Flau-Ball – Versión flautística del Flow-ball

Seguro que has oído hablar del flow-ball, un aparato de respiración (y un juguete…) que utilizamos los instrumentistas de viento.
En esta entrada os propongo la versión para flautistas que hemos bautizado como: Flau-ball. Además de contaros cómo hemos hecho la nuestra y para qué la vamos a utilizar, os dejo una plantilla para para que podáis construiros una, ¿os animáis?

¿Qué es y para qué sirve?

 Es una herramienta que nos va a ayudar a entender y a entrenar aspectos tan importantes para los flautistas como son la respiración y el funcionamiento de lo que llamamos la ‘columna de aire’.

Los flautistas tenemos las desventaja, (o ventaja según se mire), de que muchas de las cosas que suceden cuando tocamos las tenemos que sentir, pues no todo es tan visible como la posición de la muñeca o la espalda. En algunas cuestiones debemos prestar atención a nuestras sensaciones y aprender a modificar algunas de nuestras acciones para cambiar la manera en que está sonando el instrumento. 
Por eso, cualquier aparato que nos ayude a visualizar todos esos aspectos, podrá hacer que trabajemos de una manera más eficiente y comprensible los conceptos teóricos.

Con este objeto no sólo hablaremos y practicaremos aspectos relacionados con la respiración, si no también otros relacionados con
– la colocación de los dedos y las manos sobre el instrumento
– el ángulo de salida del aire con respecto a la embocadura y la posición de la barbilla en la flauta
– y los aspectos de colocación del instrumento con respecto a nuestro cuerpo sin que tengamos que lidiar con el peso y el tamaño de una flauta completa, (sobre todo, pensando en lo que facilita esto los primeros días con los más pequeños de la clase).


¿Cómo la fabrico?

Para que a nadie le falte de nada, aquí os dejo el recordatorio de los materiales y las instrucciones de montaje.

Materiales

  • Cartulinas DIN A3 de colores (si queréis combinar colores, si no, podéis pintarlas después).
  • Dos pajitas de plástico (de las que no son rectas; deben tener un ‘codo doblable‘ en una de las partes).
  • Una bola de corcho blanco de 2-3 cm de diámetro.
  • Tijeras, cúter, cello y pegamento
  • Para ayudaros a pegar os puede venir bien un palo largo y unas pinzas.

Montaje

El montaje es muy sencillo. Una vez impresa la plantilla que os dejamos aquí, solo tenéis que obtener las distintas piezas y realizar el recortable. Para que sea más fácil saber qué partes van unidas hemos puesto letras en las pestañas grises (que son las que hay que encolar). Poned vuestro pegamento en las pestañas grises y las letras os indicarán sobre qué pieza pegarlas.

Os dejamos un vídeo para que sepáis cómo construir la Flau-ball pero en resumen debéis seguir 6 pasos: 

  1. Recortar (y poner el nombre)
  2. Doblar
  3. Medir las pajitas y unirlas con celofán.
  4. Pegar las pajitas en el lateral de la Flau-ball. ¡Cuidado con el ángulo!
  5. Pegar las piezas y unirlo todo
  6. Cortar en 4 (tiras) la pajita que sobresale por la pata de nuestra Flau-ball

Os recomiendo que probéis el pegamento primero en una esquina de la cartulina  no vaya a ser que deje marcas.

Utilidad y empleo

Si no conocéis los usos y beneficios del Flow-ball, se explican con detalle en esta página de DavidTuba.com

En resumidas cuentas, soplando a través de la pajita lograremos subir una bola ligera. Dependiendo de la cantidad del aire y de la presión, podemos mantener la pelotita flotando a una distancia más próxima a la flau-ball o más lejana. También podremos observar si la bola permanece estable en un punto fijo o si varía sin control. Con todo ello podremos hablar de la fluctuación y el control del aire, cómo afecta a las dinámicas, a la intensidad y cómo va a repercutir en nuestra capacidad respiratoria.

