Motivación y desmotivación, ¿Por qué no tengo ganas de tocar?

Más de uno se sentirá identificado con el título. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no quiero estudiar? ¿Por qué no quiero tocar? La desmotivación afecta a muchos músicos. En una profesión en la que uno nunca para, a veces nos encontrarnos en situaciones de decaimiento o desgana que nos impiden estar al 100%.

Es normal que de vez en cuando uno no sienta ganas de estudiar. No somos robots y todos nos sentimos cansados de vez en cuando. Lo malo es que a veces esta desmotivación se extiende en el tiempo, y debemos profundizar en su razón de ser.

motivacion

La falta de objetivos

La principal razón de la desmotivación es la falta de metas. Uno siempre debe tener metas a largo, medio y corto plazo. ¿Sabes qué pasa cuando una persona echa a andar sin saber dónde va? Que comienza a andar en círculos. Debes marcarte metas. Si todavía estás estudiando, estás metas son fáciles marcar: sacar buena nota en el próximo examen, tocar bien en el concierto…etc. Cuando eres profesional, las metas son más complejas porque tu futuro es más incierto. A veces tendrás como meta alguna audición u oposición, a veces no. Sé creativo con tu carrera, márcate la meta de mejorar, de seguirte formando, de buscar otros horizontes…

La meta que te marques ha de suponerte un desafío, pero no debe ser excesivamente difícil de conseguir, o te frustrarás por realizar un trabajo sin fruto. Tampoco debe ser demasiado fácil, o te aburrirás. Todo objetivo debe estar formado por otros más pequeños, que te vayan alentando a continuar.

Un objetivo inalcanzable o demasiado lejano

A veces no tenemos medida y nos marcamos metas tan duras que minan nuestra moral sin aportarnos demasiado. Debemos tener en cuenta nuestras capacidades, apuntar alto, pero no exigirnos más de lo que podemos alcanzar. Por ejemplo, imagina que en un mes coinciden cuatro audiciones para tu instrumento, con una programación exigida distinta en cada audición. Una meta muy difícil sería plantearse “ir a ganar” las cuatro audiciones y estudiarse las cuatro programaciones en el período de un mes. Una meta más alcanzable sería prepararse una o dos más a fondo y, si nos interesa, presentarnos a las otras dos simplemente por pasar la experiencia de la audición. Es como en el deporte. Un ciclista no va al 100% al giro, la vuelta y el tour. Puede ir a ganar uno, pero no los tres en el mismo año.

También puede desmotivarnos el marcar un objetivo muy lejano en el tiempo. Por ejemplo, preparar un concierto de solista de aquí a año y medio. Para solucionar esto, debemos usar la estrategia de marcar pequeños objetivos durante todo ese año y medio e irlos cumpliendo.

Estar extra-ocupado

Algunos músicos, por no decir casi todos, parecen adictos al trabajo. Llenamos nuestras agendas de compromisos que nos saturan (trabajo + bolos + estudiar + recados +….), lo cual puede desmotivarnos a la hora de estudiar. Si tienes muchas cosas en las que pensar, también tu concentración se verá afectada. El resultado será nefasto. Todos los días debes tener unas horas de descanso para dedicarte a ti, a tu familia o tus hobbies (hobbie, ¿qué es eso?… dirán algunos). Si equilibras tu día a día, tu desmotivación será cosa del pasado. El tiempo de estudio no debe ser una obligación, sino un momento de retiro y de tranquilidad que usas para mejorar en tu profesión. Para ello, debe tener su espacio reservado en el día, no achuchado entre compromisos.

Por experiencia personal, se estudia infinitamente mejor cuando uno tiene todo el tiempo del mundo por delante, no anda con prisas por marcharse a no se dónde o hacer no se qué. La tranquilidad es clave para que las ganas de estudiar vengan solas.

Forzar la máquina

Muy relacionado con el punto anterior está el cansancio. El cansancio físico y mental es determinante en la desmotivación. Cuando uno siente que el cuerpo no aguanta más, no puede sentir ganas de estudiar ni de tocar. Es una irresponsabilidad sentirse agotado y aún así querer forzar más la máquina. Lo único que nos vamos a provocar es desgana y desidia, por no hablar de las consecuencias que puede tener en nuestra salud.

Recuerda, ¡debes descansar al menos un día a la semana!

Un camino que no quieres andar

No tienes ganas de tocar. Pasan los días y las semanas y no quieres estudiar, aunque deberías, porque hay audiciones a las que podrías presentarte, oposiciones que preparar o cualquier otra cosa.

