¿Como te iniciaste en el mundo de la producción musical?
Fue un poco de casualidad, siempre he sido un consumidor de música en directo y de discos. Dos buenos amigos trabajaban en una tienda de música que además organizaba conciertos de grupos ingleses por Valencia y Alicante principalmente. De vez en cuando les hacía falta ayuda para las mil cosas que conlleva un concierto, poco a poco fui entrando en el mundillo, de eso hace ya más de 20 años, aquí sigo.
¿Hacía donde crees que evoluciona el sector?
Sinceramente vivimos un momento muy complejo, el esquema que ha pervivido durante más de 50 años: discográfica, editorial y oficina de management, está muy tocado. Solo unos pocos artistas pueden acceder a este formato y son los que funcionan. Ahora las discográficas al uso están desapareciendo y es el artista el que debe coge las riendas de sus lanzamientos discográficos y representación artística, pero detrás debe haber un equipo que coordine todo el proceso. Es el esquema de siempre pero con diferentes actores y centrados en un solo proyecto, lo que puede hacer perder la perspectiva. La figura del profesional siempre debe estar presente.
¿Qué ingredientes debe tener un artista para que te interese producir su música?
Calidad, formación, ganas de trabajar (tesón) y confianza mutua.
¿Cual es el trabajo del que te sientes más orgulloso? Y ¿Por qué?
Hoy se habla mucho del 360º, el háztelo tu mismo, y en el caso de los grupos que están empezando es muy complicado encontrar una discográfica. Con el grupo Stephanie Cadel et La Caravane, empezamos de cero, solo tenían autoeditado un e.p. bastante casero y quisieron dar el salto al L.p. (El grupo ya tenía bastantes canciones rodadas).
Lo hicimos mediante el método del Crowdfunding pero con variaciones, creamos nuestra propia plataforma de venta on-line, y antes de grabar comenzaron una serie de conciertos presentando el nuevo proyecto para recaudar dinero, allí mismo en los conciertos vendían el 'bono caravanero', eso sumando a la venta on-line mediante el micro-mecenazgo se consiguió practicante pagar la fabricación y grabación del disco. Como curiosidad hubo que traducir la campaña a varios idiomas como Japones, Inglés y Francés, ya que sus miembros son de estos países pero residentes en Valencia.
Cuéntanos alguna experiencia o anécdota simpática que te venga a la memoria que tenga que ver con tu experiencia profesional.
Una de las experiencias más contundentes la tuve hace 3 años en el festival 'Mare Nostrum', un festival de tientes callejeros. Durante los 4 días que estuve trabajando conviví con más de 100 músicos prácticamente casi 20 horas al día, los conciertos comenzaba a las 11 de la mañana y terminaban sobre las 23:00 h. (todo el día, en diferentes espacios y escenarios). A parte de la camaradería y ayuda profesional entre ellos, muchos luego nos íbamos a un local donde se hacían Jams-sesions, la locura vamos ...
¿Que información crees que debería tener un cantante antes de entrar en un estudio de grabación?
Yo vengo del mundo de las maquetas, cuando se grababan en multipistas y terminaban en una cinta de cassette para oírlas. Mi recomendación hoy por hoy siempre es la misma, primero tener muy claro el repertorio, ensayarlo mucho y grabarlo en el local (hoy en día esto se puede hacer sin problemas), con el objetivo de pulir los detalles al máximo, buscar un buen estudio de grabación, un buen técnico de sonido con experiencia. Merece la pena buscar la figura del productor artístico (bisagra entre técnico y artista o banda). El productor artístico conseguirá maximizar los resultados de la grabación y producción del sonido.
¿Qué consejo o recomendación darías a los que empiezan a estudiar canto?
Que busquen un profesional que los asesore, y según su estilo que dirigía su carrera en uno u otro sentido, a partir de ahí se trata de trabajar y perseverar.
¿Quieres añadir algo más sobre tu relación con la música?
Es un oficio complicado, hay falta de oportunidades, el sector no está lo suficientemente profesionalizado, la sociedad en general no lo valora en su justa medida, no son conscientes de todo el trabajo y pasión que hay en un concierto, y las administraciones que son las que deberían velar por estos intereses la dan bastante la espalda. Así que desde aquí pido al público y a los gestores culturales una mayor implicación en los proyectos musicales.
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