Desde hace unos días venimos preparando la partitura de “La saeta”… poco a poco os va saliendo, como dijimos, está basada en una canción de un autor popular que a su vez usó la letra de un gran poeta español.
Tenéis que decirme:
Autor de la canción Letra de la misma (poema) Autor del poema, lugar de nacimiento y grupo literario al que pertenece.
"Y es que no había manera. Cuando empezamos a grabar no podíamos acabar de cantar la canción, si no era por una cosa era por otra, y cuando por fin parecía que íbamos a acabarla ...a un compañero se le cayó el paraguas. Otro intento más. Como hacía frío a Cristina, la profesora, se le quedaban los dedos parados...Y de nuevo a empezar.
Dijimos muchísimas veces "el último intento". Y tras muchos y muchos intentos ¡POR FIN SALIÓ!, y menos mal, porque cinco minutos después de que terminaramos empezaron a derribar una pared en el aula de al lado."
Besitos a Cristina, Celia, Juan Antonio y Juanjo :)
Nuestra versión del famoso tema "Hijo de la Luna" de Mecano:
Otra opción de presentación del trabajo sería subir el sonido en mp3 (así no se vería cómo os escondéis.... ):
¿Durante cuánto tiempo se puede mantener viva la atención del oyente con un material musical extremadamente pobre desde el punto de vista melódico, armónico y rítmico?
Tal vez Maurice Ravel (del que hoy celebramos el aniversario de su nacimiento) se preguntó eso mismo cuando decidió la estructura de una pieza de ballet que compuso para hacer frente a un encargo de Ida Rubinstein, que inicialmente consistía en la orquestación de seis piezas para piano de Iberia de Isaac Albéniz, que empezó pero no pudo llegar a completar por razones de copyright. Así, lo que fue un apaño debido a las prisas, llegó a ser una de las obras musicales más conocidas y apreciadas de todos los tiempos: su Bolero.
Cuando definimos como pobre el material utilizado por Ravel en esta obra, no exageramos en absoluto ya que sólo empleó:
una célula rítmica muy sencilla que se repite sin modificaciones por 169 veces:
Célula rítmica del Bolero de Ravel (CC Kokin en Wikimedia Commons)
una armonía constante, en tonalidad de do mayor, que aumenta, si cabe, el efecto obsesivo del ostinato. Única excepción es la brevísima modulación a mi mayor poco antes del final.
Sobre este acompañamiento:
una melodía muy sinuosa en la que se alternan dos temas: uno diatónico, que no se mueve de la tonalidad principal, y el otro cromático, que además contrasta armónicamente no sólo con el primer tema, sino con el acompañamiento. Ambos temas se repiten numerosas veces sin apenas modificaciones.
Quien conoce bien la obra sabe la respuesta a la pregunta inicial. Quien sólo conoce el famosísimo primer tema posiblemente se sorprenda cuando se entere de que esta obra dura más de cuarto de hora.
Sin embargo, lo más sorprendente en mi opinión no es sólo la cantidad; lo verdaderamente impresionante es que, gracias a su perfecto dominio de la paleta tímbrica y a su calculada dosificación de la dinámica, lejos de perder progresivamente esa atención finalizando antes de sea demasiado tarde, Ravel consigue intensificarla cada vez más, hasta culminar en un clímax tan alto del que no puede salir de otra manera que con un derrumbe.
Después de Ida Rubinstein, son varios los coreógrafos que han creado su versión del Bolero. Entre ellas, una de las que han tenido más éxito es sin duda la de Maurice Béjart, en la que un solista danza en una tarima circular alrededor de la cual se mueven los demás bailarines. Béjart asignó la parte del solista indistintamente a una mujer o a un hombre, de hecho las dos puestas en escena más memorable son las de la rusa Maya Plisetskaya y del argentino Jorge Donn.
He preparado un arreglo para la flauta dulce sin ninguna pretensión de conseguir mantener esa gran carga expresiva que tiene la obra original ―más bien al contrario, renunciando a ella de antemano debido a que esta versión no puede tener ni la riqueza dinámica ni la tímbrica de aquella― sino para darle la posibilidad a los aficionados a este instrumento de disfrutar tocando esa melodía tan sugerente.
Händel y Jorge I en el Támesis el 17 de julio de 1717, por E. Hamman (1819–88)
Hace 328 años nacía uno de los más importantes compositores ingleses de todos los tiempos, Georg Friedrich Händel. Aunque esta afirmación es totalmente cierta, es conveniente matizar que en ese momento, y durante los siguientes 42 años, Händel todavía no era inglés.
Efectivamente, Händel nació en Halle, una ciudad germana que dista menos de 200 kilómetros de Eisenach, la ciudad natal de Johann Sebastian Bach, que nació antes de que Händel cumpliera su primer mes. Pero mientras Bach permaneció toda su vida en Alemania, Händel con 21 años viajó a Italia, donde permaneció unos 5 años durante los cuales refinó su técnica compositiva y organística, además de su gusto por la ópera, y tras un breve paréntesis alemán en el que fue nombrado Kapellmeister por el príncipe elector de Hannover ―que muy pronto sería el rey Jorge I de Gran Bretaña― estableció definitivamente su residencia en Inglaterra en 1712 y quince años después, el 20 de febrero de 1727, adoptó la nacionalidad británica, hecho sancionado con un acta del parlamento.
Pero ahora volvamos atrás hasta los 5 años después de su llegada para conocer algo de la historia de una de sus obras más famosas. Por encargo del monarca tocayo y paisano suyo, Händel compuso una suite para amenizar una excursión real en barca por el río Támesis. El estreno se realizó en una fecha tan intrigante como el 17/7/1717. Los músicos, una orquesta de medio centenar de instrumentistas, tocaron en una barca que navegaba próxima a la del rey. El título de esta obra, que por su duración se catalogó subdividiéndola en tres diferentes suites, es Water Music, traducida al español como Música acuática. Uno de sus movimientos más célebres es Alla Hornpipe, que os propongo en la fresca y brillante versión de la Amsterdam Baroque Orchestra dirigida por Ton Koopman.
Como en otras ocasiones, también esta entrada termina con la versión para flauta dulce, esta vez para dos de estos instrumentos (soprano y contralto) y piano.
El alumnado del Tercer Ciclo de Primaria va a empezar a trabajar algunas partituras para láminas de una manera amena y divertida. Dar desde aquí las gracias a la profesora Mª Jesús Camino por tenerlas a disposición para su uso en su web Clase de Música 2.0 y a Emilio Huerta por su creación.
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