Literatura musical II

Hoy hablamos de un libro que sólo se encuentra (que se sepa) en Kindle, o sea, en edición digital. Se trata de Cuatro Historias para una Banda, escrita por Mª Jesús Juan

Adolescentes con Kindle, podéis haceros con él y disfrutar en la playa, en la piscina o donde sea, este verano.


Tal y como se indica en el título se trata de un conjunto de cuatro historias independientes. Todas tienen alguna relación, de una u otra forma, con el mundo de la música, concretamente con las bandas de música. 

Sin embargo los títulos de estos pequeños relatos no parecen en principio establecer relación alguna con el mundo musical. En la primera historia, por ejemplo se cuenta un amor de índole inmortal, no en vano se titula "Hasta mi alma... Amelia (relato de zombis)". En la segunda, titulada "A ella", un chico sufre un flechazo irremediable. En la tercera, "Sin despedida", una chica es abandonada de repente. Y en la cuarta, "Se llamaba ilusión", un niño debe irse a vivir con sus abuelos porque sus padres trabajan y no le pueden atender.

¿Queréis descubrir la música bajo estos relatos? Debéis leer el libro. Sólo voy a destacar una frase que aparece en el tercero ("Sin despedida"): 

"-Estrella, un músico  nunca abandona a su instrumento... a su novia sí, pero no a su instrumento".

Interesante frase, ¿verdad? ¡Feliz lectura!

Literatura musical. I

Hoy volvemos a la carga con unas cuantas recomendaciones literarias de cara al verano, para que aprovechéis el tiempo mientras disfrutáis de las vacaciones, en este caso leyendo novelas que tocan el tema musical.

Nuestra primera propuesta es una novela juvenil, Si decido quedarme, escrita por Gayle Forman y publicada en España por la editorial Salamandra.



El resumen de la contraportada dice así:

"Mia tiene 17 años, un hermano pequeño de ocho, un padre músico y el don de tocar el chelo como los ángeles. Muy pronto se examinará para entrar en la prestigiosa escuela Juilliard, en Nueva York, y, si la admiten, deberá dejarlo todo: su ciudad, su familia, su novio y sus amigas. Aunque el chelo es su pasión, la decisión la inquieta desde hace semanas.
Una mañana de Febrero la ciudad se levanta con un manto de nieve y las escuelas cierran. La joven y su familia aprovechan el asueto inesperado apra salir de excursión en coche. Es un día perfecto, stán relajados, escuchando música y charlando. Pero en un instante todo cambia. Un terrible accidente deja a Mia malherida en la cama de un hospital. Mientras su cuerpo se debate entre la vida y la muerte, la joven ha de elegir si desea seguir adelante. Y esta decisión es lo único que importa.

Este es el trailer de la película que se hizo posteriormente:




La novela está llena de referencias musicales, como es de suponer. Por ejemplo, en el momento del accidente (pág. 20) "escucho los primeros compases de a Sonata  para violonchelo nº 3 de Beethoven, precisamente la obra que iba a practicar esta tarde" (una obra de referencia para los violonchelistas, por cierto).

Un asunto que preocupa siempre a los músicos es el miedo escénico, los nervios, la tensión de la interpretación. En la pág 29 Mia dice a su padre: "-Pero, en serio, ¿Cómo se hace para dominar los nervios?. Papá sonreía, pero noté que se había puesto serio porque contestó en tono más pausado: -No se hace nada. Simplemente te aguantas y al final se pasan".

Otro episodio musicalmente muy interesante, la audición para la Juilliard: la audición resultó agotadora. Tuve que tocar cinco piezas: un concierto de Shostakovich, dos suites de Bach, , todo el Pezzo Capriccioso de Tchaikovsky, casi una proeza, y un fragmento de La Misión, de Ennio Morricone, elección agradable pero arriesgada (...). Salí con las axilas empapadas en sudor". (pág. 46).

Pero no solamente hablamos de música clásica. En la pág. 78 Mia recuerda una conversción mantenida con su madre: "(...) ¿Cuál es la rockera más guay, sexy y cañera que se te ocurre?. -Debbie harry. - Esa... -No he terminado -me interrumpió-. No puedes pedirme que elija sólo una. Es como en La decisión de Sophie. Kathleen Hannah. Patti Smith. Joan Keft. Courtney Love (...), Lucinda Williams, que aunque haga música country es dura como el acero. Kijm Gordon, de Sonia Youth, cincuentona y todavía en la brecha (...). ¿Por qué? ¿Es para un trabajo de Sociales o algo así?" (pág. 78).

¿Te gustaría leerla? En Oviedo la tenemos en la Biblioteca de La Granja. Y no te pierdas el final, porque la música juega un papel importantísimo...




Amanda no quería un Trabajo de Verdad.

Y no es que fuera vaga. Que va. Nadie en su sano juicio la acusaría de perezosa. De hecho, si hay algo que le sobra es la energía, las ganas y la imaginación para hacer cosas, muchas cosas, y compartirlas con el mundo. El problema está en ganarse la vida con eso. Y ese es el principal logro de Amanda Palmer, antigua estatua humana, pianista, compositora, cantante, escritora, feliz esposa de Neil Gaiman  y, próximamente, madre: conseguir que la gente le pague por sus canciones, sus dibujos, sus historias y, bueno, básicamente, por ser ella misma.

