¿Por qué A VECES me rechinan los oídos al oírme cantar?

Para gustos, colores.

A mí me puede gustar mucho un cantante y a ti te puede hacer entrar arcadas auditivas.

En el mundo de las opiniones, la objetividad no tiene cabida.

Pero lo técnico no entiende de opiniones, y es ahí donde le podemos sacar chicha a nuestras voces.

Primero tenemos que buscar que técnicamente nuestra voz esté bien.

Que esté funcionando correctamente.

Es DESPUÉS cuando nos podemos centrar en modificar lo que tengamos que modificar para que suene como nos guste a nosotros.

O para que suene como le guste para quien estés cantando, si por ejemplo estás actuando en una obra de teatro musical.

Ahí tienes que tener todo lo técnico muy claro para encontrar el sonido que el director esté buscando, sin sacrificar tu técnica.

Así que centrémonos en lo técnico.

Cuando algo no te suena bien, y no sabes por qué

Este es un gran problema a tener, porque te deja en medio de la oscuridad.

Sabes que algo de tu voz no te gusta, pero no sabes porqué.

Y sin saber la razón, encontrar una solución es bastante imposible.

Esto pasa muchísimo, y lleva un tiempo de entrenar el oído de una forma muy concreta para reconocer las señales.

No voy a cubrir ese tema en este artículo, porque eso tiene mucha tela.

Lo que voy a hacer es decirte algunas de las cosas que puedes mirar cuando algo no te cuadre, a ver si esto te da una pista para arreglarlo.

¿Estás afinando?

Sí, suena a algo muy básico, pero muchas veces es tan sencillo como esto.

Si desafinas por poco, a primera vista puede parecer que está bien, pero hay algo que no acaba de encajar.

Para esto vas a necesitar un poco de ayuda.

Si tienes a alguien con muy buen oído que te pueda ayudar sería genial.

No sólo porque te va a ayudar a corregir esas desafinaciones…

Si no porque te va a hacer mirar donde tienes que mirar, y eso va a entrenar tu capacidad de detectar desafinaciones.

Canta lo que no te gusta, exagerándolo

Sea lo que sea lo que oyes que no te gusta, exagéralo.

Puede que no sepas explicarlo con palabras, pero seguramente sí sepas hacerlo con tu voz.

Cuando lo exageras, haces mucho más evidente la causa de lo que no te gusta cuando lo escuchas.

Si el sonido que no te gusta es sutil, es como buscar una aguja en un pajar.

Si el sonido que no te gusta está exageradísimo, es como buscar un tractor en un pajar.

No tiene pérdida.

Cuando es tan grande y tan evidente, puedes oír más detalles y describir qué es lo que no te gusta.

De regalo, sientes qué estás haciendo con tu voz para que suene como NO te gusta.

Así que tienes una muy buena pista de lo que NO debes seguir haciendo.

No ser coherente con el sonido despista mucho

Si tu voz te gusta a veces sí y a veces no, busca incoherencias en el sonido.

Si estás cantando una canción y te está gustando, pero llegas a una parte en la que no te gusta nada, seguramente el sonido no es coherente.

¿Quizás tu voz se vuelve estridente al cantar las notas agudas?

¿O puede que se vuelva muy airoso?

Hay cientos de opciones, no puedo enumerarlas todas, pero es que no hace falta.

Lo que importa es que sepas señalar con el dedo al culpable.

Otro tema es cómo arreglarlo, pero primero tienes que tener claro qué es lo que no te gusta.

Un vibrato… ¿feo?

A veces puede ser algo tan simple como la velocidad del vibrato.

Si la oscilación del vibrato no es estable…

O la velocidad es demasiado rápida…

O demasiado lenta…

Seguramente te sonará raro.

Con “raro” quiero decir “mal”.

¿No te suena a “tu voz”?

Este es un tema gordo.

Por un lado, si no tienes la costumbre de escuchar tu voz grabada, te va a sonar mal siempre.

Esto es un hecho, nos guste o no.

Escuchar mucho la propia voz ayuda a reconocerla como una voz normal.

Si estamos acostumbrados a escucharla sólo desde dentro de nuestras cabezas, cuando la oímos grabada es… chocante.

Te esperas una cosa y oyes otra.

Es imposible que eso te guste de buenas a primeras.

Ni a ti ni a nadie.

Por otro lado, hay personas que piensan (consciente o inconscientemente) que tienen que poner “la voz de cantar”.

Al intentar eso, cambian la voz de formas muy raras, y suenan artificiales.

Estoy hablando de “ellos”, pero yo lo hice durante mucho tiempo.

Idealmente, el canto tiene que ser lo más parecido posible al habla.

Cuando hablamos no solemos pensar en cómo sonamos.

Y gracias a eso, la voz suele estar bastante libre.

Al cantar hay muchos más factores a tener en cuenta, por supuesto.

Es mucho más difícil que hablar.

No te lo niego. Sería absurdo.

Pero el enfoque tiene que ser lo más parecido posible.

Lo más natural para ti.

Este artículo ¿Por qué A VECES me rechinan los oídos al oírme cantar? pertenece a VoKalo.




Los comentarios están cerrados.