Las ventajas del software libre no se limitan a que suele ser gratuito: hay otras características muy importantes que lo hacen preferible, como su mayor seguridad y su menor exigencia de recursos. Sin embargo, el desconocimiento y los prejuicios empujan a mucha gente a pagar por un producto (o a usar copias sin licencia) renunciando al uso de otro que le permitiría realizar las mismas tareas con la misma facilidad y velocidad, hasta en ordenadores más antiguos, de forma completamente gratuita.
La decidida apuesta que han hecho muchas comunidades autónomas por el uso del software libre en educación está encargándose de derribar el más importante de estos prejuicios, la supuesta dificultad de uso de Linux. El alumnado andaluz de 5º y 6º de Primaria ya tiene su ultraportátil con Guadalinex y, desde el primer día, se maneja estupendamente. Su entorno gráfico basado en la metáfora de escritorio y ventanas, la misma que utilizan todos los sistemas operativos pensados para usuarios de ordenadores personales, no sólo le está permitiendo pasar sin problemas de un PC con Windows o con MacOS a uno con Linux, sino también le permite cambiar fácilmente entre uno y otro, desmontando así otro prejuicio por el cual sería conveniente que los estudiantes usen Windows: porque supuestamente de otra manera no sabrán utilizar los ordenadores que encontrarán en el mundo laboral.
Ahora bien, admitámoslo, hay que entender tanto que existan esos prejuicios (al fin y al cabo no están inventados de la nada sino que persisten de una situación real que cambió hace muchos años) como la aprensión que puede suscitar el cambio (si alguien nos reordenara nuestro escritorio real siguiendo su propia lógica, también nos causaría cierta inquietud y sensación de caos inicial). Vencido este primer momento, el recién llegado a Linux apreciará sin duda las diferencias más llamativas, por ejemplo la sencillez con la que se pueden instalar nuevas aplicaciones, disponibles sin coste alguno en los repositorios.
Para ayudar a quienes necesitan un empujoncito para decidirse, mi compañero de trabajo Máximo Núñez, profesor de Informática en el IES Vega de Mijas, ha escrito, junto con otro colega, Francisco Javier Sánchez, ¡Pásate a Linux!, del que acaba de publicarse la segunda edición.
Tras dirigir al lector en la instalación de Ubuntu, el libro ofrece un panorama completo de las principales aplicaciones disponibles, cubriendo todas las necesidades: ofimática, con un curso completo de OpenOffice, Internet, multimedia, juegos, utilidades y un largo etcétera, naturalmente sin olvidar la educación, que ha sido objeto exclusivo de otro de los libros de los dos autores: ¡Aprende en libre!, y la música, con la descripción de los principales reproductores y del editor de audio Audacity.
Aprovecho esta entrada para probar una de las últimas herramientas de Google, Search Stories Video Creator, una nueva funcionalidad de YouTube que permite construir con extrema facilidad un vídeo de 30 segundos a partir de una serie de búsquedas en Google.
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En ocasiones puede interesarnos obtener un archivo de audio digital a partir de un archivo MIDI. La manera más rápida y sencilla para conseguirlo, tanto en Guadalinex como en otras distribuciones de Linux, es utilizando el programa Timidity.
Si decimos “programas de notación musical”, lo primero que nos viene a la mente son Finale y Sibelius, dos aplicaciones profesionales y de indudable valor. Sin embargo, para las necesidades de la mayoría de nosotros, que editamos partituras para uso no comercial y de dificultad editorial baja o media, el gasto que supone cualquiera de estos dos programas no está justificado. Afirmar lo contrario es como defender que para retocar las fotos de las vacaciones o las imágenes realizadas en o para las clases, sólo por poner un par de ejemplos, necesitamos el PhotoShop.
Por otro lado, su empleo para la edición musical no profesional por parte de educadores musicales y músicos profesionales resulta bastante satisfactorio, ya que permite: un número ilimitado de pentagramas con hasta cuatro voces por cada uno de ellos; varias maneras fáciles y rápidas de inserción de notas mediante ratón, teclado o MIDI; manejar los datos MIDI mediante un secuenciador integrado y reproducirlos por medio de un sintetizador por software FluidSynth (la nueva versión de Musescore permite la exportación a un archivo de audio digital); importación y exportación MusicXml y archivos MIDI estándar (SMF).
Para quien lo necesite, en la web 
Deezer, por ahora, no tiene publicidad “sonora”, sino sólo gráfica, que no molesta a la audición. Tampoco hay problemas de instalación ni de compatibilidad, ya que, por el momento, se hace todo por navegador. Sin embargo está prevista la implementación de una nueva función, llamada Mis MP3, que consiste en “un espacio ilimitado de almacenamiento” para guardar copia de nuestros discos. Para ello se necesitará instalar la aplicación de la que anuncian la próxima disponibilidad. Esperemos que funcione dentro del navegador o que, por lo menos, hagan una versión nativa para cada sistema operativo.
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