Artículo invitado: Cómo solucionar un problema técnico o musical

Hoy escribe como invitado para Gran Pausa Jorge Fernández Fernández

Graduado en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de Valladolid, donde cursa posteriormente un máster de investigación en Música Hispana, obteniendo en ambos el Premio Extraordinario. Estudios de guitarra en el Conservarorio Superior de Castilla y León, y de dirección orquestal en la Escuela Navarro Lara. Puedes visitar su blog en este link.

Jorge nos da en su post algunas claves y pasos a seguir cuando nos encontramos con un problema técnico o musical. Esperamos que disfrutéis de los consejos de nuestro invitado de hoy.

1. Identifica el problema

Tal vez pueda parecerte evidente reconocer un problema o error en la interpretación, pero no siempre es tan sencillo. De hecho, es necesaria una gran habilidad y sutileza para detectar pequeños detalles que pueden pasar desapercibidos. Se requiere ser perfeccionista, estar atento y partir de la humildad de saber que todos cometemos errores. Afina tu oído y formúlate preguntas del tipo:

  • ¿Estoy realizando los movimientos con el mínimo esfuerzo?
  • ¿Contrasto suficientemente las dinámicas?
  • ¿Cómo está la afinación? ¿Hay precisión rítmica? ¿Y la articulación?
  • ¿Me gusta el color y sonido? ¿Está acorde con el contenido emocional de la música?

2. Define y analiza el problema

  • Señálalo en la partitura. Puedes hacerlo mediante un círculo en las notas o si es un pasaje más largo, aislándolo con corchetes o paréntesis (ejemplo 1). Resulta muy visual asignar un color distinto para cada tipo de problema (por ejemplo: rojo a la digitación, naranja a la afinación, azul al ritmo…).

1

Ejemplo 1: Liebesfreud para violín y piano (Friz Kreisler), cc. 1-5.

  • Define el problema:
  1. Se específico: ¿el problema está en el ritmo, la expresividad, la precisión, articulación, afinación, digitación,…? Cuanto más específicos seamos describiendo las dificultades, más fácil resultará buscar soluciones.
  2. Se objetivo: trátalo de manera neutral. En vez de pensar “este compás está horroroso”, sustitúyelo diciendo: “el sol# y el si del compás cuatro están desafinados”.
  • Busca una explicación: Observa todos los elementos implicados en la situación con el fin de analizarlos y pensar sobre sus posibles conexiones. Pregúntate cuantas veces sea necesario por qué y llega siempre que se pueda al problema principal más profundo.

Ejemplo: he fallado el Re del compás 25 porque tenía mucha tensión. ¿Por qué? Porque tenía miedo. ¿Por qué? Porque no había tocado nunca ante tanta gente.

Como ves, a menudo una parte importante del problema suele deberse a una actitud equivocada o aspectos psicológicos que producen una tensión corporal excesiva.

3. Estúdialo muy lentamente

La clave de estudiar muy lentamente es la de ser consciente de qué están haciendo exactamente los músculos implicados en el movimiento en cada momento. La idea es poder pensar, procesar la información y analizar lo que estamos tocando, evitando el “piloto automático”. Es necesario tocar siempre el pasaje igual que lo haríamos a velocidad normal, es decir, con la misma técnica, articulación, dinámicas, etc. En otras palabras, debemos pensarlo como un estudio a “cámara lenta” o “súper lenta”.

El gran golfista Ben Hogan fue uno de los deportistas que más hacía uso de esta técnica, como se puede apreciar en este vídeo casero. A partir del minuto 1:45 se observa cómo ralentiza hasta el extremo el swing con una fluidez y control increíble.

4. Aplica técnicas de resolución variadas

Algunos problemas fáciles se solucionan rápidamente cuando uno se percata de ellos y los define. Por ejemplo, si en un ensayo de cuarteto hay un acorde que no suena como debiera y me doy cuenta que he dado una nota falsa porque he contado mal un silencio, ya sé que tengo que hacer para la siguiente vez. Sin embargo, también existen problemas más profundos que necesitan un estudio riguroso. En esas ocasiones, y dependiendo de la situación y del contexto, puedes utilizar alguna o varias de las 5 técnicas que ejemplifico a continuación:

  • Varía el ritmo

Practicar un pasaje con el que tenemos problemas con distintos ritmos es una táctica muy utilizada. El ejemplo 1 es un estudio de velocidad para guitarra. Para llegar a la velocidad que deseamos, es útil tocarlo con variaciones rítmicas cada vez con grupos de notas más grande, como muestro en el ejemplo 3.

