Una de las arduas tareas con las que tienen que batallar los profesores es a la hora de motivar y despertar la curiosidad en el alumno.
Seamos realistas, en cada clase hay alumnos de todo tipo: aplicados, curiosos, interesados en la materia, pero hay otros que no terminan de motivarse en las clases, están con cierta apatía en el aula, y esto repercute directamente en su rendimiento, en el ritmo de la clase y en sus calificaciones.
Con esta actividad se pretende ante todo despertar esa curiosidad en el alumnado en la que aprende diversos conceptos a partir de su nombre. 100% EFECTIVA.