Su carrera empezó como estatua humana: disfrazada de novia, con la cara pintada de blanco y una peluca, repartía flores a los viandantes a cambio de una moneda. Pero eso no era suficiente: Amanda tenía la sensación de que la gente la miraba, pero no la veía. Y ella quería que la VIERAN, en mayúsculas. Sí, puede que le guste un poco ser el centro de atención pero, ¿y a quién no? 
Así que montó una banda, y se aseguró de hacer todo el ruido posible con ella; desde luego a The Dresden Dolls se les puede acusar de cualquier cosa menos de ser discretos. Fueron ganándose a su público, fan a fan, pegando carteles en las farolas, primero, y a través de una lista de correo, después. Y en poco tiempo Amanda consiguió lo que creía que era su sueño: fichar con una discográfica. Ser una artista DE VERDAD.

No duró. Hubo varios roces, y las cosas fueron de mal en peor, hasta que la compañía sugirió retocar digitalmente los michelines de Amanda: les parecían poco sexis. Amanda se negó; no solo eso: le contó la historia a sus fans. Y sus fans iniciaron una Rebellyon que hizo temblar las redes sociales con fotos de tripas cerveceras, abdómenes fofos y pieles estriadas. Barrigas sexis, barrigas sin Photoshop.
The Dresden Dolls dejó a la compañía discográfica y decidió financiar su siguiente disco mediante una campaña de crowdfunding. Amanda necesitaba cien mil dólares para sacar adelante su proyecto. Consiguió un millón. Y de paso, puso el mundo de la música patas arriba.

El arte de pedir cuenta todo esto, y mucho más. Cuenta lo que es ser mujer en el siglo xxi. Habla de cáncer, de aborto, de tristeza y de lágrimas. Se deleita en la felicidad de enamorarse, de dar un abrazo, de compartir comida y techo con tus amigos. Desvela los complicados y sutiles lazos que unen al artista y a los fans, y lo que es vivir continuamente observada: la vida en directo a través de las redes sociales. Explica cómo puede sobrevivir la música en la era de internet, las descargas ilegales y los top manta.  Y, lo que es más importante, demuestra que la gente está dispuesta a pagar por la cultura, si se le permite.


Solo hay que pedirlo. 


Demostrado: la televisión fomenta la lectura.



Esta entrada está dedicada a todas las personas que opinan como Groucho Marx y también  las que opinan todo lo contrario, ¡por qué no? Aquí van tres recomendaciones coincidiendo con el Día del Libro que se celebrará mañana:



La primera, para empezar con buen pie, un libro que, a buen seguro, os encandilará desde la primera página. Se trata de "El arte de no amargarse la vida" de Rafael Santandreu. Algo que parece muy sencillo y que en nuestros días acaba resultando bastante complicado, tanto es así que se convierte, tal y como dice el título, en todo un arte.





Otro libro, en este caso de estudio, y que podéis encontrar en la biblioteca de nuestro conservatorio: el "Método Flamenco para Instrumentos Melódicos", de Juan Parrilla, flautista que hemos tenido el placer de volver a disfrutar en el conservatorio de Gijón, por tercer cuso consecutivo , y al que esperamos ya para el año próximo.

David Muñoz, el profesor de tuba, ha hecho un buen resumen de lo que supone el paso de Parrilla por nuestro centro y lo ha publicado en su nuevo blog, que aprovecho para presentaros.


Y la tercera opción, "En busca de Pas. Cuentos de coaching",  de Cristina Reguero. "Una lectura que te hará pensar y sobre todo sonreir" y con cuya adquisición estás apoyando una causa solidaria, ya que parte de la recaudación por su venta, se dona a la ONG asturiana Ningún niño sin cenar.


¡Mucha música, mucha salud y muchos libros!

Demostrado: la televisión fomenta la lectura.



Esta entrada está dedicada a todas las personas que opinan como Groucho Marx y también  las que opinan todo lo contrario, ¡por qué no? Aquí van tres recomendaciones coincidiendo con el Día del Libro que se celebrará mañana:



La primera, para empezar con buen pie, un libro que, a buen seguro, os encandilará desde la primera página. Se trata de "El arte de no amargarse la vida" de Rafael Santandreu. Algo que parece muy sencillo y que en nuestros días acaba resultando bastante complicado, tanto es así que se convierte, tal y como dice el título, en todo un arte.





Otro libro, en este caso de estudio, y que podéis encontrar en la biblioteca de nuestro conservatorio: el "Método Flamenco para Instrumentos Melódicos", de Juan Parrilla, flautista que hemos tenido el placer de volver a disfrutar en el conservatorio de Gijón, por tercer cuso consecutivo , y al que esperamos ya para el año próximo.

David Muñoz, el profesor de tuba, ha hecho un buen resumen de lo que supone el paso de Parrilla por nuestro centro y lo ha publicado en su nuevo blog, que aprovecho para presentaros.


Y la tercera opción, "En busca de Pas. Cuentos de coaching",  de Cristina Reguero. "Una lectura que te hará pensar y sobre todo sonreír" y con cuya adquisición estás apoyando una causa solidaria, ya que parte de la recaudación por su venta, se dona a la ONG asturiana Ningún niño sin cenar.


¡Mucha música, mucha salud y muchos libros! Como poco, todos los que aparecen en el apartado Bibliografía.