2

Ejemplo 2: Estudio no.1 (Emilio Pujol) del libro II de Escuela Razonada para Guitarra, cc. 1-3.

Ejemplo 3: Pasos a seguir.

3 456

  • Trabaja desde el final

Esta técnica nos ayuda a aumentar la dificultad progresivamente. En el ejemplo 4, las semicorcheas que están entre corchetes requieren una atención especial para tocarlas de forma natural.

7

Ejemplo 4: II Movimiento de la Sonata K. 33 para piano (Mozart), cc. 1-5.

En el ejemplo 5 se observa como he diseccionado el pasaje en distintos grupos. Comienzo con el último grupo y si lo repito correctamente tres veces, voy sumando otro más.

1011121314

Ejemplo 5: Pasos a seguir.

  • Focalízate en los componentes

Divide el problema en partes. En el ejemplo 6 hay un problema de afinación en las notas entre corchetes. En el ejemplo 7 se observa como un violinista puede solucionar el problema, focalizándose en cada una de las voces por separado. Eso sí, siempre manteniendo la misma digitación y golpes de arco del pasaje original.

15

Ejemplo 6: Liebesfreud para violín y piano (Friz Kreisler), cc. 1-5.

161718

Ejemplo 7: Pasos a seguir.

  • Omite primero algunas notas

El ejemplo 8 es un típico pasaje dificultoso debido a las semicorcheas y al tempo rápido. Una buena idea puede ser omitir en un principio algunas notas y luego reinsertarlas pero sin tocar las anteriores (ejemplo 9).

19

Ejemplo 8

2021

Ejemplo 9: Pasos a seguir.

  • Reconstruye el pasaje

Podemos simplificar fácilmente un pasaje musical reduciéndolo a sus elementos básicos. En el ejemplo 10 aparece un fragmento de El Mesías de Haendel, cantado por los bajos con la palabra “rage”. En su libro The Naked Voice, Stephen Smith explica cuál puede ser el proceso para estudiarlo (ejemplo 11).

30

Ejemplo 10: El Mesías, Air 2.17B (G. F. Haendel), cc. 50-52.

Ejemplo 11: Pasos a seguir.313235363433

Lectura recomendada: The Musicians Way: A Guide to Practice, Performance, and Wellness

¡Síguenos en Facebook, Twitter y YouTube!
Si te gustan nuestros post, ya puedes leer los mejores, con información ampliada y nuevas imágenes en nuestro ebook, ¡ya a la venta!
Suscríbete y recibe en tu email todas las convocatorias, audiciones y nuevos post.
Introduce tu dirección de email:

Brain Training para músicos

Publicación: Strings
http://www.allthingsstrings.com/Article-Index/Department/Practical-Musician/Brain-Circuit-Training-for-Musicians
Autor: Patrick Sullivan
Fecha: Julio de 2015
Título original: Brain Circuit Training for Musicians

 

Un cerebro aburrido aprende poco. Ese principio siempre ha tenido sentido para el contrabajista Paul Robinson-y ha impregnado su enseñanza durante décadas. En un campo que ha llevado tradicionalmente a los estudiantes a tocar un pasaje una y otra vez hasta que esté perfecto, Robinson ha adoptado un enfoque distinto. Sus estudiantes cambian de tarea a menudo, pasando de un ejercicio a otro.

“Cuando cambiamos continuamente las tareas que tenemos delante, es como empezar de nuevo cada cinco o diez minutos”, dice Robinson. “Y cuando el cerebro tiene un nuevo comienzo, está más centrado y en sintonía con lo que quiere lograr.” Robinson, profesor de la Universidad Estatal de Ohio, está emocionado de ver un creciente cuerpo de investigación que apoya su tan celebrada opinión de que la repetición continua no es la mejor manera de aprender música (o cualquier otra cosa). “De hecho, tenemos evidencias científicas”, dice. “No es sólo intuición.”