A veces nos fijamos unos objetivos sin pensar ¿es esto lo que quiero realmente? Debemos ser sinceros con nosotros mismos. Hay muchos caminos que uno puede elegir dentro y fuera de la música, uno no está obligado a hacer lo que hace la mayoría. Quizás aún no has descubierto tu vocación. Dar clase en colegios, en conservatorios o escuelas, tocar otros estilos, improvisar, trabajar con la música en labor social… o cualquier otra cosa. Lo primero que hace falta para motivarse es amar lo que uno hace.

Recuerdo ahora una frase que sale en la serie Mozart in the Jungle. Un bailarín, cansado de la presión de las audiciones y las performances decide marcharse para trabajar de modelo y hacer otro tipo de actuaciones, usando el ballet de forma distinta. Su novia, oboísta y sin trabajo como él, se escandaliza ante semejante decisión, a lo que el chico le dice: “No pasa nada si no nos dedicamos a aquello que dijimos que íbamos a ser con 3 años”.

Lo importante es que seas feliz con lo que haces.

Recuperar la pasión por lo que haces

Puede haber ocasiones en las que no tengamos objetivo que fijar y nos cueste mucho “estudiar por estudiar”. En esas situaciones muchos pierden el interés por la música y sienten cierto hastío ante la situación de coger el instrumento todos los días.

La mejor manera de recuperar la pasión por la música es tocando en público, mejor con orquesta, coro o grupo de cámara. Así nos evitamos los nervios de actuar solos, además de que son conciertos más fáciles de conseguir. Si te sientes en una situación parecida, busca la manera de poder actuar. En cuanto sientas la placentera sensación de la música en conjunto, los aplausos del público… recordarás por qué necesitas estudiar y tu autoestima subirá.

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Técnicas de estudio para músicos

Seguro que montones de veces te quedas atascado estudiando, no te salen las cosas o te das cuenta de que siempre fallas en los mismos sitios y al final estudiar te produce frustración. Probablemente, esto se deba a que no estás estudiando de manera correcta.

Principios básicos del estudio

  • Concentración
  • Tranquilidad y paciencia
  • Conciencia del cuerpo
  • Control de los excesos y de los descansos

Las técnicas de estudio son algo muy personal, cada uno debe ir creando las suyas propias. Dependen de la persona y del instrumento. Yo voy a contarte algunas que he aprendido y me han servido. ¡Tú también puedes contarnos las tuyas! Si sabes alguna que pueda ayudar a otros músicos, cuéntanosla en los comentarios.

  • Las 10 de 10: Esta técnica te sirve para aprenderte aquellos pasajes en los que sueles fallar, tanto musical como técnicamente. Primero debes tocar y trabajar el pasaje hasta que te suene exactamente como te gustaría. Cuando te salga bien, repítelo diez veces seguidas, manteniéndote concentrado y pendiente de igualar la primera vez, en la que el pasaje sonó perfecto. Si te sale 10 de 10 veces bien, habrás fijado en tus músculos y tu mente el pasaje. La repetición es clave en el estudio musical, sin embargo la repetición sin sentido y con fallos no hace más que estropear nuestro estudio. Debemos concentrarnos y repetir con toda nuestra conciencia.
  • La cámara lenta: Esta técnica sirve especialmente para pasajes mecánicamente difíciles. No se trata de tocar el pasaje lento. Debes tocar el pasaje como si lo vieses a cámara lenta, reproduciendo los movimientos con el mismo impulso y técnica que lo harías a velocidad normal, observando al detalle qué hacen tus manos. Con ello consigues dos cosas: detectar fallos que a velocidad rápida no veías y aprenderte los movimientos con más detalle. Por ejemplo, en el caso de un violinista que se encuentra con un pasaje en spicatto. Con la técnica de la cámara lenta, debería reproducir los movimientos del spicatto tal y como son a velocidad normal. Muchos instrumentistas fallan al estudiar lentamente sin reproducir las articulaciones originales, por ejemplo, tocar a la cuerda este pasaje spicatto al estudiarlo lentamente.
  • Las tres veces con metrónomo: Esta técnica es útil con pasajes que tenemos que tocar muy rápido. Ponemos el metrónomo a la mitad de tempo y lo tocamos tres veces seguidas (que deben sonar correctamente). Si nos ha sonado bien las tres veces, subimos el metrónomo 4 puntos – en el caso de que sea digital, si es de cuerda, lo subimos una línea -. Así repetimos el proceso hasta llegar al tempo real. Para conseguir más soltura, podemos subir el metrónomo un poco más aún. Es un pequeño truco: cuando lo toquemos al tempo real nos resultará más lento y más cómodo.
  • Las tres posibilidades: A veces nos atascamos con melodías o frases que no sabemos cómo interpretar. El mejor truco para ello es cantar tres veces con dinámicas y fraseo diferentes. El sentido musical nos indicará cuál de las tres veces nos ha gustado más y nos parece más lógica.
  • Sigue el dibujo: Más que una técnica, es un truco interpretativo. Hay músicas que son más sencillas de lo que nosotros pretendemos. partitura-bach-2Sobre todo en los estilos barroco, clásico y pre-clásico, la técnica de seguir el dibujo funciona muy bien. No te rompas la cabeza con los fraseos y sigue el dibujo de la partitura, sube y baja la dinámica según el dibujo suba y baje. Parece simplón, pero casi nunca te equivocarás. Fíjate en el original de Bach – a la derecha -, casi parece que las líneas de las semicorcheas te indiquen cómo debes tocar…
  • Grabar-observar-grabar: Con esta técnica te convertirás en tu propio profesor. Grábate lo que estés estudiando antes de empezar con la sesión de estudio. Visiona el vídeo unas cuantas veces y piensa qué está mal. Trabaja las partes que sean necesarias. Vuélvete a grabar y observa las mejoras.
  • mf y sonido bonito: Para trabajar la afinación de cualquier pasaje, debes tocarlo nota por nota con buen sonido y el cuerpo relajado. Escucha con atención, corrige y repite hasta que lo oigas sin fallos.

