Il flauto dolce

Il flauto dolce (ilflautodolce.com)A lo largo de los cuatro años y medio de vida de este blog, he ido dedicando muchas horas de mi tiempo libre para arreglar docenas de partituras para flauta dulce de obras de muchos géneros y épocas musicales. El programa que he empleado, Noteflight, permite darle un formato interactivo que resulta muy útil y motivador, al proporcionar al alumnado un acompañamiento que enriquece su estudio en solitario a la vez que le permite variar la velocidad de ejecución para adaptarla a la fase de estudio en la que se encuentre en cada momento.

Personalmente las utilizo diariamente en mi trabajo docente, notando mucha utilidad para mis alumnos y alumnas. También me consta que están siendo utilizadas con regularidad por numerosos colegas tanto de España como de Iberoamérica, no sólo por el feedback que recibo en este mismo blog, en las redes sociales y vía email, sino también por las estadísticas del sitio, que demuestran que la página de las partituras es la segunda más visitada con muy poca diferencia de la página principal y bastante de la siguiente en la lista.

Es por esto que me he animado a recopilarlas en un sitio aparte y, de paso, a cumplir con una “deuda histórica” que tenía con mi país de origen por mi formación musical: este nuevo sitio es en italiano, Il flauto dolce (ilflautodolce.com).

Con una plantilla ligera e inspirada en Pinterest, tan sólo contiene las partituras, catalogadas por género, compositor y nivel de dificultad. Os animo a visitarlo, darme vuestra opinión y, si así fuera, a decir que os gusta en la página de Facebook.

Al profesorado y alumnado de Música italianos también les dedico la partitura que he arreglado para estos días -un villancico navideño titulado Tu scendi dalle stelle- y el siguiente vídeo, en el cual esta obra está interpretada por Luciano Pavarotti.

La entrada Il flauto dolce ha sido publicada primero en educacionmusical.es.

Lully y la batuta

Jean-Baptiste Lully

Jean-Baptiste Lully By Pierre-Alexandre Schoenewerk, by Lamiot (CC BY)

Hoy hace 380 años que nació en Florencia Giovanni Battista Lulli, más conocido como Jean-Baptiste Lully, naturalizado francés en 1661 tras vivir en ese país desde la edad de 13 años. De orígenes humildes, Lully llegó a trabajar en la corte del Rey Sol como compositor de música instrumental, un puesto muy importante que se había ganado gracias a sus grandes cualidades no sólo como músico sino también como bailarín, algo que Luis XIV apreciaba mucho por ser muy aficionado al ballet.

Entre sus obras hay por lo menos 8 comédies-ballets, escritas en colaboración con el dramaturgo Molière y el coreógrafo Pierre Beauchamp, entre las cuales la más importante tal vez sea El burgués gentilhombre. Uno de los números de esta obra es la Marcha para la ceremonia de los turcos, particularmente famosa gracias a que sonó varias veces en la película Todas las mañanas del mundo, un filme sobre otro gran músico de la corte del Rey Sol, Marin Marais, protagonizado por el actor francés Gérard Depardieu. En el vídeo siguiente, un fragmento de este largometraje en el cual Marais dirige la obra de su colega Lully:

Os habréis fijado en la manera de dirigir la orquesta y sobre todo en la aparatosa vara que el director empleaba en esa época para que los músicos siguieran con facilidad el gesto del maestro. La moderna batuta tardaría todavía más de un siglo en sustituirla, algo que en el caso de Lully tuvo consecuencia mucho más graves de las que uno puede imaginar: un día, ensayando su Te Deum para una ceremonia de agradecimiento a la divinidad por la curación del rey de una enfermedad, Lully se dio un golpe en el pie con la vara que estaba usando, metálica y muy pesada. La herida se complicó y degeneró en gangrena, lo que dos meses después acabó con su vida.

Hoy en día la única razón para utilizar una vara parecida a la que empleó Lully es la voluntad de recuperar la sonoridad original bajo todos los aspectos, no sólo utilizando una praxis interpretativa de la época con instrumentos originales o copias fieles, sino también incluyendo la percusión de ese artilugio en el suelo. Podemos ver un ejemplo en el siguiente vídeo del conjunto italiano Modo Antiquo dirigido por Federico Maria Sardelli.

Supongo que después de tanto tiempo los chistes fáciles que ese triste episodio puede suscitar ya no pueden herir sensibilidades, algo de lo que tienen que estar convencidos en la BBC, ya que en uno de sus Proms (promenade concerts, paseos musicales, un ciclo de conciertos diarios dirigidos al gran público -con precios populares y programas divulgativos- que tiene lugar todos los veranos en Londres) incluyeron un sketch perteneciente a la sección Stupid Deaths (literalmente: muertes estúpidas) dentro de la serie infantil Horrible Histories, que se abre con esta marcha. Lo he encontrado en YouTube sin subtitular, pero con unos conocimientos básicos de inglés y sabiendo la historia debería ser posible disfrutarlo.