Pensando en aplicaciones didácticas podemos:

– intentar pensar que la bola tiene que estar en un mismo punto el mayor tiempo posible;

– tratar de trabajar el control en los cambios de intensidad, es decir, que vaya subiendo poco a poco, se mantenga y vaya bajando también de forma controlada; 

– intentar pasarse la bola con otro compañero, lo que obliga a prestar atención a la intensidad con las que los dos están soplando y mantener la presión hasta que se transfiera;

– o con los más atrevidos, se puede usar la articulación y percibir cómo influye esto en el flujo del aire.

Plantilla

 

 

 

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Concierto para flauta nº 1 op. 43 de Th. Verhey – Karaoke / Acompañamiento de piano

Retomamos los acompañamientos que nos proporciona Héctor Valls con un concierto precioso de un poco conocido compositor holandés. 

Theodor H. H. Verhey

Este compositor holandés (Rotterdam 1848 – 1929) estudió piano, violonchelo y teoría musical en su ciudad natal y en la Real Escuela Superior de Música de La Haya. Fue alumno de un hermanastro de Clara Schumann, lo que de paso nos da una idea de su estilo de composición.

Escribió principalmente música para piano, música de cámara y obras orquestales, donde tres óperas en alemán (Eine Johannisfeier auf Amron -1880-, Imilda -1885- y König Arpad -1888-) son consideradas como sus piezas más conocidas.

En lo que respecta a sus piezas para solistas, destacaremos que compuso un ‘Concierto para Violín en La menor Op.54’ que acompaña a los dos conciertos para Flauta: el ‘Concierto para Flauta en Re Mayor Op.43’ del que nos ocuparemos en esta entrada y un ‘Concierto para Flauta en La menor Op.57’

La obra: Concierto para Flauta N.1 Op.43 en Re Mayor

El ‘Concierto para Flauta N.1 Op.43’ es una de sus obras más conocidas (con permiso de su óperas) y fue compuesto en 1900. Consta de 3 movimientos que están conectados por puentes musicales y se interpretan sin interrupción.

  1. Allegro non tropo
  2. Andantino
  3. Allegro alla Zingarese

Este concierto está dedicado a Ary van Leeuwen (1875-1953), un importante flautista holandés que en el momento de la composición de este concierto fue el primer flauta de la Volkspalast-Orchester de Ámsterdam. Fue alumno de Joachim Andersen y triunfó en importantes orquestas de Europa y América.
De 1903 a 1920, fue llamado por Gustav Mahler para trabajar como flautista solista en la Ópera de la Corte de Viena, donde también obtuvo una cátedra en el Conservatorio. Fue el primer flautista que usó una flauta de plata en una orquesta austríaca donde se seguían empleando las flautas de madera.
Leeuwen emigró a América en 1924 y se convirtió en el primer flautista de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati. Se quedó allí hasta 1938. Después de eso, fue a California y enseñó en la Universidad del Sur de California.


Si no encontráis vuestra partitura o si queréis conseguir directamente la grabación en mp3, están colgadas en IMSLP.

Y si queréis disfrutar de otras obras ya grabadas por Héctor para los flautistas, aquí os dejo el Andante kv. 315 de W. A. Mozart en Do mayor, la Sicilienne op. 78 de G. Fauré, el Gran Solo Op.57 Nº3 de F. Kuhlau, la Vocalise del Op.34 de Rachmaninoff y las Tres piezas para Flauta y Piano Op.31B de A. Foote. Todos ellas las podréis encontrar en la sección “Karaokes y acompañamientos” del blog. 

¡Buen provecho musical!

 

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Calendario para las vacaciones de verano #noAbandonesAtuInstrumento… #ÉlNoLoHaría

Aunque parezca increíble esta entrada del blog la hago por petición popular de mis alumnos más pequeños. Al parecer no podían pasar el verano sin un calendario donde apuntar el trabajo diario y la calidad del estudio… ¡Si es que son lo más!

¿Para qué sirve este calendario de verano?

