Sergei Prokofiev |
Esta obra es una composición sinfónica de 1936, tras la vuelta del compositor a la URSS, y está basada en un popular cuento, con una moraleja en la que destaca la sinceridad.. Es por tanto una obra infantil, acompañada de narrador, y en el que cada instrumento o grupo de ellos, se asocia a un personaje. Así, Pedro es el grupo de cuerdas (violín, viola, violonchelo y contrabajo), el Abuelo es el fagot, el Pájaro la flauta travesera, el Pato el oboe, el Gato el clarinete en su registro grave, el Lobo son tres trompas, y los Cazadores son los timbales y el bombo.
Pero antes de entrar en más detalles de la obra, trataremos algo al compositor. Sergei Prokofiev nació en un pueblo de la actual Ucrania en el año 1891 y compuso su primera sinfonía a los 9 años. Fue alumno del compositor Rimsky-Korsakov, aunque pronto abandonaría el Conservatorio. Tras viajar a Londres, se marchó a Estados Unidos con los años de la Revolución Rusa. Años más tarde se instalaría en París, donde triunfaría aunque también surgieron detractores. Autor de composiciones atrevidas como Suite Escita, o de obras mucho más clasicistas, como su primera sinfonía, llamada Clásica. Tras un regreso triunfante como concertista a Rusia, se planteó volver de su exilio voluntario, con el cual acabó definitivamente en 1933, siendo además tomado como un auténtico éxito de las autoridades comunistas. Entró en contacto con el cine haciendo varias Bandas Sonoras, entre las que destaca la enorme Alexander Nevsky, una cantata de las más maravillosas del siglo pasado. Fue en esta época cuando escribió el ballet Romeo y Julieta, y el cuento musical Pedro y el Lobo. Tras la Segunda Guerra Mundial, llegarían los problemas con su país, donde le prohibieron varias de sus obras con la dictadura estalinista, tachándolo de antidemocrático o burgués. Murió un día después de Stalin, en 1953, hecho que fue ocultado por la prensa unos días para evitar la coincidencia.
Y ahora hablaremos de la obra en cuestión. En 1936, Natalia Saz, responsable del Teatro de Moscú y directora de la orquesta sinfónica propuso a Prokofiev una obra en la que los niños y niñas se familiarizaran con los sonidos de la orquesta con temas fáciles de reconocer. La idea le gustó al compositor aunque no el texto que le dieron en un principio, por lo que él mismo se comprometió a realizar el texto.En una semana tenía la composición hecha al piano, y en otra semana más escribió la orquestación. El 2 de mayo de 1936 se estrenó la obra, dirigida por el propio compositor, y narrado por Natalia Saz. La obra tuvo pronto gran aceptación en todo el mundo occidental por su carácter didáctico, el cual atrae a pequeños y adultos.
Tanto la historia como el hecho de estar tan bien identificados los instrumentos con los personajes, hace que sea una obra que tiene grandes posibilidades didácticas para el aula, en cualquier ciclo de primaria, ayudados por ejemplo de musicogramas.
A continuación os dejo con la obra, interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE y narrada por Rafael Taibo.