó de optimismo e inconscientemente empecé a repasar la lista de posibles cosas buenas que estaba provocando la situación. De momento la lista no ha dejado de crecer, lo cual ayuda a convencerme de que todo lo que nos ocurre tiene sus consecuencias positivas.
Vale, no siempre apetece ser optimista. En ocasiones el cuerpo te pide meterte debajo de la manta, aislarte del mundo y quedarte a solas con tus malos rollos, sintiéndolos bien presentes presionando tu pecho; y reconozco que hacerlo también es necesario, porque ayuda a ser consciente de que no todo es coser y cantar. La vida es dura, sí, pero cuando ya lo sepamos (¿seguro que lo sabes? siempre hay alguien que está peor que tú) debemos enfrentarla con la mejor actitud. Es simple: sólo hay que cambiar el chip, hacer un pequeño esfuerzo y crear el hábito de ver el lado positivo de lo que nos pasa.
Todavía no os he dicho cuales son las cosas buenas que he sacado de todo esto: He conocido personas maravillosas y me ha dado la oportunidad de comprobar que la gente es buena y te ayuda desinteresadamente, por pura empatía; he tenido ocasión de plantearme seriamente cambiar de tipo de tuba, con todo lo que ello comporta, para acabar reafirmándome en mis “creencias tubísticas”; también ha sido la excusa para poner en claro mis prioridades en varios aspectos profesionales, que si bien es algo que hay que revisar con regularidad la rutina hace que se vaya posponiendo sine die; me ha dado la oportunidad de volver la vista atrás y comprobar que diez años dan para haber hecho muchísimas cosas que hace once no podía ni haber imaginado, y con ello llegar a la conclusión de aquel gran hombre de que la vida es eso que nos pasa mientras nos empeñamos en hacer planes.
Para terminar este post os dejo un vídeo cargado de optimismo de los mayores genios del humor, los Monty Phyton, en la que es su película más irreverente: La vida de Brian (recomendación absoluta para mentes librepensantes). En la escena final de la crucifixión, cuando todo parece absolutamente perdido, qué mejor que cantar “Busca siempre el lado bueno de la vida”….
Foto de BaileyRaeWeaver con licencia Creative Commons
Una buena postura corporal te proporciona más poder. Un poder bien entendido, es decir, como la posibilidad de mejorar uno mismo, no de alzarse por encima de los demás a cualquier precio.
Al igual que en el atletismo lo que interesa es mejorar tus marcas personales, superarte a ti mismo, no directamente ganar a los demás, del mismo modo en música, o en cualquier arte, lo que quieres lograr es mejorar tu creación, por propia satisfacción de lo bien hecho, no quedar por encima de los demás.
Todo eso puede aplicarse a nuestro día a día. Si... "el cuerpo puede afectar a la mente, la mente puede afectar el comportamiento y el comportamiento puede afectar los resultados"...yo creo que merece la pena intentarlo. Por eso os invito a ver el siguiente vídeo de la neuropsicóloga Amy Cuddy. Con calma. Varias veces, incluso, hasta llegar a entender todo el mensaje de cambio que se nos propone en él.
Se nos invita a la inmensa mayoría a "fingir" ser algo que no somos realmente. Puede parecernos que ese algo fingido, ese no ser auténtico, puede ser perjudicial. Yo creo que si ese "fingir" provoca un cambio merece la pena intentarlo. "No se trata de fingir hasta lograrlo, se trata de fingir hasta transformarse; no hay que fingir hasta hacerlo, hay que fingir hasta serlo".
Quizás nos demos cuenta que esa semilla de fuerza ya la teníamos pero nos han obligado a permanecer pasivos, callados, sumisos. Quizás lleguemos a la conclusión de que cuando fingimos es en realidad en nuestro día a día. Fingimos una felicidad o un conformismo que no nos beneficia en absoluto.
Y, si tal y como nos explica en el vídeo, hay un componente hormonal en todo esto y la testosterona es decisiva y por tanto puede haber diferencia de género en los resultados...quienes más necesitamos atrevernos a sentir el poder de la postura...somos las mujeres.