Convencido de que tras haber escuchado tres veces esta marcha llena de energía os tienen que haber entrado ganas de tocarla, he realizado este arreglo para flauta dulce y piano. Aunque no sea la grafía original, he optado por utilizar el doble puntillo para que la reproducción tenga ese ritmo.

Preparando la Navidad

Como tod@s sabéis, la Navidad se acerca y en poco más de un mes estaremos de celebraciones y vacaciones. Antes queda un gran trabajo por realizar y parte de este trabajo te lo presento aquí:

  • Villancico: GATATUMBA. Pincha aquí para acceder a la partitura
  • Villancico: ADESTE FIDELES. Pincha aquí para acceder a la partitura
  • Villancico: JINGLE BELLS. Pincha aquí para acceder a la partitura

La muerte y la doncella

Franz Schubert

Franz Schubert by Wilhelm August Rieder (PD)

La Historia de la Música, al igual que la Historia de las demás expresiones artísticas, necesita clasificar autores y obras en épocas y movimientos para de esta manera identificar más fácilmente los elementos estilísticos que los unen o los diferencian. Hay períodos muy fáciles de delimitar, como por ejemplo el Barroco, gracias a su omnipresente bajo continuo y a sus grandes contrastes dinámicos y tímbricos. Al contrario, hay otras épocas consecutivas que se funden en su punto de unión de manera tal que presentan simultáneamente los ideales de ambas poéticas, totalmente contrastantes y sin embargo en perfecta armonía.

Esto es muy evidente en el caso del paso del Clasicismo al Romanticismo, trance para el cual es muy difícil fijar una fecha, aunque aproximada: algunos autores (cada vez menos) la sitúan en el cambio del siglo XVIII al XIX, otros coincidiendo con la muerte de Beethoven (1827) y otros aún alrededor de 1820. Esta última opción, la más aceptada actualmente, es la única que tiene en cuenta, además de los muchos rasgos románticos que posee la producción musical del último Beethoven, la inexistencia de claros elementos de diferenciación entre el lenguaje musical del Clasicismo y el  del Romanticismo, algo que sí existía en otros momentos, por ejemplo en el Barroco, con el bajo continuo.

En este contexto resulta bastante inadecuado clasificar (si nos empeñamos en hacerlo por mera costumbre) a Beethoven entre los compositores clásicos sin más, así como también lo sería definir simplemente como romántico a Franz Schubert, que, aunque mucho más joven que su colega, murió tan sólo un año después de aquel, hoy hace exactamente 184 años.

A pesar de haber vivido sólo 31 años, Schubert nos dejó un catálogo de obras bastante amplio que incluye las principales formas instrumentales de la tradición clásica: 1o sinfonías, 21 sonatas para piano y 16 cuartetos de cuerda además de varios tríos, quintetos y otras formaciones camerísticas.

También se dedicó a la ópera, componiendo varias, sobre todo Singspielen, aunque lo que realmente destaca de su música vocal son los más de 600 Lieder, canciones para solista acompañado por un piano sobre poemas de grandes escritores románticos como Wolfgang Goethe, Wilhelm Müller o Matthias Claudius. Este último es el autor de los versos de La muerte y la doncella, a la que Schubert puso música en 1817. El texto consiste en dos estrofas: en la primera la doncella suplica a la muerte que la deje vivir pues todavía es muy joven y en la segunda la muerte le contesta intentando tranquilizarla, presentándose como una amiga entre cuyos brazos tendrá un sueño dulce y suave.

Varios años después, en 1824, tras un grave brote de la enfermedad que le llevaría a su prematura muerte, Schubert utilizó esta melodía como tema para las variaciones que constituyen el segundo movimiento de su Cuarteto de cuerda nº 14 en re menor, composición que también toma el nombre del poema. La obra está cargada de dramatismo desde el primer acorde, atacado con energía por los cuatro instrumentos. Cuatro robustos acordes fortissimo enlazados por tresillos dejan paso repentinamente a un pianissimo, dos expresiones extremas que seguirán alternándose en todo el movimiento de la misma manera en que el desgarro y la melancolía también se van turnando.

Las cinco variaciones que componen el segundo movimiento están construidas de manera que los cuatro instrumentos se alternan en la parte del solista, acompañados por los otros tres que, además de la función armónica, se encargan de mantener un ritmo trepidante.

El trío del tercer movimiento, un scherzo construido sobre el esquema del minueto clásico, es el único momento tranquilo del cuarteto, un instante de paz entre los fortissimi sincopados del resto del movimiento y el frenético cuarto tiempo, un tiempo de tarantella, danza italiana que según la tradición imitaba las convulsiones provocadas por la picadura de la tarántula, algo que varios autores describen como una especie de danza de la muerte.

Entre las muchas transcripciones que se han hecho de este cuarteto hay que destacar la que planificó Gustav Mahler para orquesta de cuerda, de la que sólo llegó a realizar el segundo movimiento y que fue completada por el editor. Personalmente prefiero la versión original aunque como curiosidad, y también porque ofrece la posibilidad de seguir la obra leyendo la partitura, os la propongo en el vídeo siguiente.