Robinson se ha inspirado en la obra de Christine Carter, músico y psicóloga, que se ha asociado con la neurocientífica cognitiva Jessica Grahn para estudiar estrategias eficaces de práctica musical en el Western University’s Brain and Mind Institute de Londres, Ontario. Carter está investigando técnicas prácticas provenientes de la psicología cognitiva y del deporte para extraer principios y técnicas que puedan ayudar a los músicos. Algunas de ellas son las técnicas que Robinson ha utilizado con sus propios estudiantes.

Aleatoriedad

Sus ejercicios, que él llama “de la chistera”, son exactamente tal y como suenan: Sus estudiantes escogen al azar entre varias tarjetas con distintas habilidades que requieren entre 3 y 5 minutos de concentración, desde estudios hasta tocar pizzicato en la oscuridad.

“Cada tarjeta es un nuevo reto”, explica. “Es al azar, es interesante, y los mantiene enfocados”.

Para los estudiantes más jóvenes de Robinson, cambiar de tarea es especialmente positivo. “Si le digo a un niño de nueve años que toque escalas menores durante media hora, no creo que consiga gran cosa”, dice. “Pero si le pido que practique escalas menores, luego arpegios y luego golpes de arco… se mantendrá más concentrado”.

Los estudiantes mayores, por supuesto, tienen más paciencia. Pero ellos también se benefician de los cambios en el ritmo de trabajo y la división del tiempo de práctica en múltiples sesiones de tres bloques más cortos de 40 minutos, en lugar de un maratón de dos horas.

Adoptar un estado de mente atlético

Tanto Robinson como Carter dicen que las estrategias de práctica basadas en el cerebro aún no se han extendido de manera considerable en la práctica de la música y la educación, algo que contrasta fuertemente con el mundo del atletismo, donde aplicar la psicología del deporte es elemental.  “Los músicos llevan el peso de la tradición sobre sus espaldas, que es obviamente una fuente esencial de información para nuestra práctica y rendimiento”, explica Carter en un correo electrónico. “Sin embargo, ha llegado el momento de observar a nuestros colegas atletas para incorporar los avances más recientes en la investigación del aprendizaje.” Uno de los conceptos más interesantes, dice, es la idea de “dificultades deseables” -término acuñado por Robert Bjork, investigador de psicología de la Universidad de California-Los Ángeles. La idea es que hacer la práctica más difícil en realidad puede aumentar la retención a largo plazo.

Cuando era una joven clarinetista, Carter utilizaba la típica estrategia de repetición para aprender. Repetía un pasaje difícil una y otra vez, aumentando gradualmente el tempo, buscando la perfección. El fracaso se reducía al mínimo. “Conectaba con mi perfeccionista interior y me sentía cómoda”, dice ella.

Pero no es una forma eficiente de aprender. La forma de practicar de Carter es completamente diferente hoy. Ahora se basa en el tipo de “entrenamiento de circuito” que Robinson enseña. “Práctica intercalada” es el término que se aplica a este enfoque. “En lugar de repetir un pasaje antes de pasar al siguiente, el trabajo en un pasaje se puede alternar con el trabajo sobre otro o más pasajes”, explica Carter.

“Alternar de una pieza a otra es más difícil que la repetición constante, debido a que el cerebro tiene que recrear continuamente la secuencia de comandos de acción para lo que vas a hacer”, dice Carter. “El intercalado requiere un mayor esfuerzo, y este aumento de la actividad mental conduce a una mayor retención, la verdadera meta de la práctica.” Un ejemplo que Carter cita es la manera en que los jugadores de béisbol practican para golpear la bola de distintas formas. Los investigadores demostraron que un horario de práctica aleatoria mezclado con diferentes formas de golpear la pelota era el doble de eficaz que las típicas sesiones en las que los jugadores realizan el mismo golpe en el mismo terreno de juego una y otra vez.

