La partitura del espejo o de la mesa.

Esta pieza en Sol Mayor para dos violines es un ejemplo del talante divertido y la imaginación de Mozart. La partitura está pensada para ser tocada al mismo tiempo por dos violinistas que se sienten en una mesa, uno enfrente del otro, para poder ver cada uno su parte. Cada uno comienza donde acabará el otro.





Suena así:




vía "Si Beethoven pudiera escucharme", de Ramón Gener.



Los comentarios están cerrados.