Concierto para la mano izquierda

Paul Wittgenstein en una actuación en 1935

Paul Wittgenstein en una actuación en 1935

Paul Wittgenstein era un joven y prometedor pianista, muy apreciado en el ambiente musical de la Viena de principios del siglo XX. Pero al estallar la Gran Guerra tuvo que marchar al frente, reclutado por el ejercito de su país. En una acción bélica recibió un disparo en el codo derecho. La herida fue tan grave que perdió ese brazo.

De vuelta a casa, no se resignó a abandonar el piano, al contrario, su ánimo y su tesón le permitieron continuar su carrera como concertista de piano.

Varios compositores escribieron música expresamente para él, páginas estupendas que de ninguna manera suenan como una adaptación, sino que son auténticas obras maestras de la música romántica, tan buenas que son muchos los pianistas que, sin necesitarlo, las incluyen en su repertorio y las ejecutan en sus actuaciones.

Entre estas obras destaca el Concierto para piano para la mano izquierda de Maurice Ravel, compositor francés que todo el mundo conoce por su famosísimo Bolero y del cual hoy mismo celebramos el 126º aniversario de su nacimiento.

Pierre-Laurent Aimard es el pianista que lo interpreta en el siguiente vídeo, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Pierre Boulez.

Esta entrada está dedicada a mi querido alumno David, que cada día que pasa toca mejor el piano.

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Lucidez momentánea en los Grammy



En los premios Grammy a veces aparece la lucidez, aunque nunca exenta de ciertos intereses comerciales. Han otorgado el premio al artista revelación a... ¿Justin Bieber?... No, a Esperanza Spalding, excelente contrabajista y cantante de jazz. Las comparaciones son odiosas. La formación y la categoría musical de uno y de la otra están a años luz.

Parecía cantado que el grammy acabaría en las manos de Justin Bieber, aclamado por las jovencitas y bañado en dólares. Sería su consagración en el mundo musical. Sólo le faltaba el premio, después de su fulgurante ascenso al olimpo de los ricos y famosos músicos para adolescentes.

Menos mal que a veces se hace justicia. Esta es una de esas ocasiones.

En todo caso, Esperanza Spalding no deja de ser una jovencita atractiva y nada purista (su música de jazz coquetea con el africanismo y la música clásica a veces). Su imagen fresca y joven da alas a su música para adentrarse en el proceloso mundo de las ventas multimillonarias, del merchandising musical.

Estos jovenzuelos vienen pisando fuerte (recordemos a Jamie Cullum, "l'enfant terrible" del jazz: un pianista de jazz y cantante con voz de crooner con la imagen rebelde de todo ídolo musical juvenil que se precie).

A todo esto se suma la dificultad y originalidad de tocar el contrabajo y cantar a la vez, algo nada frecuente en una jazz-band.

En fin, todo un descubrimiento para la industria musical y otro perfil interesante para atraer a nuestros alumnos hacia el jazz.


Lucidez momentánea en los Grammy



En los premios Grammy a veces aparece la lucidez, aunque nunca exenta de ciertos intereses comerciales. Han otorgado el premio al artista revelación a... ¿Justin Bieber?... No, a Esperanza Spalding, excelente contrabajista y cantante de jazz. Las comparaciones son odiosas. La formación y la categoría musical de uno y de la otra están a años luz.

Parecía cantado que el grammy acabaría en las manos de Justin Bieber, aclamado por las jovencitas y bañado en dólares. Sería su consagración en el mundo musical. Sólo le faltaba el premio, después de su fulgurante ascenso al olimpo de los ricos y famosos músicos para adolescentes.

Menos mal que a veces se hace justicia. Esta es una de esas ocasiones.

En todo caso, Esperanza Spalding no deja de ser una jovencita atractiva y nada purista (su música de jazz coquetea con el africanismo y la música clásica a veces). Su imagen fresca y joven da alas a su música para adentrarse en el proceloso mundo de las ventas multimillonarias, del merchandising musical.

Estos jovenzuelos vienen pisando fuerte (recordemos a Jamie Cullum, "l'enfant terrible" del jazz: un pianista de jazz y cantante con voz de crooner con la imagen rebelde de todo ídolo musical juvenil que se precie).

A todo esto se suma la dificultad y originalidad de tocar el contrabajo y cantar a la vez, algo nada frecuente en una jazz-band.

En fin, todo un descubrimiento para la industria musical y otro perfil interesante para atraer a nuestros alumnos hacia el jazz.