La OCDE ha publicado recientemente el documento de trabajo Avances en la creatividad de los estudiantes en la escuela. Primeros pasos hacia nuevas formas de evaluaciones formativas. En este documento se propone una definición de creatividad y se ofrecen sugerencias para su desarrollo, evaluación y seguimiento en el aula.
Los autores del reciente documento de trabajo de la OCDE sobre la creatividad de los estudiantes, plantean que, si bien es comúnmente aceptado que las escuelas deben fomentar la creatividad, hay muchos puntos de vista diferentes sobre cómo debe fomentarse, si debe evaluarse y de qué manera. Observan que en muchos currículos nacionales la creatividad no se aborda explícitamente y pocas veces se define con precisión.
En este contexto, proponen una definición de creatividad basada en cinco dimensiones y exponen los resultados de dos experimentos de campo realizados en centros de Inglaterra basados en este acercamiento al concepto de creatividad.
El modelo presentado se centra en los siguientes aspectos de la mente creativa: “inquisitiva” (preguntarse y preguntar, explorar e investigar, desafiar los supuestos), “persistente” (enfrentarse a la dificultad, atreverse a ser diferente, tolerar la incertidumbre), “imaginativa” (jugar con las posibilidades, establecer relaciones, usar la intuición), “colaborativa” (compartir el producto, dar y recibir feedback, cooperar adecuadamente) y “disciplinada” (desarrollar técnicas o habilidades, reflexionar críticamente, trabajar prestando atención a los detalles y en la búsqueda de una mejora continua).
A partir de este modelo se creó un instrumento que se aplicó en varios grupos de educación primaria y secundaria en dos experimentos de campo. En el primer experimento se analizó la facilidad que tenían los profesores para comprender y usar dicho instrumento. El segundo experimento se centró en la autoevaluación de los estudiantes.
Los autores identifican dos beneficios claros en la evaluación del progreso en el desarrollo de la creatividad: (1) los profesores pueden ser más precisos y tienen más confianza en sí mismos a la hora de desarrollar la creatividad en los jóvenes; y (2) los estudiantes son más capaces de comprender qué es ser creativo y de usar este conocimiento para registrar su progreso.
Finalmente, los autores realizan algunas recomendaciones sobre cómo puede elaborarse un instrumento de evaluación de la creatividad.
El documento está aquí.
Fuente: Página del CNII