...hace lo que quiere. Y, en mi caso, como quiere y con quién quiere.
Mañana, domingo 17 de mayo, a las 12:00 h., en el Antiguo Instituto, tendré el placer de celebrar mi cumpleaños subiéndome al escenario a disfrutar, haciendo una de las cosas que más me gusta, rodeada de amigos y buenos compañeros, cerrando la quinta edición del Ciclo de Conciertos de Profesores del Conservatorio.
El repertorio es muy variado, así como la combinación de agrupaciones en escena, en el único concierto de este ciclo que combina las tres especialidades de artes escénicas: danza, teatro y música.
SMS: silencio, movimiento expresivo y sonido. Ese es el título del concierto.
Nieves Fernández (Danza y recitado), Isabel Blanco (Flauta travesera y de pico), Mª José Salcedo (Piano), Ana María Pérez de Amézaga (Movimiento expresivo), David Muñoz (Tuba) y Nuria Álvarez (Piano), son las personas con las que disfrutaré de la experiencia que supone compartir nuestro trabajo con el público.
Óscar Sala, en las recientes Jornadas de Trompa que se celebraron en Oviedo a primeros de mes, en sus ponencias sobre el Miedo escénico y la Inteligencia emocional aplicada a la interpretación, exponía que existe cierta clasificación aceptada incluso por los propios músicos. Existen los músicos de primera categoría, los solistas, y si no llegas a solista te vas conformando cada vez con un escalón menos en cuanto a "importancia": músico de orquesta sinfónica, profesor de conservatorio, músico de banda, profesor en una escuela de música, profesor en un instituto, en un colegio...(él no llegó a enumerar tanto, lo he añadido yo).
Entiendo que en el teatro y en la danza habrá también cierto escalafón de prestigio, probablemente tan engañoso como en el caso de la música y, a buen seguro, en el que la etiqueta de profesor no está del todo bien considerada. Cuando en realidad los profesores que nos dedicamos a este oficio que tanto nos gusta y nos aporta, nos encontramos con una profesión creativa y apasionante, de la que depende la formación de los futuros músicos y del público que acuda a sus conciertos, al tiempo que, en ocasiones, como la de mañana, podemos disfrutar desde el otro lado de la barrera.
Enhorabuena al resto de profesorado que ha participado en la edición de este año.
Mañana que no falte nadie, eh, ¡qué paso lista! ¡¡Y ahora me voy al ensayo general!!
Mañana, domingo 17 de mayo, a las 12:00 h., en el Antiguo Instituto, tendré el placer de celebrar mi cumpleaños subiéndome al escenario a disfrutar, haciendo una de las cosas que más me gusta, rodeada de amigos y buenos compañeros, cerrando la quinta edición del Ciclo de Conciertos de Profesores del Conservatorio.
El repertorio es muy variado, así como la combinación de agrupaciones en escena, en el único concierto de este ciclo que combina las tres especialidades de artes escénicas: danza, teatro y música.
SMS: silencio, movimiento expresivo y sonido. Ese es el título del concierto.
Nieves Fernández (Danza y recitado), Isabel Blanco (Flauta travesera y de pico), Mª José Salcedo (Piano), Ana María Pérez de Amézaga (Movimiento expresivo), David Muñoz (Tuba) y Nuria Álvarez (Piano), son las personas con las que disfrutaré de la experiencia que supone compartir nuestro trabajo con el público.
Óscar Sala, en las recientes Jornadas de Trompa que se celebraron en Oviedo a primeros de mes, en sus ponencias sobre el Miedo escénico y la Inteligencia emocional aplicada a la interpretación, exponía que existe cierta clasificación aceptada incluso por los propios músicos. Existen los músicos de primera categoría, los solistas, y si no llegas a solista te vas conformando cada vez con un escalón menos en cuanto a "importancia": músico de orquesta sinfónica, profesor de conservatorio, músico de banda, profesor en una escuela de música, profesor en un instituto, en un colegio...(él no llegó a enumerar tanto, lo he añadido yo).
Entiendo que en el teatro y en la danza habrá también cierto escalafón de prestigio, probablemente tan engañoso como en el caso de la música y, a buen seguro, en el que la etiqueta de profesor no está del todo bien considerada. Cuando en realidad los profesores que nos dedicamos a este oficio que tanto nos gusta y nos aporta, nos encontramos con una profesión creativa y apasionante, de la que depende la formación de los futuros músicos y del público que acuda a sus conciertos, al tiempo que, en ocasiones, como la de mañana, podemos disfrutar desde el otro lado de la barrera.
Enhorabuena al resto de profesorado que ha participado en la edición de este año.
Mañana que no falte nadie, eh, ¡qué paso lista! ¡¡Y ahora me voy al ensayo general!!