“No vamos a hablar de técnica, para eso ya están vuestros profesores.” Toda una declaración de principios de Michel Godard al inicio del curso que impartió este fin de semana en Barcelona bajo el auspicio de la ACATUB.
Michel es, con toda probabilidad, el serpentonista más renombrado de los últimos 150 años. Profesor en el conservatorio superior nacional de París, lleva casi cuarenta años explorando y dando a conocer al ancestro de la tuba.
La cantidad y variedad de estilos y formaciones en los que participa abruma, lo mismo que su discografía. Su repertorio es amplio en espacio y tiempo: desde el renacimiento europeo, rodeando todo el arco mediterráneo con sus diversas tradiciones y llegando hasta el jazz. Lo suyo es la improvisación, pues en todos los estilos en los que se mueve es elemento fundamental, y en ella basa su trabajo.
También el canto es fundamental para él. Considera que los instrumentos tienden a imitar la voz humana y nos recuerda que así está escrito el 99% de la música, a excepción de la clásica y la contemporánea; en este sentido, parece inevitable acordarse de Arnold Jacobs, quien ya puso de manifiesto la importancia del canto en la técnica de los instrumentos de viento-metal. Con estas premisas, es fácil comprender por qué sus improvisaciones resultan tan naturales y fáciles de asimilar independientemente del estilo: Godard no ejecuta el instrumento, ya sea una tuba o el serpentón, simplemente canta a través de él. Y canta de maravilla.
Eclecticismo: la clave
Hacer jazz con un instrumento del s. XVII dice mucho de la manera que tiene de entender la música Michel Godard: Sin restricciones, sin etiquetas, sumando y buscando los puntos en común. Esta manera de pensar aporta frescura y originalidad no solo a sus interpretaciones, también a sus clases.
Las sesiones en grupo fueron deliciosas. Una simple Aria de ocho compases a tres voces da un juego infinito: tocando, cantando, improvisando; todos juntos, por separado… Dejando afuera las vergüenzas y los miedos. Disfrutando, en definitiva. “¿Qué esperas de esta clase?” Preguntó antes de empezar al alumno que quería trabajar el R.V. Williams con él, al comenzar la ronda de clases individuales. Buen comienzo: saber hacia donde queremos ir es importante.
A partir de aquí, la batería de recursos y reflexiones fue imparable. Conceptos como lo redondeado/angulado de la música, pensar o concebir las escalas hacia abajo (igual que hacen los músicos de jazz), superar las dificultades técnicas jugando o algo tan sencillo y complejo a la vez como ser consciente de que los límites se los pone uno mismo.
Su presencia es tranquila y discreta, como si no hiciese nada, como si no estuviese. Pero de esa nada es capaz de sacar grandes cosas: Momentos de música, motivación e inspiración. Un Maestro en el Arte de la Música.
Michel Godard, El serpentón y viceversa, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.