¿Por qué guitarra flamenca en el conservatorio?

Manuel Martín del Campo, catedrático en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba, escribía este interesante artículo en http://www.fegip.es/w_opiniones/doc02.htm


Manuel M. del Campo
(Profesor de Guitarra Flamenca)

La guitarra flamenca (flamenco y olé)

 
Artículo-Opinión 
El flamenco, al igual que las demás artes no puede conocerse sin profundizar en el hombre. El hombre en su necesidad de comunicación utiliza la palabra para expresar su pensamiento y para transmitir sus sentimientos y emociones, el arte.

Flamenco es el nombre que recibe la expresión artística de un colectivo determinado que no pretende provocar sensaciones estéticas. Solo hay que escucharlo para darse cuenta de lo que realmente importante es, unas veces la manifestación de rabia, de sentimiento contenido y otras la expresión de escenas cotidianas o de alegría que nos acompañan en la vida aunque, desgraciadamente, haya más de lo primero que de lo segundo.

Es curioso observar la reacción estética que produce en culturas que no conocen este arte para darse cuenta de su universalidad. Puede provocar cualquier cosa excepto indiferencia. Puede ser que no entiendan lo que cantan, tocan o bailan, pero saben reconocer perfectamente aquello que transmite el flamenco. Pero, no es en el teatro o en grandes foros donde se puede percibir su magia. Aparece en una reunión cuando están los cabales. (Los flamencos utilizamos este término para referirnos a las personas que van a formar parte de la reunión). Tras un rato de charla, probablemente sobre cosas que poco o nada tienen que ver con el flamenco, suena la guitarra, y sin tiempo para concluir la frase que habías comenzado se presenta el silencio presidiendo la reunión, con toda su autoridad y dispuesto a no hacer concesiones.

Suena la guitarra, habla de cosas lejanas cuando habla por seguiriya o soleá. Habla de miedo, de opresión, de rabia y cómo decía Federico "es imposible callarla". Recuerda las minas , la fragua , la prisión, el castigo, la intolerancia y protesta como siempre ha hecho, y cuando se da cuenta de lo inútil de sus esfuerzos, se pasea por Cádiz, Huelva, Málaga a través de sus estilos, alegrías, fandangos, malagueña... Parece que olvida, pero no es así, cada vez que se reúnan los cabales, aparecerán los recuerdos, aunque solo sea para demostrarnos que la memoria de lo vivido es imperecedera.

Nadie ha aplaudido y, sin embargo, la reunión ha terminado. Te vas con un nudo en la garganta que solo te permite y por cortesía, un ¡ Buenas Noches !, (aunque probablemente sean las diez de la mañana). Despúes reflexionas sobre lo que has vivido, no sabes si fue realidad o un sueño, el bailaor no movía los brazos, abrazaba el aire, el cantaor no hacía uso de sus recursos técnicos, trasmitía la tensión y emoción latente …
No hay magia, no hay truco. ¡Y todo esto como resultado de la tradición oral!
Años antes de mi participación en este tipo de reuniones, cuando empecé a estudiar guitarra flamenca, no sabía absolutamente nada sobre tradición oral y sabía lo mismo del resto de las tradiciones, solo sabía que quería estudiar guitarra flamenca y no se me ocurrió otra cosa que ir a un conservatorio de Madrid para matricularme. Tras la risa irónica correspondiente y el "no" oportuno, el señor de la ventanilla de matrículas me despidió. Tenía la misma risa del dependiente de un herbolario al que pedí opio, cuando yo tenía diez años, para aliviar mi dolor de muelas (leí en un libro que el opio calmaba el dolor) y aunque evidentemente no me proporcionó esa sustancia, si me dio una solución: "Ve a la farmacia y que te den un calmante".
En el conservatorio ni tenían calmantes ni solución. Hoy día tampoco tienen. Creo que ya es hora de buscar, si no calmantes, al menos soluciones.

Nadie, en su sano juicio, puede poner en duda que el flamenco forma parte de nuestra cultura y como tal debe ser accesible a todos. Es cierto que hace treinta años ni existían partituras ni obras con criterios pedagógicos adecuados, pero actualmente disponemos de material didáctico suficiente para la incorporación de esta materia, de forma oficial, en los conservatorios.

¿Y por qué este afán de incluir el flamenco en los conservatorios con lo bien que ha funcionado la tradición oral? Para que funcione mejor. No hay que olvidar que los guitarristas flamencos no tienen la formación complementaria necesaria para desarrollar eficazmente su labor, y sin embargo, a todos nos son familiares nombres como: Ramón Montoya, Manolo Sanlucar, Paco de Lucía, Serranito y tantos otros, que han elevado la guitarra flamenca a las más altas cumbres. Si estos hubiesen tenido una formación adecuada ¿no estaríamos hablando de genios de la música, si sus obras se hubiesen escrito dentro del marco adecuado? ¿Por qué no tienen la misma consideración profesional aún cuando nadie ha sido capaz de crear algo parecido? Alguien responderá: porque no existen tratados armónicos en los que poder basarse. 

