Tocar un instrumento musical es una actividad total, que implica muchos procesos diferentes. Cuando hablamos de memoria en la música, a menudo relacionamos el concepto con la memorización de una partitura. Sin embargo, la memoria es mucho más que eso para un músico. Gracias a ella, adquirimos nuestra sensibilidad auditiva, nuestro estilo interpretativo y nuestras facultades para tocar. Y para ello ponemos en marcha varios tipos de memoria.
Se ha estudiado mucho sobre el funcionamiento de la memoria, uno de los procesos más apasionantes y complejos de nuestro cerebro. Cuando hablamos de este proceso en los músicos, sabemos que entran en juego distintas partes del cerebro. Todo ello finalmente ayuda a que el músico sea capaz de realizar un conjunto de movimientos complejos de manera automática, al mismo tiempo que apela a su “oído interno” y a su sentido estético. ¡Todo un proceso!
Tipos de memoria en el músico
En 1965, Barbacci publicó su libro “Educación de la memoria musical”, en el que clasificaba varios tipos de memoria.
- Muscular: Es la parte de nuestra memoria que se encarga de fijar sensaciones motrices y táctiles en nuestro cerebro. Cuando repetimos una serie de movimientos varias veces, estamos trabajando esta memoria. Gracias a ella, podemos realizar con destreza los movimientos necesarios para tocar sin necesidad de pensar en cada uno de ellos.
- Auditiva: Otra parte de nuestra memoria esencial para un músico. No sólo nos permite retener recuerdos en forma de sonido, sino que además nos proporciona una “base de datos” de los sonidos afinados y desafinados, lo cual nos ayuda a formar nuestro oído interno.
- Visual: Aunque la vista no es necesaria para tocar un instrumento, contar con ella puede alimentar nuestra memoria. Mediante la memoria visual podemos obtener recuerdos de las distancias en nuestro instrumento (como en el diapasón del violín, o en las teclas del piano), o incluso recordar mediante imágenes la partitura.
- Nominal: A través de esta parte de nuestra memoria podemos recordar los nombres de las notas, así como de otros conceptos musicales. Cuando la relacionamos con otros aspectos, como el auditivo o el muscular, nos permite interpretar la partitura.
- Rítmica: No sólo somos capaces de retener en nuestra memoria las distintas alturas de los sonidos (memoria auditiva) sino también su lugar en el tiempo (ritmo).
- Analítica: Mediante este proceso de memorización, analizamos estructuras y las retenemos, de manera que con esta parte de nuestra memoria organizamos todos los elementos que nos permiten tocar.
- Emotiva: El componente emocional es muy importante en la memoria. Numerosos y recientes estudios han demostrado que la emoción es un factor clave en la memoria y la recuperación de recuerdos. En la música, continuamente apelamos a distintas emociones durante nuestra interpretación. Cuanto más emocionales seamos al tocar, mejor fijaremos en nuestro recuerdo las acciones y pensamientos necesarios para recuperar esos recuerdos.
Para terminar…
Existen muchas otras clasificaciones de la memoria, es un aspecto en constante estudio. Sin embargo, la clasificación que os hemos mostrado (Barbacci) está aplicada a los músicos. Ilustra de manera bastante amplia las distintas capacidades que se ponen en funcionamiento a la hora de tocar.
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