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El músico pasivo

No me dedico a la música, pero la música está en mi vida. No toco un instrumento pero conozco las técnicas de estudio. No me sé ninguna obra pero las tarareo constantemente. No soy un músico, pero soy un músico pasivo.

Desde que mi mujer entró en mi vida, la música se coló con ella. Hasta que la conocí; yo, como la mayoría de la gente, no sabía lo que era un pasaje, un concertino, un bolo o una viola, por ejemplo. Con el paso del tiempo, sin darme cuenta, me he ido labrando un gusto musical, algo impensable para mí, que no sabía ni lo que era una sonata.

He asistido a muchas audiciones, cursos de verano, he estado presente en muchas horas de estudio, me he leído libros enteros escuchando siempre la misma obra de fondo, he ido a muchos conciertos en lugares y países dispares. Y durante este tiempo he ido conociendo a mucha gente de este mundo y he llegado a una serie de conclusiones: Los músicos que se dedican a ello como una carrera profesional, son personas muy responsables, disciplinadas y trabajadoras. Pero sobre todo son personas creativas, tienen una imaginación desbordante, y no me extraña, la música no sólo actúa sobre el oído, provoca miles de sentimientos y sensaciones. Han llegado a desarrollar estas habilidades porque han tenido la música en su vida, pero de un modo distinto al del resto de la gente. Y todas estas habilidades han podido desarrollarlas por haber tenido durante buena parte de lo que debería haber sido su tiempo libre en la niñez y sobre todo adolescencia una responsabilidad añadida.

Tener una actividad complementaria a los estudios es necesario, y la mayoría de la gente quiere que sus hijos tengan una actividad deportiva, para que sean personas sanas y estilizadas, pero ello no tiene por qué ir reñido con la cultura.

El ejercicio musical es una actividad que potencia los dos factores que acabo de nombrar, estudio y ejercicio. Por una parte, como ya he dicho, la música potencia su creatividad e imaginación, pero no hay que olvidarse de que la música es matemática, la música es memoria, la música es coordinación y psicomotricidad, y la música es ejercicio físico.

Una cosa tengo muy clara, desde el primer día que me sea posible, siempre sin molestar al público, llevaré a mis hijos a los conciertos en los que toque su madre. Porque tan importante para el desarrollo de un niño es tocar un instrumento, como tener cultura musical.

Por todo esto me siento muy feliz de pertenecer a este colectivo de alguna manera, y animo a que ayudéis al desarrollo personal de vuestros hijos con la práctica musical.

Lectura recomendada: Como ser feliz si eres musico o tienes uno cerca

Músico y trabajo, una situación laboral difícil

El sector de los músicos es un sector laboralmente muy desprotegido. Somos un colectivo pequeño con un tipo de trabajo muy especial. Para el músico, y más en la actualidad, alcanzar un trabajo estable es casi un imposible, y nos vemos abocados al trabajo basura. Vamos a analizar las distintas situaciones precarias que nos encontramos los músicos en el mercado laboral.