Ellos tampoco lo tienen y lo han hecho. Desde mi responsabilidad profesional como músico y guitarrista flamenco, he redactado un proyecto para la creación e implantación de la asignatura de "guitarra flamenca" en los conservatorios, porque todos tenemos derecho a recibir la formación necesaria. Dicho proyecto contiene una programación objetiva de los contenidos de la asignatura, que la F.E.G.I.P. (Federación Española de Guitarra e Instrumentos de Plectro) tras un análisis exhaustivo y favorable realizado por el Comité de Expertos, decide, no solo avalarlo, si no también hacerlo llegar a las vías administrativas pertinentes para su aprobación.

Espero que con la participación e interés de todos se consiga que, cuando un nuevo alumno se presente en un conservatorio, el señor de la ventanilla, curse la matrícula de la especialidad de guitarra flamenca sellando el impreso, en el que, ponga lo que ponga, siempre leeré:
El flamenco está donde se merece.







Entrevista en GRANADA HOY


Se le da excesiva importancia a la velocidad y a la técnica en la guitarra"

El músico granadino consigue un sobresaliente cum laude en su tesis doctoral sobre la transcripción musical de la guitarra flamenca, algo que muy pocos habían investigado hasta el momento presente
JUAN PINILLA / GRANADA | ACTUALIZADO 07.08.2011 - 05:00
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El profesor Rafael Hoces, con su guitarra.
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El flamenco vuelve a estar de enhorabuena. La persistencia de una parte de sus grandes aficionados en el empeño de valorar más este arte, de investigarlo, arrojar luz sobre las sombras que aún quedan, nos lleva a puertos como el que damos hoy a conocer. El guitarrista y profesor Rafael Hoces Ortega ha obtenido un sobresaliente cum laude por su tesis doctoral sobre la trascripción musical en la guitarra flamenca. 

-¿En qué consistían las líneas de su doctorado? 

-Hemos investigado sobre cómo escribir en partitura la música de una grabación de guitarra flamenca, de modo que dicha música pueda ser interpretada por cualquier guitarrista sin necesidad de acudir a la grabación. Hasta ahora existían múltiples transcripciones de obras, pero la idea es establecer un método que se refleje las características de cada palo de forma rigurosa y eficiente, tanto su esencia (ritmo, armonía…) como la técnica necesaria para su interpretación. 

-¿Qué supone un doctorado para el flamenco? 

-En primer lugar, al igual que en cualquier otra disciplina, supone un aumento de conocimiento sobre el objeto de estudio, gracias a la investigación. Son numerosas las tesis publicadas que demuestran el interés que hay sobre este arte; y en la parte que respecta a lo flamenco viene a reclamar su importancia como cultura susceptible de estudio. 

-Este año de profesor en Granada... Cuente como ha sido el proceso hasta llegar aquí... 

-Bueno, pues mi andadura, como la de muchos docentes interinos, empezó fuera de casa, concretamente en el Conservatorio de Danza de Albacete. Tras dos años me trasladé al Conservatorio de Música de Puertollano y terminé el año pasado en Córdoba. Afortunadamente la especialidad de Guitarra en Granada va creciendo cada curso y ahora somos ya tres profesores en el Conservatorio Profesional, además de un bailaor y una cantaora que es la novedad este año. Y esperamos seguir creciendo mucho más conforme el público en general conozca la especialidad que actualmente tiene mejor perspectiva de futuro en el conservatorio. 

-¿Cómo se encuentra el nivel en las enseñanzas de flamenco en la Universidad y el conservatorio? Sea crítico. 

-Afortunadamente, la situación es muy buena. La Consejería de Educación se ha dado cuenta de lo importante que es el flamenco como industria cultural y su potencial como herramienta educativa. Gracias a ello se ha creado un grupo de trabajo que intenta potenciar la introducción del flamenco en las escuelas a todos los niveles. En los Conservatorios ya se puede estudiar guitarra flamenca en todas las capitales de provincia de Andalucía, y el cante y el baile también tienen su sitio. La universidad se encuentra todavía en una fase incipiente pero con muy buenas perspectivas: el Grupo de Estudios Flamencos de la Universidad de Granada, el Programa de Doctorado de la Universidad de Sevilla o la creación de cátedras de flamenco son signos de la presencia flamenca. 

-¿Si de usted dependiera, qué cambios realizaría en tales enseñanzas, para reforzarlas o mejorarlas? 

-Es triste saber que de los más de 70 conservatorios que hay en Andalucía sólo se pueda estudiar guitarra en 8, y qué decir del cante, sólo en Sevilla, existiendo ya en Cataluña la posibilidad de obtener la titulación superior de esta especialidad. Y no hablemos del resto de España, donde un estudiante debería desplazarse a Madrid o Barcelona para estudiar sólo una parte de la carrera de guitarra flamenca. Resulta necesario extender la posibilidad de estudiar flamenco a todos los conservatorios andaluces, como mínimo, para ampliarla después al resto de España. 