Entrenar el cerebro

Uno de los obstáculos más grandes al que los músicos se enfrentan en la adopción de nuevas técnicas de práctica es en realidad la propia mente humana, que parece jugárnosla para mantenernos trabajando con patrones cómodos de repetición. Cambiar las cosas a menudo no parece más eficaz. En muchos estudios que comparan la práctica repetitiva tradicional con la práctica intercalada, los participantes salieron con la sensación de que habían aprendido más con la práctica tradicional. A pesar de que los estudios demostraron que la práctica intercalada en realidad les condujo a un aprendizaje mucho mayor.

El mejor antídoto para que el auto-engaño es ver los progresos que se hacen por salir fuera de su zona de confort. Carter señala a una de sus alumnas de este año, que mejoró de manera sorprendente. La joven entró en la clase de la clarinetista con baja confianza y un enfoque de toca-y-repite.

“Una vez que se enteró de que hay muchas técnicas posibles para estudiar y de cómo usarlas, se liberó”, dice Carter.

La estudiante empezó a tener experiencias positivas en el escenario por primera vez en su vida. “Ella y todos mis alumnos, lo cual es muy emocionante para mí, viéndoles tomar el control de su aprendizaje”, dice Carter. “Una vez que entienden lo que conduce a la retención a largo plazo, se atreven a aventurarse fuera de la zona de confort, encontrando continuamente nuevas maneras de desafiarse a sí mismos. Al final, esto les da seguridad cuando importa, en el escenario”.

Pautas para una buena lectura a primera vista

En muchas ocasiones, para una prueba de acceso al Conservatorio, en audiciones para puestos de trabajo, exámenes de la carrera… se nos exige leer a primera vista. Muchos piensan que este es un talento con el que no cuentan, que se nos puede dar mejor o peor. Pero la verdad es que, como casi todo en esta carrera, se puede trabajar y mejorar.

¿Qué pasos has de seguir en una lectura a primera vista?

Normalmente, cuando un tribunal te exige leer a primera vista, te da un tiempo antes de presentarte a tocar, unos 5 o 10 minutos. En ese caso, una vez que entres en el aula de estudio esto es lo que debes hacer:

  • Identifica obra y autor: Lo más normal es que te lo indique la partitura. Piensa en el estilo del autor, y en si conoces la obra o la has escuchado alguna vez. Si no aparece esta información (a veces el tribunal nos complica las cosas), intenta identificar por ti mismo al menos el estilo: clásico, romántico, barroco… De esta formas te harás una primera idea de las articulaciones que debes usar, el fraseo, el vibrato y demás características de tu interpretación.
  • Tonalidad y alteraciones accidentales: Observa en qué tonalidad está el fragmento o la pieza e identifica si en algún momento cambia o si hay alteraciones accidentales que tengas que tener en cuenta. Incluso puedes tocar la escala de la tonalidad si te han dado tiempo suficiente.
  • Compás y tempo: Identifica en qué compás está, y las indicaciones de tempo, si hay algún cambio en ellas, si cambia el compás, o si hay ritardando/accelerando.
  • Mídelo, y si puedes, cántalo en voz alta antes de tocarlo: Mide con una mano el compás y lee el pasaje o pieza para ti o en voz alta si puedes.
  • Tócalo lentamente: Siendo muy estricto con el ritmo, toca (o canta) el fragmento lentamente para reconocer bien la afinación, ver la articulación que vas a hacer, matices…etc.
  • Repítelo varias veces hasta que el tribunal te llame a tocar: Una vez tomadas todas las decisiones, elige un tempo que no sea demasiado lento ni demasiado rápido para ti y repítelo para fijarlo todo.

Otros consejos útiles

  • Si no te dan tiempo para mirar el pasaje, respira hondo y observa antes de empezar a tocar: compás y tempo, tonalidad, autor y obra.
  • Lee siempre por delante de lo que tocas o cantas.
  • No olvides el ritmo, llévalo internamente, o incluso ayúdate del “pietrónomo” de manera discreta.
  • La lectura a primera vista se puede ensayar. Escoge obras o pasajes que no hayas interpretado nunca una o dos veces en semana y trabájalos siguiendo las pautas que te hemos indicado antes.