Paul Wittgenstein era un joven y prometedor pianista, muy apreciado en el ambiente musical de la Viena de principios del siglo XX. Pero al estallar la Gran Guerra tuvo que marchar al frente, reclutado por el ejercito de su país. En una acción bélica recibió un disparo en el codo derecho. La herida fue tan grave que perdió ese brazo.
De vuelta a casa, no se resignó a abandonar el piano, al contrario, su ánimo y su tesón le permitieron continuar su carrera como concertista de piano.
Varios compositores escribieron música expresamente para él, páginas estupendas que de ninguna manera suenan como una adaptación, sino que son auténticas obras maestras de la música romántica, tan buenas que son muchos los pianistas que, sin necesitarlo, las incluyen en su repertorio y las ejecutan en sus actuaciones.
Entre estas obras destaca el Concierto para piano para la mano izquierda de Maurice Ravel, compositor francés que todo el mundo conoce por su famosísimo Bolero y del cual hoy mismo celebramos el 126º aniversario de su nacimiento.
Pierre-Laurent Aimard es el pianista que lo interpreta en el siguiente vídeo, acompañado por la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Pierre Boulez.
Esta entrada está dedicada a mi querido alumno David, que cada día que pasa toca mejor el piano.
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