¿Recuerdas cómo viviste tú el cambio de la voz?
Si hace mucho tiempo que lo pasaste o no empezaste a cantar hasta después de pasarlo, es probable que lo hayas borrado de tu memoria, pero si lo estás viviendo ahora o hace muy poco, seguro que entiendes bien de qué te hablo.
Como todo tu cuerpo, al ir haciéndote mayor tu voz también cambia.
Si cuando crecen los huesos o los dientes sientes un dolor físico, cuando “crece” la voz, el dolor es más bien psicológico, ya que no entiendes por qué de repente todo parece más difícil y ya no puedes cantar como antes.
El resto de la musculatura de tu cuerpo es bastante indulgente contigo, ya que cuánto más mayor, más poderoso te sientes en general, pero lo contrario pasa con la musculatura interna de tu laringe.
Sobretodo los chicos que cantan desde bien pequeños son quienes sufren más este cambio, llegando algunos incluso a dejar de cantar por qué no pueden controlar sus voces y tienen miedo de que les falle en público.
Las chicas lo tenemos más fácil, porque aunque también hay un cambio, a menudo es un cambio más leve, aunque esto no quiere decir que para todas sea igual. Las hay que pasan exactamente por lo mismo que los chicos, como también hay chicos que no sufren tanto el cambio de voz.
¿Cómo cambia la voz?
Lo más importante es que entiendas cómo se realiza este cambio y qué implica.
Para empezar, la voz se vuelve mucho más grave.
Esto implica que puedas cantar más cómodamente las canciones graves, pero también significa que pierdes agudos.
Así que vas a tener que hacer un cambio o adaptar las canciones que solías cantar.
Si antes podías cantar canciones con notas muy agudas, ahora vas a tener que buscar canciones con tonos más graves.
Lo que no es buena idea es que te fuerces a cantar las mismas canciones antes de aprender cómo reeducar tu instrumento.
Sé que esto puede ser muy frustrante, porque el cambio de la voz a menudo sucede de repente.
Por otro lado, la voz se vuelve más pesada.
Muchos niños, cuando cantan no notan que hay un puente de voz.
Esto pasa porque la voz es mucho más ligera en la infancia.
En cambio, al ir creciendo, la voz se vuelve más pesada, se desarrolla la musculatura interna y el primer puente de la voz se hace mucho más evidente.
En el primer puente es donde a menudo suceden los “gallos” o la voz falla.
Nuevamente, hay jóvenes (chicas sobretodo) cuyas voces siguen siendo ligeras después del cambio y siguen sin sentir ese puente de voz.
Por un lado son afortunadas porque pueden seguir cantando con facilidad y llegar a notas agudas, pero por el otro lado, si quieren cantar con más fuerza les va a resultar muy difícil hacerlo.
Para trabajar con ese cambio de peso en tu voz vas a tener que aprender a controlar tu voz.
Al principio vas a tener que cantar mucho más bajito, hasta que consigas tener el control.
Poco a poco podrás ir subiendo el volumen sin miedo al puente.
Haz clic aquí para saber cómo controlar el puente de voz.
¿Cómo superar el cambio de la voz?
Para superar el cambio de voz es necesario hacer un trabajo tanto físico (con ejercicios enfocados a cada caso) y también psicológico.
La parte psicológica es aceptar el cambio y recibir las nuevas habilidades con los brazos abiertos.
- No podías cantar canciones con partes graves y ahora sí.
- Tu voz tiene mucho más peso, con lo que gana en intensidad.
- Vas a tener un rango mucho más extenso.
Todo esto son buenas noticias, aunque tú sólo veas la parte mala:
- Ya no puedes hacer canciones tan agudas.
- Aparece un puente de voz donde no sabes bien qué hacer.
- Hay momentos en que tu voz se descontrola sin que puedas evitarlo.
Lo que te queda por hacer es acostumbrarte a tu nueva voz.
Hay que pasar por un proceso de adaptación.
Es importante trabajar mucho la voz en este punto para evitar la aparición de malos hábitos en un intento de enmascarar el cambio.
Realmente es un momento crítico en la vida de un cantante, pues es como si de la noche a la mañana le dieran un instrumento nuevo.
Puede llegar a ser muy duro, porque pierdes el control donde antes lo tenías.
Es vital tener mucho apoyo por parte de la familia y que comprendan por lo que estás pasando.
La mejor ayuda que pueden darte es apuntarte a clases de canto con alguien que sepa cómo devolverte el control de tu voz.
Como siempre nos pasa a los humanos, al principio sólo vemos la parte mala, así que la tendencia más común suele ser disimular el cambio de voz intentando conservar la finura de la voz.
No pasa en todos los casos, pero lo más habitual es que se haga de manera inconsciente mediante una elevación de la laringe.
El problema es que este hábito te perjudica a la hora de cantar, así que no es lo más recomendable.
Hay que trabajar en una relajación de la laringe para contrarrestarlo.
Un ejercicio que puede ayudarte mucho, es uno que ya habrás escuchado por aquí con anterioridad.
Es muy importante que lo hagas correctamente, pues sino, lo que conseguirás será acrecentar el problema.
Escucha un ejemplo de una ejecución incorrecta de este ejercicio:
Hacerlo de esta manera no sólo no te servirá de nada, sino que incluso te perjudicará.
Has de buscar una relajación, aunque eso signifique perder potencia.
En el punto en el que ahora mismo está tu voz, no tienes que buscar potencia, sobretodo has de perseguir relajación, pues es la manera más segura de conseguir el control, que te llevará a poder pedirle a tu voz lo que quieras sin miedo a que te decepcione.
Si estás en este momento de cambios o conoces a alguien que lo esté sufriendo y quieres ayudarle, ¡sé bueno y comparte este artículo!
Imagen: Algunos derechos reservados por NASA’s Marshall Space Flight Center
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