En mayo de 1747 se encontraron frente a frente dos de las grandes figuras del siglo XVIII. El gran compositor Johann Sebastian Bach y Federico II, rey de Prusia.
Federico II dePrusia contaba entonces con 35 años. Había subido al trono siete años antes, y una de sus grandes pasiones era la música. Aunque era principalmente un competente flautista, sentía gran curiosidad por el piano, recien inventado. Hasta entonces, las partes de teclado se interpretaban con el clave, instrumento que no permitía matices y obligaba a que todas las notas sonaran con la misma intensidad. El piano, llamado entonces pianoforte, más simple técnicamente que el piano moderno pero basado en el mismo mecanismo, golpear las cuerdas con un macillo, sí permitía que las notas sonaran fuertes o débiles a voluntad del intérprete.
La fascinación del rey por el pianoforte era tal, que resolvió comprar todos los que uno de los más famosos fabricantes de la época, Silbermann, fuera capaz de hacer. De hecho llegó a reunir quince de estos instrumentos.
J. Sebastian Bach contaba 62 años de edad. En esa época vivia en Leipzig, ciudad muy distante de la corte de Berlín. La mayor parte de sus numerosos hijos se habían dedicado, como su padre, a la música, lo que hacía que él fuera conocido como "el viejo Bach". De hecho, uno de ellos trabajaba como KapellMeister (maestro de capilla) del rey. Bach era conocido como compositor, pero sobre todo por su asombrosa capacidad de improvisación como organista.
Federico había expresado varias veces el deseo de que Bach pudiera probar sus pianos y ser testigo de las hazañas que como improvisador se contaban de él. Este encuentro tuvo lugar finalmente. Así cuenta Johann Nikolaus Forkel, uno de los biógrafos de Bach, el histórico encuentro:
"Una noche, cuando que Federico preparaba su flauta y sus músicos estaban listos para comenzar, un funcionario le trajo la lista de los extranjeros llegados ese día. Con su flauta en la mano hechó una ojeada a la lista, y de pronto, dirigiéndose a los músicos allí reunidos, les dijo con acento de cierta agitación: "Señores. el viejo Bach está aquí!". Dejó entonces su flauta de lado y sin más dilación despachó a alguien para invitar al gran músico...
El propio Federico proporcionó un complicado tema, que tocó con la flauta, para poner a prueba la capacidad de Bach como improvisador. Se dice que, aunque aparentó improvisarlo en ese momento, llevaba días preparándolo haciéndolo más y más dificil. Bach quedó tan fascinado con este tema que compuso más tarde un conjunto de piezas basadas en él, principalmente cánones y fugas, que dedicó al Rey con el nombre de "Ofrenda Musical".
El fragmento de video que viene a continuación describe ese encuentro. Pertenece a una antigua serie emitida por la televisión de la Alemania del Este en los años ochenta. A partir de este fragmento podemos deducir muchas cosas: las relaciones de los musicos con el poder real, la composición de las orquestas de cámara, el estilo de los conciertos de cámara del siglo XVIII...