Algunos nos preguntan como pueden grabar sus conciertos, teniendo buenos resultados y sin complicarse demasiado. La respuesta normal sería: “uf, eso es largo de explicar”, o mejor dicho “eso es cosa de profesionales”. Pero teniendo claro que nuestro objetivo es solo mejorar un poco esas grabaciones caseras que guardaremos como recuerdo, vamos a intentarlo siguiendo unos sencillos pasos muy elementales.Los materiales que vamos a necesitar serán una grabadora y un programa de edición de audio.
Por ahora no nos vamos a meter a colocar varios micrófonos, ni en hacer grabaciones multipista, etc. Nos ceñiremos a utilizar un solo micrófono y a trabajar con un solo archivo resultante.
Sobre grabadoras se podría escribir otro artículo hablando de modelos y marcas pero de momento partimos de lo que tengáis disponible (Zoom, Tascam, etc.). Dado que estamos hablando de grabaciones no profesionales, no desestiméis algunos de los modelos de móviles que llevamos en nuestros bolsillos, ya sé que no es lo mejor, pero podéis ahorraros un dinerillo para ir empezando. De paso os sugiero que probéis distintas aplicaciones de grabación porque a veces la diferencia de calidad en el audio está ahí.
Y respecto al programa de edición de audio, yo voy a basarme en los términos que utiliza Adobe Audition para describir las funciones del mismo.
Hechas estas puntualizaciones, comenzamos a explicar los 6 pasos necesarios para mejorar nuestros audios.
1- Cómo configurar la grabadora, dónde colocarla y cuándo dar al botón
En primer lugar, vamos a ver cómo conseguir que la grabación directa de nuestro aparato quede lo mejor posible y con posibilidades de mejora.
Sobre la configuración de la grabadora no voy a dar un manual de instrucciones para un modelo concreto, sino hacer 3 recomendaciones para que busquéis en la vuestra.
– El primero es la calidad de la grabación y el formato de archivo. Os recomendaría que utilicéis un formato tipo .WAV (41.000 Hz y 8 bits es más que suficiente), o si preferís un tamaño de archivo comprimido, algo parecido a un .MP3 con al menos 192Kbps.
– El segundo es asegurarnos de que el volumen de grabación nunca sature la toma. Es decir, poned un volumen más bien bajo para que cuando se produzca el sonido más fuerte y cercano a la grabadora, el audio no se grabe distorsionado. Un archivo con un audio muy piano tiene solución, pero al contrario no.
– Y el tercer consejo es anular la opción de que la grabadora ajuste el nivel del volumen automáticamente a lo largo de la toma. Para grabar un discurso puede ser muy útil, pero si quieres conservar los matices y las dinámicas que tanto has tenido que trabajar, el ajuste automático será tu enemigo.
Dónde colocar la grabadora es también fundamental (vuelvo a recordar que hablamos de una sola captación de un sonido de conjunto, no por instrumentos o secciones). Lo ideal es poner el micrófono orientado hacia la fuente del sonido, pero separado de fuentes de ruido como el público. Los micrófonos tienen un “ángulo” de captación idóneo (en algunas grabadoras se pueden orientar incluso), por lo que dentro de la mayor proximidad a los músicos, separadlo lo suficiente para que todos queden dentro de ese ángulo. Si el público queda por detrás y algo alejado, se disminuirá la incidencia de los murmullos que puedan producir. Sin otras condiciones que cumplir, el borde del escenario o unos metros delante de la primera fila será vuestra primera opción.
Cuándo dar al botón. Me diréis que esto es obvio, pero para mí no es suficiente con grabar exclusivamente la pieza o fragmento deseado. Es mejor empezar varios segundos antes y cortar varios después acabar incluso de los aplausos. La razón es que para poder eliminar el ruido necesitaremos tener grabado un “fragmento de silencio” de unos 2 segundos, para que el programa reconozca el tipo de ruido de fondo que existe. Personalmente, prefiero grabar el concierto en una sola toma y así agilizo la edición posterior.
2- Limpiar el audio de ruidos (buscar el fragmento de “silencio”)
Si abrimos el archivo de nuestra grabación con el programa de edición, (Adobe Audition en este caso), veremos el espectro que nos permite distinguir dónde empieza el sonido de la actuación y dónde termina (y más cuando hay aplausos). El proceso de eliminar el ruido tiene dos etapas:
-1, Indicar donde podemos buscar el ruido de fondo
-2, Regular la bajada del volumen de ese ruido
“Decir” al programa dónde hay una muestra de lo que debería ser silencio. (Escucharéis un zumbido suave de fondo y pequeños ruiditos, eso es lo que queremos reducir). Para ello, seleccionamos un trocito de silencio de unos 2 segundos y vamos a la opción que se llama “Capturar impresión de ruido”.
