Por una cabeza

TangoPic. PD en Wikimedia Commons.Cuando Carlos Gardel compuso Por una cabeza -corría el año 1935 y tan sólo habían pasado ocho años desde el estreno de la primera película sonora- es muy poco probable que llegara a imaginar que el cine contribuiría a la popularidad de la que goza actualmente  este tango, alcanzada no sólo por su valor musical, sino también gracias a unas escenas inolvidables en las que las imágenes están realzadas por esta canción. Aquí recordaremos las dos más importantes e impactantes, extraídas de sendas obras maestras del séptimo arte, rodadas con tan sólo un año de diferencia la una de la otra.

En La lista de Schindler (1993) se escucha la canción original, cantada por el mismo Carlos Gardel, quien la grabó pocos meses antes de su fallecimiento en un accidente aéreo en Colombia, en el que también murió Alfredo Le Pera, el autor de la letra.

El director del filme, Steven Spielberg, utiliza Por una cabeza para dar unidad a dos escenas distintas y complementarias: el tango empieza a sonar sobre un primer plano de una radio, dando lugar a un sonido diegético que acompaña los gestos acompasados de Oskar Schindler (Liam Neeson) que se prepara para el encuentro con los jerarcas nazis, eligiendo con esmero todos los detalles de su vestuario con el fin de impresionarles. En la sala de baile donde tiene lugar la escena siguiente, a pesar de la presencia de una  pequeña orquesta tocando y de algunas parejas bailando,  ya no podemos hablar de diégesis, pues los protagonistas de la película no pueden estar oyendo la voz del mismo Gardel, desaparecido 14 años antes de la ocupación de Polonia por parte del ejercito nazi; por si no fuera suficiente, en el escenario hay instrumentistas pero no cantantes. Quizás uno de los personajes que aparecen en la pantalla sí lo esté oyendo: esa melodía podría seguir sonando en la mente del mismo Schindler, como un fondo musical obsesivo que acompaña sus pensamientos totalmente ajenos a la fiesta y la música que le rodean porque está absorto en la observación y análisis de las personas que le interesan.

Un año antes del estreno de La lista de Schindler, este tango ya había conquistado al público de la gran pantalla gracias a una de las escenas más intensas de Esencia de mujer, un remake del también imprescindible largometraje Profumo di donna: el momento en que el protagonista, el teniente coronel Frank Slade (Al Pacino) acaba de conocer a Donna (Gabrielle Anwar), aunque sólo por su perfume, puesto que es invidente. Donna le guia hasta la pista, hacia la que el hombre se dirige con mucha prudencia. El baile empieza tímidamente, pero al llegar al estribillo -que en este excelente arreglo instrumental viene cantado con gran intensidad por el violín sobre un poderoso impulso rítmico del piano- Frank toma las riendas y le da a Charlie (Chris O’Donnell), su joven lazarillo, una lección no sólo de baile sino también de vitalidad.

Como de costumbre, he arreglado este tango para flauta dulce y piano, pero esta vez mis alumnos y alumnas de primero de ESO deberán esperar al curso que viene para aprenderlo, pues tiene unas cuantas notas agudas y alteraciones que nos recomiendan no tener prisas. Mientras nosotros nos vamos introduciendo en la música porteña con Libertango, quizás esta partitura pueda resultarle útil a docentes y discentes de cursos más avanzados.

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Piazzolla y el bandoneón

Astor PiazzollaDesde que llegó a Argentina, a comienzos del siglo pasado, el bandoneón ha quedado ligado indisolublemente al tango, tanto que, nada más oír la sonoridad tan peculiar de ese instrumento,  nuestra imaginación  viaja  rápidamente  al país del Río de la Plata.

Difícilmente el inventor del bandoneón, que lo creó a mediados del siglo XIX para sustituir al órgano en la ejecución de la música religiosa en los lugares en que no hubiera este instrumento, llegaría a imaginar que pronto su obra cruzaría el océano para acompañar con su voz triste y melancólica una de las danzas más sensuales que existen.

Astor Piazzolla, tal vez el más famoso bandoneonista que haya existido nunca y del que conmemoramos hoy el aniversario del nacimiento, acontecido en 1921 en la ciudad de Mar del Plata, explica en el siguiente vídeo algo de la curiosa historia y del particular funcionamiento de su instrumento.

Las obras de Piazzolla conforman un catálogo muy extenso que ha suscitado el interés de un gran número de músicos, no sólo de tango sino también de otros géneros como el jazz o la música clásica. Un ejemplo: el violochelista Yo-Yo Ma interpretando  Libertango junto al bandoneonista Néstor Marconi.

Para recordar a este gran músico y darlo a conocer a mis alumnos y alumnas he arreglado esta misma obra para la flauta dulce.

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