Gracias a un tweet de @vcuevas he conocido DocuCiencia, un sitio web dedicado a la recopilación y divulgación de los más interesantes documentales científicos. Entre el más de un centenar de películas recogidas durante el año que lleva funcionando hay una que nos interesa muy de cerca: Mi cerebro musical.
En el filme, gracias a una investigacióń neurológica que, entre otros instrumentos, recurre al empleo del iRMF, un aparato de resonancia magnética de última generación, podemos ver los efectos de la música sobre el cerebro de cuatro músicos, entre los cuales destaca Sting por su fama internacional.
El análisis de las respuestas neurológicas a los estímulos musicales pone en evidencia algunos de los efectos beneficiosos de la música sobre el desarrollo de las facultades mentales, desde el intercambio de información entre los dos hemisferios cerebrales, que normalmente trabajan separadamente, uno encargado de los aspectos más racionales y el otro de las emociones, hasta la potenciación de la inteligencia general que deriva de aprender a tocar un instrumento, actividad capaz de incrementar el cociente intelectual en hasta siete puntos.
El Aula de Música del CEIP Gerardo Diego de Los Corrales de Buelna (Cantabria) tiene un blog repleto de contenidos muy útiles, entre los cuales destacan muchas aplicaciones multimedia y juegos musicales que sin duda les gustarán a nuestros lectores y lectoras, y no sólo a los más jóvenes. Lo más interesante es que el autor de la mayor parte de esos juegos es el autor del mismo blog, Julio Payno, que además es coautor, junto con Francisco Taboada, de otra estupenda web: Vertedero sonoro, dedicada a la construcción de instrumentos musicales con materiales de desecho.
Flutematic calculator es sólo un ejemplo de lo que podéis encontrar ahí: se trata de una herramienta para conocer la posición en el teclado, en el pentagrama y en la flauta dulce soprano de todas las notas que se pueden tocar con este último instrumento. Además de utilizarla online, podéis bajarla a vuestros ordenadores, al igual que todas las otras aplicaciones, desde la zona de descarga.
Hoy no voy a decir el nombre del compositor del que celebramos el aniversario. Pero voy a dar algunas pistas que van a ser más que suficientes para que lo averigüéis y lo pongáis en un comentario.
Empecemos con la que quizás sea su obra más conocida, que se puede escuchar al final de la mayoría de las bodas.
Esta pieza pertenece a una obra que el compositor misterioso escribió para acompañar una obra de teatro del dramaturgo inglés William Shakespeare. No os olvidéis de contarnos en los comentarios también algo sobre esta obra.
La segunda pista: nuestro compositor dirigió la ejecución de una importante obra de Johann Sebastian Bach que no se interpretaba en público desde la muerte de éste, ocurrida 79 años antes de ese reestreno. De paso, no estaría mal algún comentario sobre esa obra.
La última pista, para los que todavía no hayan descubierto de quién estamos hablando, es un puzzle.
La imagen que veremos al completarlo es un sello de correos que fue emitido hace exactamente un año para celebrar el segundo centenario del nacimiento de nuestro compositor misterioso. Resuelve el puzzle para averiguar de quién estamos hablando. ¡Suerte!
¡Esto es ritmo! (Rhythm is it!) es el título de una película que no dudo en definir como imprescindible. Se trata de un documental que narra un proyecto pedagógico de la Filarmónica de Berlín, una de la mejores orquestas del mundo, cuyos planteamientos iniciales son tan fascinantes como aparentemente irrealizables: subir al escenario a 250 escolares totalmente ajenos al mundo de la danza para que, tras semanas de duros pero apasionantes ensayos, bailen nada menos que La Consagración de la Primavera, la obra maestra de Igor Stravinsky.
