Si al acorde de dominante le añado una nota a distancia de séptima desde la fundamental (la primera nota del acorde) obtendré un acorde de séptima de dominante.
El acorde de Séptima de dominante es el único que contiene un acorde mayor más una séptima menor (ver intervalos). Por lo tanto la sonoridad de este acorde siempre se relacionará con la función de dominante.
Se cifra añadiendo un 7 al nombre del acorde. No todos los acordes de séptima son de séptimas de dominante, por ejemplo un m7 indicaría que es un acorde menor con séptima (por ejemplo un II, III o VI grado de la escala mayor con 7) y un maj7 que es un acorde mayor con el intervalo de séptima también mayor (por ejemplo un I o IV grado de la escala mayor con 7). Estos otros acordes de séptima tienen una funcionalidad mucho menor comparada con los séptima de dominante. Los séptima de dominante refuerzan la función de tensión propia de este acorde, los otros tipos de acorde de séptima (salvo las séptimas sobre algunos acordes disminuidos, que también pueden ser dominantes) se utilizan para “colorear” el acorde o dotarlo de cierto carácter, pero no para amplificar su función tonal. Por ejemplo, si a un acorde de tónica le añadimos una séptima, su función de tónica no aumenta (desde un cierto punto de vista podríamos incluso afirmar que disminuye). Tampoco un acorde de subdominante lo es más porque se le añada una séptima. En cambio, la función de dominante saldrá reforzada al añadirle tensiones como este intervalo.
Algunos estilos determinados de música, como por ejemplo el blues, a menudo utiliza el intervalo de séptima de dominante, por sistema, en acordes con funciones que no son de dominante para crear una atmosfera característica y unas sonoridades especificas. En estos casos particulares, aunque las séptimas se denominan popularmente de dominante no están ejerciendo esa función (salvo la que está sobre el acorde de dominante), simplemente colorean la armonía, a menudo con una función rítmica, apareciendo en ocasiones de forma intermitente sobre los acordes, a menudo incompletos. De todos modos estos casos más específicos serian para estudiarlos a parte puesto que su origen es más complejo.
Las séptimas de dominante tendrán un papel muy importante en la generación de dominantes secundarios que veremos en otro capítulo.
El tritono que se forma entre la tercera y séptima del acorde también nos ayudará a ampliar el concepto del acorde de dominante desde una perspectiva armónica más moderna.