No voy a hablar de cine, aunque reconozco que este artículo viene motivado por un vídeo que me llegó ayer a través de las redes sociales y me hizo caer en la cuenta que el asunto de los efectos sonoros a través del instrumento siempre me ha interesado. Tanto como para haberle dedicado el trabajo de fin de carrera al tema. El vídeo en cuestión era este:
En clave de humor, el protagonista del video nos enseña como con algo tan sencillo como un patito de goma podemos crear efectos muy impactantes. La imaginación de cada uno es el arma más poderosa a la hora de inventar estos juegos que pueden añadir mucho interés a nuestras interpretaciones, sobretodo cuando tenemos muchas opciones de añadir una fuerte carga escénica a la actuación. De hecho, desde hace varias décadas y cada vez más, los compositores incluyen sonidos y efectos que van más allá de las notas.
Los efectos básicos
Muchos de estos efectos surgen en el mismo momento en que cogemos el instrumento por primera vez y vienen propiciados por la propia curiosidad humana. ¿Quien no ha probado alguna vez?:
- Soplar a través del instrumento sin emitir notas, creando un efecto de viento.
- Tocar la boquilla sola.
- Hablar o emitir sonidos a través del instrumento como si fuese un megáfono.
- Retirar una o varias bombas de afinación y combinar -o no- ambos timbres.
- Tocar con las válvulas a medio recorrido.
Otros efectos habituales
Confesemos: todos lo hemos hecho. Además de estos “clásicos básicos” hay otros efectos que no son tan evidentes pero sí aparecen con frecuencia en multitud de composiciones. El ejemplo más claro son los multifónicos que se consiguen combinando el sonido propio del instrumento y la voz. Otros efectos que se usan con frecuencia en la composición contemporánea:
- Bending: que consiste en variar la afinación de una nota, ascendente o descendentemente.
- Frullatto: se consigue pronunciando la letra /r/ al mismo tiempo que emitimos la nota, y provoca una vibración similar a un picado extremadamente rápido.
- Glissando: si, vale, si hablamos de este efecto nos viene un trombón a a cabeza, pero no por no tener vara no podemos hacerlo. Para facilitar su ejecución se pueden mover rápidamente las válvulas o dejarlas a medio recorrido.
Tuba preparada
¿Os suenan las obras para piano preparado popularizadas por John Cage? ¿Por qué no hacer lo mismo con nuestro instrumento? De hecho, el video que sirve de introducción a este artículo muestra una preparación y extraer las bombas otra. Las posibilidades de preparar nuestro instrumento son infinitas:
- Añadiendo elementos similares al silbato del patito de goma, como matasuegras o trompetillas.
- Nos podemos poner en plan más pro y utilizar boquillas de saxofón, clarinete, contrafagot, fagot u oboe. ¡Los sonidos emitidos son muy, muy extraños!
- Con una bolsa de plástico o un parche de instrumento de percusión adecuadamente colocado sobre la campana conseguiremos un kazoo.
- Verter agua en una de las tuberías también puede crear un efecto muy sorprendente.
Y si en lugar de preparar el instrumento utilizamos elementos externos:
- Colocando un barreño con agua, introducir y sacar la campana.
- Enfocando la campana hacia un ventilador en marcha.
- Podemos unir varios instrumentos y conectarlos con mangueras a las distintas válvulas del instrumento base.
Toc, toc
Los percusionistas lo saben: cualquier cosa, percutida con gracia, se convierte en un instrumento de percusión. Así:
- Con la palma de la mano sobre la boquilla conseguimos un efecto similar a un bombo.
- Si en lugar de la palma de la mano usamos una lámina de plástico rígido sobre la boquilla convertimos nuestro instrumento en algo similar a una darbuka.
- El vacío que resulta de extraer repentinamente una bomba provoca un pop.
- Y al extraer lentamente la bomba provocamos un sonido de aspiración.
- Podemos percutir distintas partes del instrumento, como el borde de la campana, la propia campana, el cuerpo…. Con el dedo desnudo o con objetos como anillos, dedales, etc…. O directamente con baquetas de diversas caracterírticas.
- Podemos raspar el borde de la campana como si de una copa de cristal se tratase. Distintos materiales (cerámica, metal, pizarra, cristal…) producirán distintos sonidos. Este efecto requiere bastante tiempo de entrenamiento para aprender a producir el sonido.
Esta es una muestra de la variedad de efectos que se pueden conseguir de nuestro instrumento sin recurrir a la tecnología, algo que por otro lado nos abre las posibilidades hacia un universo paralelo de combinaciones. Por supuesto, todos estos efectos son aplicables a cualquier instrumento de viento-metal, y animo a quienes habéis llegado hasta aquí a experimentar con ellos y buscar vuesro propio lenguaje interpretativo.
Si te han gustado mi blog y este artículo te sugiero que te suscribas a la lista de correo para recibir cómodamente las novedades. También agradeceré que compartas este contenido a través de tus redes sociales.
Artículos Relacionados
Efectos especiales (sin hacer una lista concreta), publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.