¡Esto es ritmo! – final
El título me gusta, pero aún más me gusta el subtítulo: Una clase de baile para cambiar la vida. A lo largo de los 100 minutos que dura el filme, seleccionados entre más de 200 horas grabadas principalmente durante el período de los ensayos, los directores Thomas Grube y Enrique Sánchez Lansch nos demuestran algo que nunca deberíamos dudar: el talento y la fuerza que los adolescentes poseen y que con demasiada frecuencia no utilizan por falta de autoconocimiento o, aún más frecuentemente, de autoconfianza. Aprender a utilizar esa fuerza y a aprovechar ese talento, a conocerse uno mismo y a apreciar y valorar sus propias cualidades, a fijar metas y a imponerse una disciplina que les permita alcanzarlas es algo que sin duda transformaría la vida de muchísimos adolescentes desmotivados y actualmente encaminados a engrosar las filas de lo que se suele llamar “fracaso escolar”. Pero también de muchísimos otros que se conforman con los resultados mediocres que están bastante por debajo de sus posibilidades.
En la cinta, todas las palabras están cargadas de emoción: las del coreógrafo Royston Maldoom, cuando nos cuenta su infancia difícil y el inicio de su pasión por la danza o cuando, con una severidad cargada de profundo afecto, exige a los jóvenes la seriedad necesaria para conseguir un trabajo bien hecho; las de Marie, una chica de 14 años que confiesa alternativamente sus ganas de abandonar y las de seguir adelante con el proyecto, eligiendo definitivamente esta opción con gran satisfacción personal; las de Martin, que a sus 19 años habla de los bloqueos emocionales que está superando gracias a la danza; las de Olayinka, nigeriano de 16 años, huérfano de guerra y refugiado en una nación de la que desconoce el idioma: su testimonio me ha resultado especialmente emocionante. Finalmente, las palabras de Simon Rattle, el director de orquesta: fascinantes y encantadoras, tanto cuando habla de la partitura de Stravinsky, intentando describir la energía que emana de esa obra, como cuando habla de la música y del derecho innato del ser humano a disfrutar de ella.
En efecto, Rattle tiene una concepción totalmente democrática de la música, demostrándolo con su participación en actividades pedagógicas (por ejemplo esta misma o su colaboración con el Sistema venezolano) y divulgativas. En la película manifiesta explícitamente su convicción de que la música es patrimonio universal y el acceso a ella debe ser un derecho de todos y no un privilegio de pocos con las siguiente palabras: “Esta música es para todo el mundo, uno no tiene que avergonzarse de ello. No es algo que esté allí, no es sólo para hombres de negocios ricos de cierta edad y sus mujeres. La Filarmónica de Berlín no es una diva a la que soñamos alcanzar, es un lugar donde se interpreta la más extraordinaria música emocional, a la que todos tienen derecho.”
En este sentido, la BFO (con esta sigla se conoce a la orquesta) se abre al mundo con varias iniciativas que la acercan al público gracias a la tecnología: además de estar en la web, está en Twitter, en YouTube y en Facebook. Pero la modalidad más innovadora y espectacular de asomarse en las casas de la gente a través de su conexión a Internet es su Auditorio digital (Berliner Philharmoniker Digital Concert Hall), espacio en el que es posible asistir a sus conciertos en directo, previo pago de una entrada más que razonable, o bien a las grabaciones de los mismos. De la misma manera que para la asistencia presencial a los conciertos, es posible comprar abonos, mensuales o de temporada, con un descuento considerable. Entre los archivos, además de las grabaciones de los conciertos, hay también una sección con vídeos educativos gratuitos, pero son en alemán y por el momento sin subtítulos.
Me quedan dos cosas antes de cerrar este post: la primera es desearle muy sinceramente un feliz cumpleaños a Simon Rattle, que hoy mismo cumple 55 años; la segunda es transcribir aquí algunas de las maravillosas palabras que el mismo Rattle pronuncia en ¡Esto es ritmo! para recomendar su lectura y reflexión sobre todo a mis alumnos y alumnas: “Muchas personas tienen este deseo, también en la escuela, ojalá estuviera en el grupo principal, ojalá fuera popular. Y no se dan cuenta en ese momento de que esa es una cosa muy transitoria: a menudo los que son más populares tienen unas habilidades muy convencionales y los que están un poco al margen son los que frecuentemente pueden ir más allá.”
La inclusión de nuestro trabajo dentro de este blog, que recoge experiencias de docentes que hacen uso de las herramientas y servicios que nos ofrece la web 2.0 y que conlleva la concesión del distintivo de Buena PrácTICa 2.0, es un reconocimiento que agradecemos y un estímulo para seguir por este camino que sin duda aprovecharemos.
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