¿Con qué regularidad debo hacer clases de canto?

Es muy frecuente que los estudiantes nuevos nos pregunten con cuántas clases deberían empezar a aprender a cantar. También es muy usual que nos pregunten la duración de cada clase.

No hay una fórmula exacta para esto, ya que hay demasiadas variables que no podemos controlar, como por ejemplo: la velocidad de aprendizaje del alumno, los objetivos del alumno, es decir, si tiene actuaciones en poco tiempo, o si quiere centrarse primero en la técnica, etc., el nivel actual del alumno, su personalidad, ya que hay gente que no practica tanto en casa y necesita un seguimiento más frecuente, etc.

Al final, la decisión debe ser siempre debe ser del estudiante, pero quiero exponer algunas ideas que puedan servir de guía por si tienes estas dudas y así poderte ayudar a decidirte. Sólo hay dos aspectos que debemos decidir: la duración y la frecuencia de las clases.

Duración de una sesión

Nosotros ofrecemos clases de canto de 30, 45 o 60 minutos de duración, los cuáles son unos tiempos bastante establecidos en el sector de la enseñanza de técnica vocal. Estos tiempos ofrecen mucha flexibilidad.

Si estás empezando a aprender a cantar y no tienes muy claro qué va a pasar o qué quieres hacer, sin duda te recomiendo hacer 30 minutos de clase. Lo primero que debes ver es si esto de cantar es lo tuyo y si te gusta. En 30 minutos no da mucho tiempo para practicar técnica y aplicación de la técnica a canciones, pero a las pocas clases podrás ver algún progreso y te harás una idea bastante buena de si esto te gusta. Si te decides, puedes aumentar la duración de las clases para trabajar más en serio.

Por otro lado, si sabes que te gusta cantar y quieres tomártelo más en serio, hacer 45 minutos de clase es una buena opción. Los 15 minutos extra pueden no parecer mucho a primera vista, pero nos permiten enfocarnos en la parte técnica durante 30 minutos, dejando esos 15 minutos para aplicación de la técnica a canciones. Aunque al final lo más importante es cantar canciones, los ejercicios nos permiten aislar los problemas vocales del alumno y trabajar sobre ellos de forma controlada para luego poder ir implementando esas mejoras en las canciones.

Finalmente, tenemos los 60 minutos, con los cuales podemos jugar un poco más. Puedes hacer 30 minutos de técnica y 30 minutos de aplicación a canciones, si tienes audiciones o actuaciones, por ejemplo, pero también puedes hacer 45 minutos de técnica para asegurarte de estar lo mejor preparado posible y seguir utilizando 15 minutos para aplicarla a las canciones.

Frecuencia de las sesiones

Si estás empezando a recibir clases de canto para ver si te gusta y es lo tuyo, no recomiendo menos de una clase a la semana. En términos generales, esa es la frecuencia mínima necesaria para poder sentir mejoras en tu voz.

Sin embargo, la primera parte más importante que hay que tratar cuando empezamos a aprender a cantar es la de establecer nuevos patrones de comportamiento muscular. Mucho antes de fortalecer nuestra voz debemos aprender a coordinarla bien, por lo que lo más recomendable si eres principiante es aumentar la frecuencia a un mínimo de dos veces por semana. De esta forma estableceremos los patrones de forma mucho más rápida, ya que podemos hacer un seguimiento mucho más exhaustivo que si sólo nos viésemos una vez por semana. Una practica mala es incluso peor que ninguna.

Si tienes una buena coordinación establecida, una clase de canto por semana suele ser suficiente, ya que, a no ser que hagas el bruto como yo hacía, deberías ser capaz de practicar por ti solo de una semana a otra sin poner en peligro tu salud vocal ni desviarte del camino.

Menos de una clase por semana no lo recomiendo. Aunque tengas unos buenos patrones establecidos, los malos hábitos que tenías al principio van a estar siempre contigo, durante toda tu vida. Con una buena técnica puedes conseguir automatizar los buenos hábitos y no pensar nunca en los malos, pero todos tenemos momentos de cansancio, estrés, etc. Esos momentos son los ideales para que los malos hábitos vuelvan al ataque. Esta es una de las razones por la que es buena idea tener un seguimiento regular.

También debemos tener en cuenta que, aunque tu objetivo sea hacer una clase por semana, todos tenemos muchas más actividades por las que preocuparnos, y a veces nos salen compromisos imposibles de eludir, haciendo que esa semana no podamos hacer nuestra clase, por lo que en realidad casi nunca se consigue hacer una clase por semana, a no ser que puedas cambiar el día con tu profesor.



Dicho esto, realmente puedes hacer lo que quieras. Por ejemplo, cuando yo empecé con clases de 60 minutos, una vez por semana, centrándome 100% en la técnica. ¿Por qué? Por mi personalidad. No fue ni mejor ni peor decisión, simplemente era la que iba acorde conmigo. Desde hace tiempo cambié a dedicar mis clases enteras tanto a técnica como a aplicación a canciones.

Por otra parte, a medida que el profesor y el alumno van haciendo clases, el profesor puede sugerirte cambiar la frecuencia y/o duración de las clases, pero de nuevo debe ser el alumno el que decida. ¡Comentar las cosas con tu profesor es importante!

También nos preguntan mucho cuánto se tarda en aprender a cantar, pero eso lo dejaremos para otro artículo. De momento te diré: ¡valora tus avances!

¡No te olvides ponerte en contacto con nosotros para reservar tu clase de canto!



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