Entre las tareas lo primero que debían hacer era descansar y tocar cosas que les gustaran. Lo segundo es hacer conciertos tomando fotos de los mismos, haciendo programas de mano y entradas diseñadas para la ocasión. Y por último, también tendrán que buscar momentos para preparar las ‘obligaciones’ de clase pues ya saben que tendremos concierto nada más llegar a clase en septiembre

Este calendario de verano es una versión del cuaderno trimestral que usamos normalmente. Durante el curso fijamos las tareas semanales, los conciertos y el trabajo a medio plazo, pero también apuntamos cómo y cuánto estudiamos y sugerimos actividades.
Con esta plantilla estival, los alumnos pueden organizar cómo pasar unas vacaciones con su instrumento.

¿Cómo funciona?

  • Los propios alumnos pueden gestionar sus hitos a través de cuatro etapas/objetivos para todas las vacaciones. Ellos mismos deciden cuáles son, lo apuntan al principio de julio y cada dos o tres semanas valorarán si lo están cumpliendo. 
  • La manera de apuntar el estudio hace referencia a la calidad y a la cantidad. El reloj es una forma rápida de marcar y ver el tiempo que se ha dedicado.
    La calidad la reflejamos en función de los epígrafes que indican cómo estudiar y que aparecen a principio del mes de julio: estudiando por trocitos, midiendo y con metrónomo, trabajando las respiraciones, las articulaciones y las dinámicas. Los días que estudien rellenarán la regleta con los colores del semáforo. Rojo si lo que aparece escrito en ese número no lo hemos hecho en ninguna de las piezas o ejercicios del día, amarillo si lo hicimos en algunas obras y en otras no y verde si hemos hecho ese paso en todo el repertorio. 
    Y el hueco en blanco que queda a la derecha es para apuntar qué hemos tocado en esa sesión.
  • A la izquierda hay otra regleta que nos recuerda que se debe calentar y estirar antes y después de tocar. Se rellenan según los días en los que se haya hecho… ¡que deben ser todos en los que toquen!
  • Y por último algunos días se sugieren algunas actividades especiales: ¡qué no falten los conciertos de verano!

Os invito a echarle un vistazo, todavía estáis a tiempo de utilizarlo y que me contéis lo que os parece 😉

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6 Mejoras idealistas para una FLAUTA absolutamente PERFECTA

En el baúl de los recuerdos (o más bien en el desorden habitual de los finales de curso), me he encontrado con un fragmento de un trabajo que hice en 5º de profesional. No sé qué me pediría exactamente que redactara mi profesor (que era una persona estupenda y cabal) pero yo me lancé a poner en las conclusiones una lista de deseos para que la flauta se convirtiera en un instrumento absolutamente perfecto. 
Y lo mejor… ¡es que todavía no se han cumplido muchas de ellas!
Así que maravillosas mentes pensantes… ¿queréis hacer felices a los flautistas? Pues os lanzo estas locas ideas a ver si alguien puede cumplir alguna… 

  1. Limpieza por inmersión en el lavabo

    La primera de mis peticiones tenía relación con que la flauta se pudiera lavar sin necesidad de tener que desmontar todo el mecanismo, cambiar las zapatillas, montarla, reajustarla, engrasarla…
    Aunque ha habido experimentos en ese sentido, de momento todavía hay problemas por solucionar: zapatillas impermeables totalmente ajustables e imperecederas, aceite al que se le quita el polvo con el agua pero sigue engrasando el mecanismo y un largo etcétera. 

    Aunque si esto no es posible, nos conformamos con tener una flauta con un metal en el que no se queden las huellas dactilares marcadas. ¡Casi ná!

2.  Compensador de afinación

La segunda idea tenía que ver con la afinación y no sólo con que todos los instrumentos tuvieran todas las notas en su sitio a pesar de que nosotros sopláramos en Cuenca... si no que además vinieran con el desarrollo auditivo incorporado de serie. Así, si estás tocando con otros instrumentos se encenderían unas luces intermitentes cuando hubiera problemillas de ajuste (rojas si estás bajo y amarillas si estás alto). Por supuesto, la flauta te daría 5 segundos para que lo solucionaras tú antes de activarse, al igual que existen coches que encienden de forma automática las luces cuando “notan” que el sol está desapareciendo. 

