Ezkerreko piezetan klikatu soinuak entzuteko. Arrastatu eskubikoak entzuten dena osatzeko:
Ezkerreko piezetan klikatu soinuak entzuteko. Arrastatu eskubikoak entzuten dena osatzeko:
En su origen, la palabra sonata definía genéricamente una obra musical para ser ejecutada con instrumentos (del italiano suonare=tocar) en oposición a la cantata, término que define una obra vocal.
En el barroco, la sonata empezó a desarrollarse como una obra formada por un número variable de movimientos, número que se fue fijando en tres (rápido, lento, rápido) hacia la mitad del siglo XVIII, al comienzo del período clásico.
Pero no todas las sonatas clásicas tienen 3 movimientos porque, conforme se acercaba el siglo XIX, se fue consolidando la costumbre de insertar un movimiento de danza, generalmente un minueto, en segundo o tercer lugar. Finalmente esta última opción fue la que predominó de manera que la estructura definitiva de la sonata en cuatro movimientos es: rápido, lento, minueto y rápido.
Sin embargo el minueto, danza de salón muy de moda entre la aristocracia del ancien régime, fue perdiendo su interés, lo que causó un proceso de estilización de esta danza dentro de la sonata, consistente sobre todo en un progresivo aumento del tempo, es decir de la velocidad de la pieza, manteniendo el compás ternario y la estructura interna de las varias partes que lo componen. Ya que se había vuelto imposible de bailar debido a su aceleración, ese movimiento ya no podía llamarse minueto; así con Beethoven y Schubert (el último de los grandes clásicos y el primero de los grandes románticos respectivamente) se impuso el nuevo nombre de scherzo (en italiano broma).
Esta misma estructura de la sonata en 4 movimientos sirvió, tanto en el clasicismo como en el romanticismo, no sólo para componer obras para piano o para instrumento solista y piano, sino también para grupos de cámara u orquesta, en cuyo caso no se utiliza la palabra sonata, sino trío, cuarteto, quinteto, etc. (dependiendo obviamente del número de componentes del grupo de cámara) o, si la “sonata” es para orquesta, sinfonía.
Un caso especial es la sonatina, literalmente pequeña sonata. Pequeña en el sentido de que los temas musicales utilizados para construir los varios movimientos no están tan desarrollados como en la sonata. Tenemos entonces los mismos movimientos de ésta, pero más cortos y menos elaborados.
Volvamos al scherzo, que es lo que vamos a ver un poco más en profundidad. Ya hemos dicho que mantiene la forma del minueto, que es una forma tripartita (ABA, en la que A es el minueto propiamente dicho -o el scherzo- y B es el trío, una sección contrastante realizada originariamente por tres instrumentos solistas, de ahí el nombre). A su vez, ambas secciones están divididas en dos partes, cada una de las cuales se repite dos veces, con la excepción de la segunda vez que aparece A, en la que no hay repeticiones, según el esquema siguiente:
Como ejemplo práctico vamos a escuchar la Sonatina en sol mayor, Op. 100 de Antonín Dvořák, compositor checo que nació hoy hace exactamente 170 años. Máximo representante del nacionalismo musical de su país, Dvořák estaba dotado de una especial sensibilidad hacia la música popular que le permitió absorber muy rápidamente las características propias del folklore norteamericano durante su estancia en Estados Unidos. Fueron tres años en los que dirigió el Conservatorio de Nueva York. El ejemplo más evidente de esa capacidad de captar la esencia más profunda de la música popular es su obra más conocida, la Sinfonía del Nuevo Mundo, en la que enriquece la tradición romántica europea con melodías, armonías y ritmos estadounidenses, sobre todo de espirituales negros.
El tercer movimiento de la sonatina (partitura), compuesta en esa misma época, es un scherzo (Molto vivace). Escuchémolos interpretado por Václav Hudeček al violin y Petr Adamec al piano y comprobemos cómo está construido en el esquema anterior:
Lo que sigue en el vídeo a partir de 2:35 es el 4º movimiento (Finale: Allegro).
Habréis notado que tanto el scherzo II como el trío II concluyen respectivamente con el scherzo I y el trío I ligeramente modificados: ésta también es una característica presente en todos los minuetos y scherzi.
Si os animáis a escuchar la sonatina completa, seguid este enlace.
La entrada Scherzo de una sonatina americana ha sido publicada primero en educacionmusical.es.