Trabajar sin contrato

Muchas escuelas, asociaciones, organizaciones, orquestas…etc. cuentan con los servicios de sus músicos, pero no les hacen contrato. Es lo que solemos llamar trabajar de bolo. De esta forma, los músicos quedamos desprotegidos de todo derecho laboral, no cotizamos y además nos arriesgamos a penalizaciones fiscales.

Si te pones enfermo un día y no vas, no cobras. Todo el tiempo que emplees en este tipo de trabajo no suma en tu historial laboral, no cuenta como experiencia ni te sirve para sumar tiempo cotizado de cara a recibir prestaciones sociales. A todas estas desventajas hay que sumarle la desprotección que sufre tu instrumento, cuya integridad puede peligrar en giras y conciertos sin ningún tipo de cobertura.

¿La solución a esto? Que los músicos dejemos de aceptar esto. Pero, ¿cómo pedir algo así cuando para muchos músicos, especialmente jóvenes, esta forma de trabajar es prácticamente la única a la que pueden optar? Es el único modo que tiene de ganar algo de dinero y conseguir experiencia tocando. La solución para formalizar esta situación sería trabajar como freelance (autónomo). Sin embargo, esto es inviable en España, ya que los ingresos no cubrirían ni la cuota que hay que pagar.

Becarios y bolsas de trabajo a precio de saldo

1227183266703_fCon la llegada de la crisis muchas de las orquestas de nuestro país han optado por contratar por cortos periodos de tiempo y con un sueldo más bajo que el de un músicos de plantilla a músicos jóvenes. De esta manera completan su plantilla reduciendo el gasto. Y como siempre el que paga es el músico, con un empleo de poca calidad, sin seguridad ni estabilidad.

 

A la espera de las oposiciones que nunca llegan

Hemos tenido que esperar hasta este año, año de elecciones, para que se convoquen algunas plazas. Las convocatorias, generales para los profesores de primaria, secundaria y para los de conservatorio, son como poco confusas. Ni si quiera queda clara la obligatoriedad de tener el Máster en Profesorado para presentarse. La presentación de méritos es otra odisea. Falta un criterio consensuado y claro, qué documentación es válida y cuál no. Por poner un ejemplo. Se contabilizan sólo los cursos que indiquen número de créditos u horas. En el caso de los cursos de música, ya que normalmente son promocionados desde asociaciones, conservatorios y demás, los certificados no se consideran válidos y no están regulados como en las oposiciones se exige.

Plazas en orquestas casi inalcanzables

Las orquestas españolas, financiadas con dinero público prácticamente en su totalidad, a veces llevan a cabo procesos poco transparentes para cubrir plazas. Estos organismos suponen una gran oportunidad de conseguir un trabajo estable.Tratándose como decimos de organismos públicos, deberían:

  • Dar la posibilidad de que todos los músicos titulados que envíen solicitud puedan presentarse a las audiciones.
  • Cumplir con las bases de las convocatorias.
  • Publicar listas de admitidos y excluidos (dando las razones de la exclusión) y dar un tiempo para subsanar errores en la solicitud
  • No cobrar a los aspirantes
  • Publicar las listas de los ganadores y sus puntuaciones de manera transparente

No todas las orquestas cumplen con estos requisitos, que creemos son los mínimos para que un proceso de contratación sea transparente y no desengañe a los jóvenes que se preparan para conseguir una plaza.

Recortes en escuelas, conservatorios y orquestas

Las escuelas de músicas han sufrido mucho con la crisis. A menudo hay profesores de un instrumento que se ven obligados a impartir clases de otras especialidades. Estamos alentando de esta forma un intrusismo laboral que daña mucho a todo el colectivo. Los sueldos de muchos profesores de escuela los obligan a trabajar en varios centros a la vez, desplazarse y hacer malabares con los horarios para poder completar la jornada y cobrar un sueldo decente. Por otro lado, muchos profesores de conservatorio han visto su jornada laboral aumentada y sus condiciones laborales desmejoradas.

También las orquestas sufren los recortes. Son de sobra conocidos los casos de las orquestas españolas que han estado o están al borde de la desaparición. Aparte de esto, los trabajadores han tenido que aguantar bajadas de sueldo, aumentos de jornadas o reducciones de plantilla.

La importancia de la unión

Todas estos problemas laborales y situaciones desagradables podrían tener solución si los músicos comenzásemos a trabajar como un colectivo. Contando con la ayuda de asociaciones, sindicatos, comités… Y quizás con la formación de un colegio oficial.