Eliminar el ruido. Una vez capturada esa impresión, seleccionamos toda la pista de audio (o no seleccionamos nada que es lo mismo), y vamos a REDUCCIÓN DE RUIDO (PROCESO). Nos aparecerán dos elementos a modificar, dos deslizadores con los que tendréis que probar el resultado preliminar que va produciendo.
- “Reducción de ruido” indica el número de decibelios que a priori se va a reducir el ruido similar al capturado que haya en toda la pista.
- “Reducir en”, (el de los porcentajes), nos permite graduar cuánto del ruido que no reducimos se va a mezclar con el resultado final.
Es decir, en el de debajo podemos decirle que lo reduzca en 18 o 24 decibelios que ya es bastante, teniendo en cuenta que cada 6 decibelios es como si el ruido se redujese a la mitad. Después en porcentajes, un 100% quitaría todo el ruido, pero dejará un sonido metálico y algunas distorsiones, por lo que no es lo que queremos. Alrededor de un 40% es probable que encontréis una reducción suficiente, sin distorsionar los instrumentos y con un agradable murmullo (que no ruido) que da un poco más de vida al resultado final.
Ahora que sabéis cómo funciona, probad en cada caso hasta que os guste el resultado.
3- Ajustar el volumen o normalizar.
Si habéis seguido la recomendación de bajar el volumen de grabación para evitar saturaciones en los fuertes, necesitaréis subir un poco el volumen general. Tenéis dos opciones. Una es indicarle una “amplificación” general a mano, según el número de decibelios que queráis. Para que no os paséis y para no seguir un método de tanteo, yo recomendaría la opción “normalizar”. Esta opción detecta cual es el momento grabado más fuerte y calcula la diferencia que se necesita amplificar para que esto corresponda con el volumen máximo que deseemos, manteniendo las diferencias relativas entre fortes y pianos. El volumen se mide aquí de forma relativa, de manera que el volumen más alto que admite el programa sería 0 db, por lo que os recomiendo normalizar en -1db.
(Nota: como veis en la imagen, he seleccionado previamente el fragmento de música, sin aplausos, ya eso es lo que queremos amplificar, los aplausos están normalmente muy por encima de volumen máximo de la música).
4- Agregar reverberación podría ser una opción alguna vez… ¡pero no os paséis!
Si la grabación se ha hecho en un ambiente acústicamente “seco”, casi sin reverberación de la propia sala (por ejemplo en exteriores), esta puede ser una opción interesante. Seleccionado el fragmento que queremos modificar, en el menú de reverberación aparecen varias opciones como la que muestro en la imagen. Todas tienen algunos ajustes preestablecidos que podéis probar sin más complicaciones.
También podéis ajustar vosotros mismos los niveles. Os recomiendo que probéis principalmente con el “Tiempo de decadencia” y después con la mezcla entre el sonido “seco” (se refiere al original) y el “húmedo” (el reverberado). Nos os paséis, porque una pequeña reverberación resulta agradable, pero en exceso emborronará los pasajes rápidos o de notas cortas.
5- Cortar las pistas.
Por último, cortar las pistas supondrá guardar un archivo que empiece un poco antes del inicio del sonido y termine según las separaciones que queráis hacer (por movimientos, incluyendo o no los aplausos, etc.). Esto es muy sencillo. Lo más rápido es seleccionar el fragmento deseado como si el ratón fuera un subrayador y seguir el menú ARCHIVO > GUARDAR SELECCIÓN COMO. Guardad el archivo con el título que deséeis y en el formato y la calidad que queráis (os recomiendo que uséis la misma con la que grabasteis; poner más calidad ahora generará un archivo pesado pero no mejorará mucho el sonido).
6- Toca con pasión.
Una nota falsa se podría corregir y falsear con algunos programas de edición musical, (aunque es bastante más complicado), pero tocar sin volcar nuestro corazón y ser expresivos, es imperdonable.
Aunque parece un poco complicado, si lo intentáis veréis que no es para tanto. De todas formas, podéis escribirme con dudas que responderé gustosamente, si conozco la solución.
¡Ahora sólo falta ponerse a hacer conciertos a diestro y siniestro. ¡Ánimo y mucho disfrute!
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