-Continuemos con el tono crítico. ¿Qué le parecen los nuevos talentos que salen en el toque? 

-Está en boca de todos comentarios como "se come la guitarra, pero no expresa nada" o "no toca nada, pero tiene pellizco". Muchos guitarristas han sabido encontrar el término medio entre una gran técnica y conocimiento del instrumento y la capacidad expresiva. La sociedad de las prisas en la que vivimos provoca que demos excesiva importancia a la velocidad de ejecución y a la técnica, cuestión que provoca que muchos de los nuevos talentos salgan al mercado a explotar principalmente ese recurso en detrimento de otros que proporcionan variedad a la composición. 

-¿Cómo definiría su estilo como tocaor y sus gustos? 

-Me considero un guitarrista de corte clásico. Me gustan los grandes autores como Ramon Montoya, Sabicas o el Niño Ricardo, así como Paco de Lucía en su primera época. He tenido la suerte de aprender de sus obras en el conservatorio para apreciar su arte. Por otra parte me gusta el acompañamiento al cante y al baile. Acompañando es como más disfruto en el escenario. 

-¿Existe escuela granadina de toque como tal? 

-Realmente si tuviera que hacer una distinción entre el toque granadino y el de otros lugares como Córdoba sería una tarea compleja. Quizá se deba esto a que Granada no ha tenido un único referente, tanto actual como histórico, como si han tenido otras ciudades con artistas como Paco de Lucía o el Niño Ricardo. Asimismo, la guitarra granadina se ha desarrollado en espacios tan diferentes como las cuevas del Sacromonte, con el toque para bailar como eje principal, como en las peñas y festivales al uso. 

-Granada es una ciudad con mucha dispersión de programaciones. ¿Cuál sería su modelo si fuera programador flamenco en esta ciudad? Carencias, sobras, matices... 

-Granada es una ciudad muy musical, lástima que el actual Ayuntamiento no se dé cuenta de esto y vaya legislando contra la organización de eventos musicales a golpe de ordenanza, escudado en la cuestión de la contaminación acústica. La cultura en general y el flamenco en particular deben ser potenciados desde las instituciones, sobre todo ahora que es Patrimonio de la Humanidad y que supone una industria poderosa. Nuestra ciudad necesita más festivales anuales, como el de otoño, en donde no sólo tengan cabida los artistas ya consagrados sino los jóvenes que son muchos en todas las disciplinas flamencas.


Doctorado Flamenco




De izquierda a derecha José Luis Navarro, Joaquin Mora, Paco Escobar, Eulalia Pablo, José Antonio Esquivel, José Antonio Rodríguez, Rafael Hoces, Rafael Infante, José Miguel Díaz y Francisco Gómez.


 El pasado lunes día 6 de Junio tuvo lugar la lectura de la Tesis Doctoral: "La Tanscripción Musical Para Guitarra Flamenca: Análisis e Implementación Metodológica"; presentada por  D. Rafael Hoces Ortega, dentro del Programa de Doctorado: “Estudios Avanzados de Flamenco: Un Análisis Multidisciplinar” que  realiza de forma  Interdepartamental   la Universidad de Sevilla.   Esta tesis es la primera que se defiende en el marco de este programa de doctorado, el primero y único en el mundo que está especializado en flamenco.

     El acto estuvo presidido por el doctor D. Rafael Infante, catedrático de la Universidad de Sevilla, y  formado además por los doctores: D. Francisco Gómez  D. José Miguel Díaz, D. José Antonio Rodríguez,  y D. José Antonio Esquivel, asimismo intervinieron en el acto el Dr. D. Francisco Javier Escobar, director de la tesis presentada y la Dra. Dña. Eulalia Pablo, coordinadora del programa.   
    Rafael Hoces hace un recorrido histórico por las diferentes aportaciones que ha habido sobre el espinoso tema de la transcripción musical para la guitarra flamenca y pone de relieve la insuficiencia de lenguaje musical método occidental, utilizado por la música clásica, para el caso de éste género musical. Hace un detallado y riguroso análisis de cada una de las carencias a las que se enfrenta el guitarrista para comprender y poder interpretar la música flamenca partiendo de una partitura, y propone la implementación que considera imprescindible para solventar con garantía dichos problemas. Asimismo, realiza un estudio de las nuevas tecnologías en la transcripción y  expone una experiencia didáctica con alumnos de Grado Profesional de Guitarra Flamenca.

    Gentilmente tiende la mano y hace votos por que este empeño suyo se vea ampliado por las aportaciones de transcriptores mundialmente conocidos y tenga continuidad en las nuevas promociones de estudiosos del tema, en la seguridad de que esta tesis, que ha obtenido por unanimidad la máxima calificación (sobresaliente cum laude), facilitará la preservación y difusión del flamenco a nivel internacional.