Pensaréis que el problema es que nosotros no vemos la flauta mientras tocamos, pero las luces estarían incorporadas a la cabeza y si el resultado sonoro es terrible y no lo oímos, habría un sistema de seguridad en forma de calambrazo amoroso.

3.  Autotune

La tercera petición era que en verano las flautas tuvieran la capacidad de autorefrigerarse. Así conseguiríamos que la afinación no se acercara a 450Hz.
Y este sistema también nos beneficiaría para tocar sin que se deslizaran la embocadura o los dedos, aunque ya no habría lugar a los divertidos resbalones que hacen que el corazón te de un vuelco mientras tocas un solo. 

 

 

 

 

 

4.  Camaleones

El cuarto de los deseos alocados era que la flauta se mimetizara con el momento personal que estás sintiendo mientras tocas, con la misma calidad en el sonido de siempre.

Cuando se va a pintar una pared, se suele estudiar el color que se le va a poner dependiendo de cuál vaya a ser su uso. Así, la paleta de colores (fríos o cálidos) ayuda a potenciar el ambiente deseado. Pues en nuestra flauta sucedería algo parecido a lo que les pasa a los camaleones. El instrumento cambiaría de tonalidad al sentir los distintos estados de ánimo (o el que querrías transmitir) y así, ayudaría a comunicar los sentimientos y sensaciones de la obras también de manera visual
Aunque esto tendría algo de peligro si alguien se sube al escenario lleno de nervios. Habría que encontrar un sistema de seguridad o trabajar mucho en el tema de la ansiedad y miedo escénico (como por ejemplo con las fichas prepost) para que la flauta no se perdiera entre todas las emociones que percibe.

 

 

 

 

 

5.  Operación bikini 

La cuarta de las mejoras que deseaba para la flauta es que pesara unos dos o tres gramos para no ocasionar lesiones de sobrecarga, contracturas y tendinitis.
Que si… que muchos pensáis que la flauta no pesa nada y que somos muy afortunados de poder trasladar el flautín en el bolsillo, pero cuando llego a la fisioterapeuta… ¡me machaca como si fuera tubista!

6.  Cambiando el mundo
  • También estaría bien que tuvieran algún tipo de aparato que hiciera que el aire que solemos desperdiciar por la forma de nuestra embocadura se volviera a reutilizar de acuerdo con las normas europeas de reciclaje.
  • Si seguimos soñando, los instrumentos serían baratísimos porque por fin se descubre la fórmula para que no se tenga que explotar a nadie y además la materia prima es el aire contaminado.
  • Y ya que pedimos, metemos a los políticos y legisladores en el saco. Sería bonito que el estudio instrumental estuviera incluido dentro del programa escolar de primaria pudiendo continuarlo en secundaria, (o bien optando en este último ciclo a cambiar a la cuerda). 

El próximo año, probaré a pedir este tipo de trabajos en el algún momento del curso… ¡A ver con que me sorprenden!

Y a vosotr@s, ¿qué se os ha ocurrido?

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Pintando el estuche de nuestro instrumento… #PintaFundas

Con el estrés del conservatorio, saliendo escopetado a clase de lenguaje musical o deseosos de llegar a casa para estudiar todo lo que me ha mandado la profe… alguna vez nos hemos agenciado un instrumento que no es el nuestro. Personalizando nuestra funda podemos evitar esos pequeños dramas (y más ahora que se acerca el verano con tiempo suficiente para ponerse a ello).

Hay muchas maneras de decorar nuestras fundas. Hay quien coloca broches y abalorios, figuras de Fimo o cualquier cosa que podamos atar a las cremalleras. Últimamente estamos experimentando con pintura para telas, ya que además fue uno de los trofeos obtenidos en el Mercadillo de la Técnica: el Vale Pinta Fundas.

Sobre qué fundas se puede hacer

En los casos que os enseñamos se ha pintado sobre fundas de tela. Ya sean los estuches acabados en tela, o las bolsas de tela para guardar el estuche dentro, con ellas no tendremos mayores problemas. Podéis ver aquí varios ejemplos de fundas de alumnos y la mía propia. 