Otra vez aquí, frente a la compu, con muchos libros, discos, recortes, ideas, recuerdos de actividades, crónicas de viajes, alumnos inolvidables, actividades que no funcionaron del todo... Claro, todo eso y mucho más. El objetivo principal es responder a una pregunta: ¿qué hacemos este año?. Pero no parece ser tan fácil porque tentar las ansiedades con ideas super-mega-archi mágicas que harán que mis alumnos terminen siendo los mejores músicos del mundo, es algo que suele redundar en la cabeza de una profe en líos... Lo importante no es desesperar, sino perseverar. He aquí algunas ideas de organización.
1. Leer, escuchar, mirar, agendar todo... ¡Todo!
Un cuadernito/agenda/machete es lo mejor que hay en este tiempo porque son tantos los libros, discos, webs, recursos que pasan por nuestras manos que es mejor no perder nada. Seguro que a mitad de año necesitás escuchar otra vez esa canción (si, esa que ni te acordás como se llama) porque te venía bien para ejercitar la ejecución del pulso... pero claro no te acordás en que disco estaba. Los libros... hay los libros. Si yo pecara por algo en mi vida sería por la cantidad de libros que me compro por mes. Los leo a todos, a medida que siento que los necesito leer, los traigo al frente de la biblioteca. Me encanta recorrer librerías, mirar, siempre hay algún libro interesante que no tenés. Leer un libro es una experiencia única, cada uno te deja una sensación diferente, ideas nuevas o no tan nuevas que vas moldeando en tu cabeza. Por eso me gusta leer muchos libros en esta etapa en la cual tengo que pensar sobre mi propuesta de enseñanza, porque se renuevan ideas, se reafirman otras y se genera un espacio de “aire” que permite abrir puertas a la creatividad.
2. Pensar las primeras clases de modo tal de conocer a los niños.
No queremos que nuestra propuesta termine fracasando por el simple hecho de que no enseñamos lo que los niños necesitaban. Por otro lado, ellos saben mucho más de lo que imaginamos; y cuando de música se trata es mejor no subestimarlos. Por esto es conveniente pensar algunas clases que nos permitan conocerlos, interactuar con ellos. Estos primeros encuentros tienen que tener objetivos claros y concretos, porque de lo contrario desperdiciamos este momento que es clave para pensar la propuesta del año. La grAAn pregunta a responderse es: ¿qué pretendo conocer de los niños?. No es fácil el proceso de conocimiento de un grupo, porque en verdad creo que nunca terminás de sorprenderte (con los pequeños aun más). Además comprendí con el tiempo que es un proceso complejo, que implica motivación de ambas partes, de los niños principalmente. La motivación para conocernos es importante, ellos comprenden nuestro papel en la sala cuando adquieren confianza y seguridad, y creo que eso se logra partiendo de una propuesta interesante. Aquí esta la importancia del período de conocimiento mutuo: proponerles un proceso de aprendizaje interesante.
3. Lograr que la propuesta tenga nuestra impronta, se vea reflejado nuestras formas de trabajo.
Si bien la propuesta es destinada a nuestros niños, somos nosotros quienes la coordinamos, la llevamos adelante. No somos protagonistas pero nuestro grano de arena es demasiado grande como para descuidarnos. Por eso creo que la propuesta para este año de considerar lo que podemos hacer, conociendo nuestros horizontes, siempre apelando a “un poquito más” de lo que fue el año anterior. Cuando digo “un poquito más” no siempre debe interpretarse en términos cuantitativos. Una propuesta interesante refleja nuestra manera de ser y creer (enseñar), y por sobre todas las cosas apela a potenciar el ser de nuestros niños, sin intentar cambiarlos ni condicionarlos, sino más bien generando condiciones para que puedan cambiarse a si mismos. Espero haber aportado para calmar ansiedades típicas de este momento del año, porque es con estas ideas y mientras escribí estas lineas que logré calmar las mías. ¡Feliz comienzo para todos! Adelante!
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