Por: Isabel Villagar
Cuando es necesario no hay que tener reparos en amplificar el sonido de un coro, ya sea infantil, juvenil, de aficionados o profesionales en determinados espacios y estilos.
Existe una especie de tabú en la comunidad coral sobre el uso de amplificación y microfonía.
Parece que si a un coro no se "le oye" es porque canta mal cuando en muchas ocasiones los espacios, la experiencia de los coralistas, la edad de los mismos (las voces infantiles y juveniles tienen una menor proyección) o el estilo de música... cuando todo esto es motivo en muchas ocasiones para plantear un refuerzo en cuanto a la amplificación del sonido del mismo.
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