Para los estuches completamente de plástico, sería mejor utilizar otro tipo de pinturas en las que después no haya que aplicar calor para fijar los diseños.

¿Qué necesitamos?

Pinturas para camisetas. Existen varios tipos de pinturas textiles que podemos diferenciar según la forma de pintar con ellos. Podemos comprar botes de pintura y después utilizar pinceles como si fueran témperas. También hay algunos botes que tienen su propio aplicador, dejando salir un hilo fino de pintura. Esta opción es más fácil para los más pequeños y para no manchar, pero es difícil pintar superficies más grandes de forma homogénea. Y finalmente los hay con pulverizador o espray, que serían ideales para pintar con plantillas y crear patrones.
Eso sí, os recomiendo comprar pinturas de buena calidad para que no se pierda el dibujo con el tiempo.

Pinceles, de distintos grosores para poder dibujar detalles y para rellenar superficies más amplias.

Agua y papel de cocina. Como estas pinturas se disuelven en agua si no se ha aplicado calor, podemos limpiar y hacer pequeñas rectificaciones.

Periódicos, papel para reciclar, manteles de plástico… cualquier cosa que os sirva para forrar la superficie donde vais a trabajar y dejarlo todo tan limpio como lo encontrasteis.

*Si optamos por pintar siluetas con plantillas y pintura de espray necesitaremos hojas plastificadas (como las de encuadernar), tijeras o cúter. 

Pasos para decorar

  • Haz un boceto en un papel con la forma de la funda. Prueba la mezcla de colores que  quieres poner para ver si te gusta el resultado y para practicar con los pinceles o la pintura con aplicador.
  • Mide los sitios que quieres pintar, recorta el boceto  y comprueba que cabe bien.
  • Pinta sobre la funda. Dibuja primero los colores de fondo, deja secar un poco y pinta encima los detalles.
    Si te equivocas se puede ‘medio’ borrar rápido. La pintura se disuelve en agua, por lo que con un poco de papel humedecido podemos rectificar. Si fuera necesario borrar mucho y esa superficie no se va a volver a pintar encima, mi consejo es lavarla y empezar de nuevo.

Si optaste por crear una plantilla, puedes imprimir o dibujar la silueta que te guste al tamaño necesario. Después puedes plastificarla con forro de libros adhesivo o ponerla debajo de la hoja de plástico y recortar con mucho cuidado con las tijeras o el cúter.
Cuando vayas a pintar, agita la pintura y haz una prueba sobre un papel porque si sale muy líquida se absorbe por los bordes y te quedará un dibujo borroso. Asegúrate de sujetar bien la plantilla para que no se separe de la tela con el aire del espray.
Por último, espera unos segundos para que se seque un poco antes de separar el molde.

Fija la pintura para que no se borre

  • Sécalo y aplica calor para que se fije. Como son pinturas de agua, si no se fija así se borrarían al mojarse cualquier día de lluvia. Tenemos dos opciones:
    1. Podemos plancharlo si hemos pintado sobre tela. Tienes que poner un papel por encima del dibujo y planchar con cuidado (asegúrate de que sea tela y de no tocar ningún plástico o goma). Para mi ésta es una técnica un poco más complicada, sobre todo si queréis hacerlo sin ayuda y dadas las curvas que pueden tener las fundas.
    2. Si utilizáis un secador no lo apliquéis desde muy cerca para que no se desparrame lo que habéis pintado ni se queme. Secadlo así en varias tantas e id comprobando a partir de la tercera cómo ha quedado.

De todas maneras, hay que tener en cuenta que hay algunas fundas cuya composición es mezcla de tela y plástico. Para las que son solo tela, la rectificación que hemos dicho en el paso 3 es más difícil. Para las que sean mezcla, emplead mejor el secador para el paso 4, no sea que la quememos…

Si vuestro estuche es completamente de plástico, sería mejor utilizar otro tipo de pinturas en las que después no haya que aplicar calor para fijar los diseños.

Seguro que ya se os ha ocurrido algo para vuestra funda… ¡a decorar!

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